El uso de bebidas alcohólicas es una práctica aceptada culturalmente en Puerto Rico. Además, como el alcohol es una sustancia permitida legalmente esto hace que la gente pueda tener acceso a esta bebida fácilmente. También posibilita que, al comenzar la vida universitaria, algunos jóvenes se vean tentados a consumirle.
Los resultados de la Encuesta Nacional sobre Alcohol, Drogas y Violencia, mejor conocido como Estudio Core, revelaron que el 58.8% de los jóvenes consumen alcohol por primera vez antes de entrar a la universidad. Esto podría ser indicativo de que este sector de la población experimenta por primera vez con el alcohol en su propio núcleo familiar.
La realización de este estudio, que se efectuó en el 2016, estuvo a cargo del Consorcio de Recursos Universitarios Sembrando Alianzas de Alerta al Alcohol, las Drogas y la Violencia (CRUSADA). La muestra consistió de 399 estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Los riesgos del jangueo
Las responsabilidades académicas hacen necesario que los estudiantes tomen un tiempo para recrearse y relajarse; salir a “janguear”, compartir y socializar. El asunto es que a veces los “jangueos” del “weekend”, por lo regular, incluyen darse un par de tragos. Es necesario ser conscientes de que, aunque el alcohol es legal, hay que evitar caer en el consumo excesivo, entendiendo el grave problema que puede llegar a ser esto para la salud.
El consumo excesivo de alcohol varía por género. Entre los hombres representa tomar 15 tragos o más a la semana, o cinco tragos en una salida. En las mujeres, un consumo excesivo constaría de tomar ocho tragos o más a la semana, o cuatro tragos corridos, según indican los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos (NIH).
Daños a la memoria
De acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), esta conducta pudiera provocar daños al estómago, esófago, páncreas e hígado. En los hombres, el consumo de alcohol pudiera provocar problemas con las erecciones. Tomar alcohol puede afectar la capacidad de razonamiento, de juicio y de memoria. Además, podría causar daño a las neuronas si se convierte en un hábito prolongado, por lo que evidentemente su consumo podría afectar el aprovechamiento académico de los jóvenes universitarios.
En ocasiones algunos jóvenes consumen alcohol buscando sentirse mejor y olvidarse de las preocupaciones, sin pensar que esta conducta pudiera empeorar las cosas con el tiempo.
El consumo de alcohol puede llevar a conductas de riesgo como conducir en estado de embriaguez, lo que podría ocasionar accidentes automovilísticos, en ocasiones fatales. La Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud también establece que el consumo no moderado de bebidas alcohólicas puede llevar a comportamientos sexuales peligrosos, que pudieran desencadenar en embarazos no deseados e infecciones de trasmisión sexual; cuya incidencia asciende a más de un millón de personas infectadas diariamente.
Todos los excesos son perjudiciales. El consumo sin control de bebidas alcohólicas puede llegar a ser más peligroso de lo que pensamos. Toma el control de lo que tomas… la moderación es la clave.
La autora es Educadora en Salud en Adiestramiento en la Oficina de Calidad de Vida de la Universidad de Puerto Rico- Recinto de Río Piedras. Este texto se produjo como un ejercicio del curso “Teoría y aplicación de la comunicación en la promoción de salud y educación para la salud”, que dictó el pasado trimestre la doctora Marcilyn Colón.