Es algo así como un ritual universitario. Una tradición si se le quiere ver así. Año tras año para esta misma época, decenas de estudiantes se enfrascan en una contienda en la que el objetivo es alcanzar el favor de sus pares. Cada estudiante es importante. Cada estudiante significa un voto y como en cualquier campaña política, es ese voto el que decidirá quién gana y quién sufre la derrota. Se ha iniciado la carrera por llenar las vacantes del Consejo de Estudiantes. Como hormigas desesperadas por dar con la ansiada azúcar, así los candidatos a los diferentes puestos en el Consejo se lanzan en una carrera por todo el campus en busca del voto universitario. Algunos de los candidatos se obsesionan con la campaña, otros meramente están llenando la cuota de una plancha que pretende dominar y alcanzar el poder del Consejo. No importa el nivel de compromiso que se tiene con respecto a la contienda electoral, todos los candidatos harán campaña y como si emularan a los políticos de turno, la mayoría desaparecerá del alcance de sus votantes en cuanto logren su objetivo.
Un grupo de estudiantes de la misma institución se dio a la tarea de buscar a las hormigas y cazarlas como osos hormigueros. Tras dar con una de ellas le preguntaron qué es el Consejo. Su respuesta, a lo Wikipedia, fue entusiasta: “el Consejo de Estudiantes básicamente es la representación del estudiantado hacia el Presidente de la Universidad, o sea, la Administración… En donde vamos a llevar esas inquietudes, esos problemas que tienen los estudiantes y buscar solución inmediata a los mismos problemas que nos comuniquen. Eso es el Consejo”. Esa fue la respuesta de Yanira Castellos, candidata a presidir el organismo estudiantil. Pero como todo político que tiene un asesor, el Consejo tiene un guía. El cargo recae en el profesor de Humanidades Nelson Hernández. Éste resalta la poca participación de los alumnos en el proceso de seleccionar a sus representantes. Hernández afirma que esto se debe a “problemas complejos” ya que “el estudiante actual no tiene vida estudiantil”. Los números respaldan el planteamiento del Profesor: más de 60% del estudiantado trabaja fuera de la Universidad y “al no tener mucha presencia física en la institución se ha dificultado crear un sentimiento de Alma Mater, lo que a su vez se refleja negativamente en el Consejo al no haber gran participación del estudiantado en las elecciones, ya sea porque no está al tanto de las actividades que hace el Consejo o la falta de presencia en la institución que no le permite conocerlo completamente o identificarse con él”.
Esto se observó cuando en la semana de las elecciones se confrontaron una serie de problemas con el sistema de internet y la falta de participación para poder llegar a la cuota mínima requerida de 1,500 votos. La elección tuvo que ser alargada por varios días. El candidato a la vicepresidencia del Consejo de Estudiantes, José Raúl Morales, catalogó la participación de los alumnos como “prácticamente nula, el estudiante debe crear una conciencia de responsabilidad hacia su universidad y debe involucrase de una manera más activa en el proceso”, enfatizó José Raúl. El candidato admite que coincide con el Profesor en que quizás el estudiantado no ha respondido a este llamado por falta de información. Ese fue el caso de la estudiante de Fotoperiodismo Analidia, quien reveló que no votó porque “simplemente no conozco a los que están ahí (en el Consejo de Estudiantes)”. El profesor Hernández opina que esto sucede porque “tanto el estudiantado como el consejo no han puesto lo suficiente”, refiriéndose a la falta de información y de empatía que existe entre el Consejo y el estudiantado en la Universidad. Sin embargo, para Hernández este año no ha sido tan pobre con respecto a la participación estudiantil como años anteriores. Según él, con una matrícula de 5,000 estudiantes cada semestre divididos en tres secciones diferentes, entre los que estudian por la mañana, por la tarde y los nocturnos, el conseguir el voto del 30% del estudiantado es algo importante”. Para José Raúl, no obstante, esa es la razón por la cual conseguir el 30% del estudiantado en una votación es algo prácticamente imposible. El candidato a la Vice Presidencia opinó que se debe enmendar el reglamento para eliminar los porcientos y que de esta manera se considere el voto de los estudiantes que deseen votar, sin importar que sean 5 ó 1,000. El Profesor rechaza cualquier cambio al reglamento porque los porcientos sirven de estímulo tanto para el Consejo, para de esta manera esforzarse en conseguir los votos y darse a conocer, como para el estudiantado, para estimularse a votar. Realmente a pesar de los problemas que enfrenta el consejo no hay que olvidar que son jóvenes que, como pocos en nuestra sociedad, han tomado la iniciativa de querer hacer algo diferente para mejorar nuestra sociedad o, por lo menos, su entorno universitario. Es nuestro deber como estudiantes preocuparnos realmente por aquellos que pueden hacer algo en lugar de ocuparnos por los que no están haciendo nada, que al fin y al cabo es un reflejo de nuestro País.