Diálogo utilizó seudónimos para proteger la identidad de los estudiantes que participaron en la huelga, quienes prefirieron no ser identificados.
Arribó el fin de la huelga. Hoy, todas las unidades que componen la Universidad de Puerto Rico (UPR) ya tienen sus portones abiertos.
El estudiantado de la UPR en Humacao cerró el pasado 7 de junio el más reciente capítulo de paralización en la universidad del Estado, que inició el 28 de marzo en el Recinto de Río Piedras y que, en su punto más álgido, se extendió a nueve de los once recintos del primer centro docente del país. En síntesis, la cadena de 72 días de huelga indefinida ya es historia.
Ahora el alumnado se prepara para redefinir nuevos mecanismos de lucha, organización y educación sobre los obstáculos que todavía enfrenta la UPR. El principal: la sucesión de recortes que totalizan $450 millones menos al presupuesto universitario para el 2021, planteado en marzo por la Junta de Control Fiscal (JCF). Estimados de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (Aafaf) elevan esa cifra a $512 millones para el 2026.
A lo anterior debe añadirse que, justo en medio de la culminación del proceso de huelga, se discute en la cúpula institucional de la UPR el impacto que tendría el primero de esos recortes, que en el peor de los escenarios alcanza $250 millones, de acuerdo con la discusión que se da en la Cámara de Representantes. El presupuesto con cargo al Fondo General develado por el gobernador Ricardo Rosselló Nevares recomendó una disminución de $202.7 millones. En cualquier caso, ambos números son superiores a los $149 millones que había adelantado la Oficina de Gerencia y Presupuesto a la UPR para la confección del plan fiscal y del presupuesto de la institución y sus dependencias.
Al momento, la universidad recibe $833.9 millones en transferencias del Fondo General. Un ajuste de $450 millones representa un 54% menos de esa fuente de ingresos.
Momento de replantearse nuevos bríos
En retrospectiva, el fin de la huelga no llegó a raíz de algún logro total, final o firme. Si bien el estudiantado alcanzó un alto nivel de organización y lideró como colectivo una movilización –en un momento con representación multisectorial–, eso no se tradujo en la materialización de adelantos lo suficientemente vinculantes como para ver con optimismo el futuro de la universidad, que al día de hoy sigue náufraga.
En esa línea, Diálogo habló con alumnos que estuvieron en los portones durante estos últimos dos meses. Aprovechamos, además, para exponer un espacio de reflexión que considere la movilización estudiantil de cara al futuro.
A pesar de que la mayoría de los estudiantes decidieron no continuar con la huelga indefinida y asumir un posicionamiento distinto, según Luis, estudiante del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), la apertura del Colegio y del resto de las unidades tiene elementos negativos y positivos.
“Hay cosas negativas y positivas. Una oportunidad es que ahora tenemos todos los estudiantes en la universidad. Ahora los huelguistas no estamos solos: tenemos a los que estaban en contra, a los que no les interesaba y hasta a los que ni sabían lo que pasaba. Ahora que abrimos los portones tenemos la oportunidad de sumar más gente educando. Tenemos que integrar, ya no es excusa que la gente no se una. La lucha no es exclusivamente en los portones”, dijo.
“Yo llevo en el Colegio desde el 2010. No estaba envuelto en el movimiento [entonces], pero siempre he participado de las movilizaciones. Ahora me envolví, conocí gente y me eduqué. Y tengo que decir que aunque se haya caído la huelga, todavía hay una necesidad de mantener los esfuerzos educativos y ese es el norte”, añadió. Señaló que, a diferencia de la huelga del 2010, el movimiento estudiantil del RUM tiene más fuerza.
Y es que de acuerdo con el colegial, en el 2010 los organismos estudiantiles del campus mayagüezano estaban fuertemente influenciados por la política partidista de turno. Por tanto, apuntó Luis, “el Consejo General de Estudiantes (CGE) complicó las cosas”.
“Hicieron todo lo posible para no realizar asambleas. Mano, en ese tiempo botaron un montón de estudiantes del recinto y el movimiento se vio bien debilitado. Hay que decir que quedó prácticamente inexistente. Por eso te digo que ahora tenemos una gran oportunidad, porque a diferencia del 2010 el movimiento estudiantil en Mayagüez está vivo”, aseguró.
Asimismo, destacó el hecho de que entre 15 y 20 estudiantes activos en la huelga fueron seleccionados para ocupar espacios representativos a través de las estructuras consejales del RUM. Además, el nuevo representante estudiantil del Colegio ante la Junta Universitaria, Barkley Cabrera, también formó parte integral de la movilización estudiantil de la institución mayagüezana. Para Luis, eso también es un logro, a pesar del fin de la huelga.
Factores para el fin de la huelga
Para algunos, el final de la huelga fue inoportuno. De acuerdo con Luis, estábamos en un “momento crítico” y ante eso se debió esperar un poco más, por lo menos hasta que hubieran garantías con los preacuerdos.
“Sabíamos que esto iba a acabar pronto, pero en la forma en la que se levantó la huelga y el momento, específicamente en Mayagüez, no me satisfizo. Es sencillo: la huelga se cayó recinto por recinto en un momento crítico de negociaciones, ¿Qué dice el gobierno? ‘Los muchachos se cansaron. Cuando levanten la huelga se acabaron las negociaciones y los acuerdos’. Entonces, al no tener la huelga pues no podemos ejercer presión como antes, ¿ves? En ese sentido, ellos [el gobierno] consiguieron lo que querían”, sostuvo.
Por otro lado, Nicole, también estudiante del RUM y perteneciente al movimiento estudiantil, observó que con el pasar de los días la huelga fue perdiendo fuerza por varios factores.
“Como mencionó el compañero, mucha gente se cansó. Eso hay que reconocerlo. Había mucha gente reacia a unirse a la huelga, que si porque teníamos los portones cerrados o porque no sabían cómo envolverse con el movimiento. Pero una de las cosas interesantes es que al principio muchos señalaron que nuestros reclamos eran imposibles. Aunque demostramos que eso no era cierto, nos tuvimos que sacrificar de una forma que no todos están dispuestos. Quizás, esa suma no desembocó como esperábamos”, comentó la joven.
Igualmente, la estudiante planteó algunos logros alcanzados durante este proceso de paralización.
“La gente tiene que saber que insertamos la voz del estudiantado en los procesos administrativos, evitamos –al menos por un año– el aumento a la matrícula y se inició el proceso para auditar la deuda. O sea, nosotros podemos decir que adelantamos, que se puede echar pa ‘lante”, indicó.
Al igual que Luis, la joven reconoce que aunque los logros del estudiantado no son lo suficientemente claros, los frutos de la lucha se recogerán en poco tiempo.
“Pienso que los esfuerzos y el sacrificio van a tener efecto en el futuro. Aunque todavía no hemos visto claramente eso, lo vamos a ver con el tiempo. Como mencioné, se lograron unos preacuerdos, se adelantó mucho en educar y posicionar al estudiantado contra los recortes, se metió una presión histórica. Eso es un logro brutal, pero nos falta mucho. Nosotros logramos una huelga sistémica y nuestra victoria es la gran organización y la gran unión”, afirmó, a la vez que reconoció que el crecimiento del movimiento estudiantil será un factor fundamental, “porque siempre habrá gente dispuesta a luchar”.
Huelga femenina
A diferencia de la huelga del 2010, este año la lucha estudiantil estuvo encabezada por féminas. Y según la estudiante del RUM, estos procesos iniciaron en el 2010.
“Se reconoció la necesidad y la importancia de insertar a la mujer en los procesos. Había una necesidad de recalcar que la lucha femenina está relacionada a la lucha de país que Puerto Rico tiene que desarrollar. La mujer tiene que reclamar sus espacios también y en este movimiento estudiantil eso se logró. Los espacios de diálogo para la equidad se tienen que abrir en espacios públicos. ¿Y qué mejor foro que la universidad?”, cuestionó.
De acuerdo con Nicole, tener una presencia marcada de mujeres es resaltar que a la mujer se le está haciendo justicia.
“Las mujeres tienen los mismos derechos y ante eso, tenemos que impulsar tendencias más inclusivas”, dijo.
En esa misma línea, Carolina, estudiante de la UPR en Humacao, opinó que la participación femenina durante este proceso se debe en gran parte a dos cosas: al momento de crisis que vive el país, y a que muchas jóvenes han luchado fuertemente para abrirse paso en la sociedad.
“Ante eso, nos hemos encargado de reconocer esa fuerza de acción y sumar en los procesos que pretenden adelantar causas justas como esta”, aseguró.
De otro lado, Carolina señaló que el sentir del pueblo resultó contradictorio, puesto que “la mayoría quiere ver el país mejorar, pero no se atreven a alzar la voz por miedo a perder trabajos, ayudas y entrar en problemas con la ley”.
“Hace falta un trabajo que sea directamente pueblo y estudiante. Hay que salir de la universidad para que ellos [el pueblo] vean la otra cara de la moneda y entiendan la lucha universitaria. Si nos ganamos las masas esta lucha puede ser más efectiva. Hace falta una mejor comunicación con la gente, más transparencia”, expresó.
Entretanto, el portavoz del movimiento estudiantil del Recinto de Río Piedras de la UPR, José Coss, adelantó que seguirá la construcción de la lucha desde nuevos frentes.
“Decidimos trascender la lucha estudiantil. Y lo haremos desde nuestros comités de base para trabajar nuevas alternativas ante las medidas de austeridad que siguen amenazando al país”, sostuvo Coss, al tiempo que indicó que el proceso de huelga en sí fue un mecanismo de fortalecimiento y sostén ante la política pública del gobierno de turno.
“Sabemos que hay cosas por corregir, pero prefiero mantenerme enfocado en lo que nos ha mantenido unidos y encaminados. Tenemos que seguir luchando por una educación pública, porque las medidas neoliberales están ahí y su fin es destruir la clase media. La lucha sigue, ahora desde nuevos espacios”, sentenció.
2010 versus 2017
Intentemos hacer un pequeño viaje en el tiempo. Ya que finalizó la huelga, no está de más saber qué tiene que decir sobre este proceso Edwin Feliciano Ramírez, egresado y actual empleado de la UPR en Río Piedras y quien en el 2010 fue parte Radio Huelga, un proyecto mediático que trasformó la cobertura del suceso.
Para Feliciano Ramírez, la huelga de 2010 y la de 2017 tienen similitudes y a la vez características distintas, que valen la pena comparar.
“Yo, desde afuera en este 2017, percibí un movimiento estudiantil con un compromiso con el país bien bien profundo. En términos de la situación actual, con una JCF impuesta por el gobierno de Estados Unidos a raíz de la mala gestión administrativa que ha hecho gobierno tras gobierno desde la implementación del ELA, esta lucha le da un giro a la cosa. Me parece bien importante señalar que ha sido el único frente de lucha que verdaderamente ha sido foco de resistencia contra esas mediadas que hoy van en detrimento del pueblo”, observó el fundador de Resistencia Deportiva.
El hoy comentarista deportivo recuerda que en el 2010, en medio de la paralización y en el proceso de negociación, iniciaría la implementación de una cuota en la matrícula de $1,300, que luego se redujo a $800. De acuerdo con Feliciano Ramírez, con la presencia del ente federal cambia el panorama general porque los recortes al presupuesto de la universidad son mayores y las medidas de austeridad afectarán a todo el país, no solo a los estudiantes.
“En el caso del 2010 yo diría que la lucha fue mucho más artística. Se dio una explosión cultural bien grande. La iniciativa del proyecto Radio Huelga tuvo una incidencia brutal en enviar el mensaje sin filtro del estudiante en lucha”, analizó Feliciano Ramírez. Igualmente, adujo que si bien en esta huelga hubo proyectos como el Centro de Comunicación Estudiantil, el impacto en la comunidad fue distinto, dado que en el 2010 se sumaron elementos que le dieron una riqueza universitaria a la lucha, que terminó radicalizando a muchas personas desde una óptica universitaria de resistencia.
“En el 2010 el gobierno cometió varios errores tácticos, como la negación a la entrega de comida y el uso de la fuerza. Este año no fue así. Creo que hubo una mejor estrategia del gobierno. Es decir, la lucha del 2010 se dio en situaciones puntuales del estudiantado, versus esta huelga que ante recortes gigantescos está enmarcada en un macro, se desarrolló en una crisis de país. Ahora es mucho más grande. Por eso diría que los dos procesos son ricos en la evolución del pensamiento crítico de las personas, de lo que es radicalizar el pensamiento en términos de asumir posturas y estrategias de lucha”, puntualizó.
No obstante, vale la pena mencionar que durante esta huelga de 2017 fueron varias las iniciativas que desarrolló el estudiantado de la UPR. Entre los proyectos se destacó el inicio de campañas agrícolas autogestionadas que garantizaran alimentos a estudiantes con limitaciones económicas. Tal es el caso del Comité Central de Comida del Recinto de Río Piedras que, a pesar de los retos que ha tenido que enfrentar, ha puesto en marcha una campaña innovadora para beneficio de la comunidad.
Asimismo, durante estos meses también se adelantaron causas sociales a través del movimiento estudiantil. La celebración de una jornada Trans en varios recintos, así como la organización de talleres educativos sobre la crisis económica que enfrenta la universidad y el país en general. Igualmente, hubo varias iniciativas artísticas, como el concierto #NoNosCallarán, organizado por el Centro de Comunicación Estudiantil. Además, se realizaron múltiples charlas para desarrollar propuestas y centros de tutorías gratuitas para la comunidad en general.