Mientras el profesor Carlos Guilbe intentó ayer dar clases en el lobby del edificio Carmen Rivera Alvarado (CRA), el economista Argeo Quiñones enfrentó el ardor de un mediodía en Río Piedras y la falta de recursos adecuados para dar su clase, reubicada al edificio Ana María O’Neill (AMO).
Guilbe intentó, pues compite con el alboroto de la maquinaria que labora frente a la estructura que forma parte de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP). Presuntamente, la maquinaria sirve para reparar las averías eléctricas que han causado la reubicación de todos los cursos instruidos en el Ramón Emeterio Betances (REB) y el CRA, que cobija a la Facultad de Ciencias Sociales. Al momento, el REB y el CRA no cuentan con energía.
De acuerdo con una comunicación oficial, son más de 250 secciones las que han sido relocalizadas en el Recinto. Sin embargo, no se precisan aquellas que se daban en ocho salones del REB (241, 242, 244, 330, 332, 333, 334 y 335). Otros casos han sido reportados por profesores y estudiantes, que al llegar a su nuevo salón se han topado con que allí se llevan a cabo otras clases.
Según Guilbe, su sección de Elementos de la Geografía aún no había sido reubicada en otro salón. Esto contrasta con la información provista por la administración, puesto que aseguran que aquellos salones del REB que no habían sido trasladados, ya tenían lugar y se le notificó a los profesores correspondientes.
El profesor del Departamento de Geografía se vio precisado a detener su clase a la mitad.
“Ahí dejamos la clase”, sentenció Guilbe pasados tan solo 40 minutos. El geógrafo advirtió que no continuaría desafiando al bulldózer.
“Yo me voy a parar ahí (frente al CRA) y si no hay salón, nos metemos a la Lázaro”, instruyó a sus alumnos el profesor, quien también cuestionó que las clases hayan reanudado en estas condiciones.
Los 23 estudiantes de Guilbe, sentados en pupitres y viendo pasar a sus compañeros por el lobby, recibieron por 40 minutos las instrucciones de su profesor. Un regreso a clase distinto al de sus compañeros, cuyas secciones ya han sido reubicadas en otros salones a través del Recinto en edificios como Plaza Universitaria, Ciencias Naturales, Ernesto Ramos Antonini (ERA) y Luis Palés Matos.
Igualmente, Guilbe resaltó que ha tenido que atender a sus estudiantes en áreas como el merendero, puesto que las oficinas de los profesores tampoco son accesibles.
Como parte del regreso, el profesor de geografía también aprovechó para reconocer que entre el estudiantado hay mucho malestar de parte y parte tras los 70 días de huelga, que mantuvieron paralizado el Recinto. Ante esto, Guilbe manifestó que busca fomentar un espacio de paz y tranquilidad luego del conflicto.
Aún reubicados las condiciones no son “adecuadas”
Y es que la reubicación tampoco es cáscara de coco.
El profesor Argeo Quiñones, quien usualmente carga con proyector y cables propios ante la insuficiencia en los salones, presentó ayer claros signos de estar afectado por el calor y la falta de ventilación en los salones de AMO.
Y es que en este edificio, en el que se reubicaron 45 secciones, pese a que hay electricidad, las unidades de aire acondicionado no funcionan. Mientras, en el techo tampoco hay abanicos.
Para Quiñones, el reinicio a clases es tan solo un simulacro de recomenzar. De acuerdo al profesor, las acciones de la administración universitaria han desparramado sobre 250 secciones “irrespectivamente de si la estructura está apta”.
“El costo [de no regresar adecuadamente] lo estamos asumiendo nosotros”, denunció el economista, quien reiteró su reclamos de que la Universidad tiene la “capacidad institucional y legal de exigir todo lo que se le debe, para luego ponerse al día en infraestructura”.
Como reconocieron tanto la oficial de prensa del Recinto, Lorna Castro, y el Decanato de la Facultad de Ciencias Sociales, la administración busca reparar la avería, lo cual podría tomar más de un mes.
Entretanto, se ha designado una planta eléctrica de alta capacidad, provista por el Recinto mismo, para brindar energía a los dos edificios desconectados. Una vez esto ocurra, se asperjarán y habilitarán los salones para que retornen las labores académicas a sus correspondientes aulas. Las oficinas de los profesores y administración serían segundos en prioridad, puesto que las reparaciones y limpieza se enfocarán primariamente en los salones.
Sin embargo, se espera que mientras tanto, la avería original todavía esté en reparación, indicó Castro.
El deterioro a la infraestructura eléctrica de estas dos instalaciones ocurrió durante la huelga, pero, como indicó la oficial de prensa del Recinto riopedrense, tiene que ver con el tiempo que tiene la estructura. Lo mismo, resaltó el profesor Quiñones, quien denunció que las condiciones en Sociales “no han sido adecuadas desde hace años”.
Por lo tanto, para el profesor, esta no es la primera vez que ocurre. El docente aprovechó para recordar que durante las construcciones de estructuras aledañas, el profesorado de Sociales ha tenido que lidiar con ruido, polvorín y distracciones.
Mientras tanto, los estudiantes del curso de Política Exterior de China, reubicados al salón 201 en el edificio ERA, confligieron hoy con alumnos de español, quienes normalmente toman la clase allí. Los alumnos establecieron que el martes ocurrió lo mismo con otro curso reubicado, en el que los estudiantes trasladados llegaron hasta un salón previamente ocupado.