En el barrio Punta Santiago de Humacao, una de las comunidades más afectadas por el paso del huracán María, viven Noelia Rodríguez y Francisco López, un matrimonio de 54 años. El mar se metió en su casa durante el paso del ciclón, inundando y dañando todo a su paso, incluyendo la silla de ruedas eléctrica que posibilitaba a López desplazarse por su hogar. Ahora, con 80 años, utiliza una silla de ruedas manual, innegablemente un esfuerzo adicional.
El pasado lunes, Noelia, de 74 años, y su esposo recibieron al equipo del Programa de Asistencia Tecnológica de Puerto Rico (PRATP, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), quienes le otorgaron un andador a Francisco para asistirle. Los oficiales del programa tomaron, además, los datos relacionados a la pérdida de la silla de ruedas eléctrica para iniciar el proceso de conseguir una nueva.
El PRATP es la entidad que tiene la responsabilidad de promover cambios en los sistemas públicos y privados para aumentar el acceso de las personas con impedimentos a equipos o servicios que contribuyen a aumentar, mantener o mejorar sus capacidades funcionales. Los equipos son adaptados o construidos a base de las características y necesidades particulares de cada individuo.
Ese día la directora del PRATP, María Miranda, junto a los especialistas en asistencia tecnológica Carlos Rivera y María Hernández y el técnico de producción Edgar Cruz, entregaron otros equipos a dos envejecientes más de la comunidad.
El segundo hogar visitado fue el de Rita Amelia, quien necesitaba un bastón nuevo. La señora de 86 años, cuyo cabello compartía el mismo color blanco de su ropa, lloró y abrazó a Miranda como gesto de agradecimiento al recibir el bastón. El mango era rosado, color favorito de Amelia, y adaptado a ella por el especialista en asistencia tecnológica Rivera.
“Ahora tengo seguridad y puedo pasear”, expresó Amelia, quien dejó de llorar y empezó a sonreír a todos los presentes en la casa. “¡Dios derrame sobre ustedes bendición!”, exclamó agradecida.
El último hogar impactado fue el de William Rodríguez, veterano de la guerra de Vietnam. Sentado en una silla en el balcón con una taza en mano que leía “Coffee”, recibió la nueva silla de ruedas de parte del PRATP.
“Una héroe”
Los damnificados aprovecharon la visita del equipo del PRATP para relatar sus experiencias con al paso del huracán María. Una de las más impactantes fue la de Noelia y Francisco.
Aunque ya están bastante restablecidos, aún se siente el olor a mangle en la casa y en el techo se notan algunas áreas de filtración.
Noelia relató que el temporal los azotó temprano. Ya a las 8:30 a.m. comenzaron a presenciar la entrada del mar en su hogar.
“Nosotros estábamos tranquilos en el cuarto. No pensamos que se iba a meter el mar para acá [la casa]. Él estaba acostado en su cama y yo en la camilla viendo la televisión. De momento, como a las ocho y media, se fue la luz y ahí empezó a entrar agua”, relató, al tiempo que mostraba con sus manos frente a su cuello hasta dónde llegaba el nivel del agua.
Contó que le dijo a su esposo: “nos vamos agarrar de ese mueble”, aludiendo al sofá de la sala.
“Nos agarramos de ahí, desde las 8:30 a.m. hasta las 10:30 a.m., hasta que empezó a bajar el agua”, aseguró Noelia, quien dramatizó cómo agarró con una mano a su esposo en aquel momento.
Francisco, a su vez, expresó que no quiere volver a vivir más esa experiencia y considera a su esposa “una héroe”.
“Me fui corriendo donde él, y este me decía: ‘¡Me voy ahogar me voy ahogar!’ ‘¡No te vas ahogar nada!’, le dije”, recordó Noelia.
“Estamos aquí para dar la mano”
La iniciativa de la UPR pretende socorrer a esa comunidad así como Noelia lo hizo con su esposo.
“Lo que más me llena de emoción y de alegría es poder servir. Que la universidad, en su rol de vanguardia, esté presente para la comunidad, que sentimos lo que ellos sienten”, expresó Miranda, directora del PRATP.
“Estamos aquí para dar la mano y más en esta crisis, en esta devastación del huracán, nosotros podemos ayudar a un sector bien marginando que son las personas con impedimento, donde varios elementos se unen afectando más, ya sea la pobreza, la falta de acceso, falta de equipo. Es cambiar vidas”, agregó.
Por su parte, Rivera indicó que ve esta iniciativa como un acto de retribución. “Utilizo mucho la palabra retribuir. Retribuir en términos de lo que alguien hizo por mí en algún momento, yo hacerlo con otra persona. Y eso es parte de lo que es servir y lo que hacemos en el PRATP”, compartió.
En las visitas a Punta Santiago también estuvieron el presidente interino de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Darrel Hillman, así como personal de la Administración Central.
“Son ellos los que realmente son los héroes, los que dirigen todo ese equipo”, manifestó Hillman, refiriéndose al personal de PRATP.
“Mi participación aquí es conocer estas entregas y a estos ciudadanos y qué nos enseñan las historias que podemos sacar de cada una de estas visitas”, indicó Hillman, quien también repartió alimentos a los damnificados.
Actualmente, el PRATP ha impactado 50 hogares de la comunidad de Punta Santiago gracias a diversas organizaciones extranjeras que le han provisto los equipos médicos.
El PRATP, creada en 1993, es la única entidad en Puerto Rico que trabaja con la accesibilidad de los servicios públicos y privados para las personas con impedimentos a través del uso de la tecnología AT. El organismo está adscrito a la Administración Central de la UPR.
Comunidades, instituciones y municipios que su población de impedidos quedó afectada por el huracán pueden beneficiarse del PRATP llamando al 787-474-7292, accediendo a su página web www.pratp.upr.edu o comunicándose al correo electrónico mariamiranda@pratp.upr.edu.