La cantante puertorriqueña Andrea Cruz no tejió una pieza de lana o terciopelo. En cambio, con su fina aguja trenzó una propuesta musical convertida en un manto sanador con bordados folclóricos.
De acuerdo con la artista, su álbum debut, “Tejido de Laurel”, es precisamente la combinación de las manos artísticas que colaboraron en su confección.
Su misión de sanar musicalmente a tutiplén, sin embargo, se vio paralizada tras la sacudida propiciada por el huracán María. Y es que el “Tejido de Laurel” salió en las plataformas digitales dos días después del paso del fenómeno atmosférico por la Isla, estropeando momentáneamente los planes artísticos de Cruz. Inclusive, días antes del paso del huracán, la cantante se encontraba afinando detalles para presentar el disco de manera oficial en el centro cultural El Bastión.
“Los primeros días fue un lloriqueo porque llevábamos un año trabajando duro”, confesó la cantante. La joven de 23 años contó que originalmente el lanzamiento del disco estaba pautado para enero, pero —debido a un adelanto en la producción— decidieron fijarlo para el 22 de septiembre.
Aun con los percances, Cruz no titubeó en opinar que mientras haya música y manos para colaborar, el resto es secundario. De hecho, el destrozo solo provocó que Cruz y su tejido curativo se enfilaran de otra manera.
Fue por esto que, tras verse imposibilitada de promocionar su disco, la joven decidió unirse a la entrega de alimentos que realizó la empresa puertorriqueña Local Guest a comunidades devastadas por María.
En poco tiempo su voz y su guitarra se transformaron en suministros, y con cada melodía consolaba la angustia y desesperación.
“Al principio, yo pensé que la respuesta no iba a ser buena, pero fue todo lo contrario. La gente estaba bien sentimental, bien emocional”, contó. En ocasiones, indicó, la gente prefería las melodías en vez de alimentos, ya que escuchar música se había convertido en un lujo.
La furia de María, además de vidas e infraestructura, estremeció nuestra frondosa flora. Quizás por coincidencia o por cosas del destino, gran parte de las composiciones del ‘Tejido de Laurel’ contiene guiños a la naturaleza.
“Santas, santas flores,
mis plegarias les doy“
-Santas Flores
No es extraño tampoco que la cantante haya escogido al árbol de laurel como símbolo de su disco por ser un “arbusto muy poderoso que gana batallas”.
“Siempre dije que se iba a llamar ‘Tejido de Laurel’ y que iba a ser para sanar. Yo quería que ese fuese el propósito del disco… que sane lo que tenga que sanar”, aseguró Cruz, agarrada al orden divino de las cosas, entiende que irremediablemente es momento de enredarnos en la limpieza de nuestros interiores.
Entretejido folclórico
El disco, producido por Rafa Rivera, Harold Wendell Sanders y Rubén Morales, cuenta con unas profundas raíces del indie folk. Asimismo, en temas como ‘Hilos’ y ‘Canción de Amargura’ , se pueden palpar encajes de folclor latinoamericano por medio del cuatro venezolano.
La intérprete —quien antes ostentaba el seudónimo ‘Amapola’— apuntó a que la identidad de su propuesta musical se debe al enlace de hebras “folkys” y la influencia “oscura” de Rivera, quien le dio más intensidad a las guitarras en la producción.
“Nunca hemos pensado en un género. No nos sentamos y decimos que vamos a hacer indie folk. Realmente es lo que llevamos dentro”.
En temas como ‘Toquemos Tierra’ y ‘Escríbeme’ se ensalza ese entretejido folclórico norteamericano que en ocasiones se cuela la sutileza de los instrumentos de viento y la potencia de las guitarras. Incluso, estos dos temas ejemplifican cómo Cruz florece con su voz hilando de un punto a otro con las melodías.
Su indie folk —influenciado principalmente por Bon Iver, el experimento musical del músico Justin Vernon— se acentúa también en los temas ‘Fertiliza’ y ‘La Promesa’, en este último su voz quiebra lo tenue.
Cruz, a su vez, señaló que aunque muchos de los temas ya existían previo a grabar el disco, “nació todo en el estudio”. La gran mayoría de estas canciones, según la cantante, cobraron nuevos matices principalmente por la producción de Rivera y Sanders, quien obtuvo el premio Grammy para Mejor Álbum Latino Alternativo por su trabajo en el disco ‘iLevitable‘ de la también cantante puertorriqueña iLe.
Íntima muestra
El próximo 18 de noviembre, Cruz junto a sus músicos tejerá para unos pocos las melodías de su álbum. Y aunque la falta de energía eléctrica amenaza muchos espacios culturales, la cantante apostó a la reinvención, por lo que sostendrá el evento en una casa en Caguas. No obstante, apenas tres días antes, los presentes conocerán la localización precisa.
“Van a escuchar “Tejido de Laurel” en su esencia más pequeña, acústica, pero con la banda…podrás ver cómo se mueven los vientos y cuándo entra la percusión”, expuso.
Con esta exhibición, la músico también espera ofrecer un “espacio de amor” y demostrar que, a pesar de la crisis que nos ha tocado vivir, “todo sigue valiendo la pena”.
El “Tejido de Laurel”, entonces —lejos de amilanarse ante las ruinas— pretende continuar arropando con sus propiedades sanadoras. Entretanto, Andrea Cruz espera seguir tejiendo melodías para —como el árbol de laurel— ganar batallas.
A continuación podrás ver a Andrea Cruz interpretando el tema ‘No Toquemos Tierra’ en las instalaciones de Diálogo: