Todo estudiante quiere tener buenas calificaciones, mantener elevado su promedio y disfrutar de un verano libre de exámenes. Sabemos que tener buenas calificaciones permite el acceso a diferentes oportunidades: becas de estudio, programas de posgrado e incluso empleos donde las empresas buscan únicamente a los mejores estudiantes.
El rendimiento académico no es, de ninguna forma, un método para determinar cuáles son los mejores estudiantes. Sin embargo, las calificaciones y notas finales que un estudiante obtiene son generalmente la medida para determinar si este se encuentra por debajo, alrededor o por encima del promedio. Aunque el concepto no responde a esta finalidad, en la práctica, los estudiantes con mejor rendimiento académico son vistos como los mejores del curso.
¿Qué es el rendimiento académico?
Con este concepto se busca referir a la evaluación que docentes y centros educativos realizan para determinar el conocimiento adquirido por el estudiante. Es, en otras palabras, una forma de medir si lo transmitido en clase fue efectivamente aprendido por los alumnos.
Un estudiante tiene un buen rendimiento académico cuando aprueba los exámenes o cuando alcanza el promedio de calificaciones establecido. Cuando el balance final de un semestre o año lectivo es positivo, el estudiante puede decir que su rendimiento académico ha sido bueno.
Esta medida indica lo que el estudiante ha aprendido en el proceso y su capacidad para responder a los estímulos educativos recibidos.
Existe una amplia cantidad de factores que inciden en el rendimiento académico: la extensión de los programas educativos, el entorno de estudios, el manejo o no de técnicas de concentración y/o estudio, la extensión del calendario de pruebas y exámenes, la subjetividad del docente a la hora de evaluar… El rendimiento académico se compone de factores que el estudiante puede controlar, pero también de factores externos a él.
Por lo tanto, de ninguna medida este concepto debe tomarse como una forma de determinar si un estudiante es “bueno” o “malo”. Simplemente debe decirse que los estudiantes con rendimiento académico bajo no lograron responder de forma positiva a los estímulos académicos enviados, esto puede ocurrir por la actitud del estudiante frente a dichos estímulos, pero también por un mal planteamiento docente.
¿Cómo mejorar el rendimiento académico?
Tal y como mencionamos, existen ciertos factores que dependen del estudiante y, por lo tanto, este puede controlarlos cuando se pone como meta mejorar su rendimiento. Si este es tu objetivo, te contamos paso a paso lo que puedes hacer.
1) Analiza
Investiga bajo qué condiciones estudias mejor, qué horario te resulta más cómodo, qué espacio y qué condiciones ambientales. Una vez que definas esto deberás procurar obtener esas condiciones: un escritorio en alguna parte de la casa, una mesa acondicionada para estudiar en el exterior… Lo que te resulte más cómodo, pero asegúrate de obtener ese espacio físico indispensable para colocar tus materiales y sentarte tranquilamente a repasarlos.
2) Aliméntate bien
El rendimiento académico no mejora simplemente estudiando, debes ayudarte cambiando factores tan importantes como el estudio mismo. Este es el caso de la alimentación.
Una alimentación deficiente te mantendrá cansado, con el cuerpo concentrado en digerir esa comida tan pesada que se te ha ocurrido consumir, y por lo tanto no lograrás rendir de forma adecuada. Para asegurarte de alimentarte bien, lo mejor es optar por una dieta ligera, rica en frutas y vegetales.
Cambia los snacks tradicionales por frutos secos o frutas como la manzana, la banana o la naranja. Con esta simple acción ya estarás dando a tu cuerpo material de primera calidad para que la alimentación no incida negativamente en tu rendimiento.
3) Cuestiónate
En lo estrictamente académico, tu rendimiento mejorará si te cuestionas de manera constante: ¿Tengo la motivación suficiente para estudiar? ¿No? ¡Búscala! ¿Tengo un método de estudio claro? ¿No? ¡Pues elige uno! ¿Sé con qué sistema recuerdo mejor la información? ¿Tengo un horario destinado únicamente al estudio?
La base para mejorar el rendimiento académico es la organización, así que, luego de analizar y responder estas preguntas, el siguiente paso es organizarse. Divide tu material de estudio en intervalos de tiempo, busca la técnica de estudio que mejor se adapte a ti, emplea un sistema para recordar la información que te funcione… En otras palabras, en lugar de adaptarte a estudiar, adapta el estudio a las formas que mejor te resulten y verás como poco a poco tu rendimiento mejora.