La llegada de inversiones extranjeras no necesariamente se traduce en la creación de oportunidades laborales. Por el contrario, las megatiendas –o multinacionales detallistas– desplazan otros empleos, así como a las pequeñas y medianas empresas (pymes) ya establecidas en el País.
“La multinacional puede vender más generando menos en empleos que las pymes. En ese sentido, a medida que esa multinacional detallista va acaparando el mercado se crea una pérdida de empleo”, comentó el economista y profesor José Caraballo Cueto durante el panel Efecto de las megatiendas en Puerto Rico llevado a cabo en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.
De acuerdo con Caraballo Cueto, quien es presidente de la Asociación de Economistas de Puerto Rico, cada empleado de una pyme genera alrededor de $115 en ventas, contrario a los empleados en las megatiendas, quienes generan $280. El experto indicó que, debido al alto nivel de productividad de las megatiendas, estas pueden vender más artículos con menos empleados que las pequeñas y medianas empresas.
Según el economista, el cierre de una megatienda no se traduce en una pérdida de empleos o de ventas puesto que estas suelen pasar a las pequeñas y medianas empresas. “Cuando se dice que cerró una megatienda, que se perdieron empleos, en realidad se crean porque si ellos están vendiendo menos, las pymes tienen que vender más y se generan más empleos. La pérdida de empleos es menor”, explicó Caraballo Cueto.
Asimismo, el economista expresó que varias de las megatiendas establecidas en la Isla para el 2012 no remitieron el pago del Impuesto sobre Ventas y Uso (IVU).
“Sí, es bueno que entren [las megatiendas], pero de una forma controlada”, recomendó Caraballo Cueto, quien además hizo referencia a otras jurisdicciones como Alemania, República Dominicana y Nueva York, donde las multinacionales no reciben ningún incentivo por parte del Estado y son reguladas a través de permisos que favorecen a las pymes.
Caraballo Cueto destacó que la acción de regular las multinacionales no es un argumento nacionalista puesto que gobiernos dentro del territorio estadounidense han regulado la entrada de megatiendas en sus jurisdicciones.
Por otra parte, según el economista y profesor José Alameda, la concentración de megatiendas en un área específica afecta negativamente a las pequeñas y medianas empresas cercanas. Alameda indicó que la saturación de estas multinacionales posiciona el mercado detallista a favor de las megatiendas, limitando a las pymes.
“Usted tiene que probar que su farmacia y su negocio es necesario y conveniente en los criterios de una milla radial”, dijo el profesor, apuntando el caso de Walgreens. Según Alameda, esta farmacia se duplicó en la Isla luego de que en el 2005 el Circuito de Apelaciones de Boston le anulara la aplicación de certificados de necesidad y conveniencia (CNC). Estos certificados mantenían el balance entre las farmacias de la comunidad y las farmacias de cadena.
Desde su apertura en los años 60 hasta el 2005, Walgreens inauguraba en la Isla una farmacia por año. Luego de la eliminación de los CNC, la farmacia en cadena abrió siete establecimientos anualmente.
Alameda precisó que la ubicación de estas megatiendas suele concentrarse en municipios con mayor densidad poblacional, como San Juan, Guaynabo y Bayamón. A su vez, Alameda desconoce por qué los municipios dan mayor acogida a las megatiendas en vez de a los pequeños y medianos comerciantes, quienes no gozan de incentivos gubernamentales, y por ende aportan más a los municipios a través del pago de impuestos.