El costo de la matrícula en la Universidad de Puerto Rico (UPR) podría ascender hasta los $200 por crédito a nivel subgraduado, de acuerdo con el plan fiscal revisado que al momento elabora la administración y que además incluye alzas en las cuotas y la posible eliminación de las exenciones estudiantiles.
Los detalles del documento de trabajo salieron a relucir luego de una reunión celebrada hoy en Aguadilla entre líderes estudiantiles y el presidente de la Junta de Gobierno (JG) de la UPR, Walter Alomar.
Alomar les confirmó a los estudiantes que el aumento en la matrícula se hará de forma escalonada y que para el próximo año académico se contempla un alza que situaría el costo por crédito entre los $70 y $80. Este monto sería menor al contenido en el pasado plan fiscal, que dictaba un aumento inmediato a $115 el crédito, más del doble de los $56 actuales.
“Alomar nos dijo que en los siguientes años se iba a seguir trabajando con los aumentos y que, aunque no sabía cuál iba a ser el tope, los costos no deberían pasar de $165 a $200 por crédito”, detalló la representante estudiantil del Recinto de Río Piedras ante la Junta Universitaria (JU), Wilmarí De Jesús.
En cuanto al aumento a los créditos graduados, Alomar reveló que será de 5% a 10%, por limitaciones que imponen las acreditaciones de distintos programas académicos. El pasado plan fiscal contemplaba un alza en los créditos graduados que ascendían los costos de $140 a $270.
“Ellos se han encontrado con unos traspiés en términos de los aumentos porque hay unas acreditaciones particulares que tienen unos límites porque reconocen que las escuelas profesionales, especialmente las de Salud y Derecho, tienen una tendencia a aumentar sus costos por el hecho de que sus graduandos van a tener un ingreso mayor. Las mismas casas acreditadoras han empezado a restringir esos aumentos drásticos en matrícula”, explicó la representante del Recinto de Ciencias Médicas ante la JU, Marysel Pagán.
El presidente del cuerpo rector de la UPR también les adelantó que se aumentarán las cuotas de laboratorio, mantenimiento y tecnología, aunque no pudo precisar si sería efectivo para el año académico que comienza en agosto.
Asimismo, en la reunión salió a relucir que la administración universitaria está contemplando eliminar las exenciones de matrícula. Según los datos presentados en la reunión, actualmente unos 15,000 estudiantes gozan de este beneficio.
De acuerdo con las líderes estudiantiles, las exenciones se convertirán en un sistema de competencia donde los mejores obtendrían el beneficio.
“Lo que se está cambiando es el concepto. La diferencia es que serían unas exenciones competitivas, no vienen siendo las que conocemos hoy día donde el hecho de que ya tú le des un servicio a la universidad la institución te recompensa, sino que, encima de que das un servicio, tienes que competir con tus compañeros por ser el mejor”, apuntó Pagán.
Sin embargo, las estudiantes denunciaron que les preocupa dicha iniciativa, pues no se detalló cómo se implementará el nuevo sistema. “¿Cómo tú vas a hacer un análisis en los grupos musicales o en los grupos de teatro?”, cuestionó De Jesús.
A diferencia del plan fiscal anterior, que reducía la cantidad de estudiantes elegibles a la exención, “ahora estamos hablando de que las vamos a eliminar todas y vamos a cambiar la modalidad a que sea una de becas o por cuestiones de mérito”, explicó Pagán.
Estos ajustes se dan en un intento de la administración de lograr recaudos debido al recorte en las asignaciones del fondo general que alcanzará los $423 millones en 2022, según establece el plan fiscal del gobierno central.
La UPR, encabezada por su presidente interino Darrel Hillman Barrera, se encuentra trabajando el plan fiscal revisado que tendrá que entregar a la Junta de Control Fiscal el próximo 9 de marzo. Hasta el momento, la administración no ha divulgado el borrador del documento.
Al terminar la reunión, los miembros de Administración Central le informaron a los estudiantes que el próximo 21 de febrero se discutirá un borrador de medidas en la reunión de la JU.
“Seguimos sin información concreta sobre lo que va a suceder en la universidad. Seguimos con dudas en quién está trabajando el plan fiscal porque tuvimos esta reunión con Alomar y él tenía entendido de que no se iba a presentar en la Junta Universitaria el 21 sino el 28. O sea, que no hay una comunicación directa sobre el documento del plan fiscal entre el presidente interino y el presidente de la Junta de Gobierno”, criticó Pagán.
La estudiante dudó si las reuniones con Alomar, entonces, tendrán algún efecto en el resultado final del documento.
Aunque Diálogo solicitó una entrevista con Alomar, el presidente de la JG no estuvo disponible.
Se oponen a visión mercantilista
Tanto De Jesús como Pagán denunciaron que una visión mercantilista del sistema universitario está reinando en la elaboración del plan fiscal, documento que regirá las finanzas de la UPR por los próximos cuatro años.
Aseguraron que la administración está utilizando comparaciones con universidades privadas y enfocando a la UPR como una empresa competitiva durante el desarrollo de las medidas para lograr ahorros y allegar fondos.
“Comparar con las universidades privadas se distancia de la misión y visión de la universidad. Mucho de lo que se habló hoy era de la perspectiva administrativa de la universidad como un negocio, no como proyecto de país. Ellos lo ven así porque el estudio que hacen es operacional, no es un estudio de universidad como proyecto de movilización”, denunció la representante del Recinto de Ciencias Médicas.
Ante esto, Pagán le cuestionó al presidente de la JG si el aumento escalonado de matrícula se mantendría en caso de que la UPR tuviera éxito en el esfuerzo por allegar fondos externos.
“La contestación fue básicamente que se va a aumentar comoquiera porque las universidades privadas tienen un costo mayor. Por lo tanto, independientemente seamos exitosos obteniendo fondos adicionales –ya sea por servicios de consultoría o investigación–, se iba a mirar aumentar la matrícula y tratar de equipararla un poco con lo que es el gasto de las universidades privadas”, apuntó.
El estudiantado asume la carga económica
Así las cosas, las representantes estudiantiles criticaron que los números fiscales de la UPR se cuadren con aumentos de matrícula, eliminación de exenciones y alza en las cuotas universitarias, sin que se reforme el sistema universitario.
“Nosotros entendemos que no podemos pretender absorber todos los recortes por medio de apretar al estudiante que es el más que necesita ayuda en estos momentos. Ellos tienen una visión diferente de lo que debe ser la universidad, referente al acceso. En definitiva, no podemos pretender hacer estos recortes a la institución y ampararnos simplemente en allegar fondos aumentando la matrícula”, dijo De Jesús.
Pagán, por su parte, urgió a la administración a realizar un análisis operacional de la universidad en términos de cómo se distribuyen los fondos y cómo se utilizan.
“No se ha llevada a cabo un estudio real de por qué la universidad funciona como funciona. Esa es la única forma de poder enfrentar un recorte al presupuesto, si es que nos merecemos el recorte. Es la cuestión de no cambiar nuestro sistema, de ni siquiera mirarlo”, criticó, no sin antes recordar que en 2010, tras una disminución las asignaciones para la UPR, también se aumentó la matrícula.
Ambas estudiantes resaltaron que Alomar reafirmó su compromiso de lograr recortes en Administración Central, al tiempo que aceptó que trabajan el plan fiscal sin los presupuestos desglosados de cada unidad académica.
En la reunión participaron los presidentes de los Consejos Generales de Estudiantes de los recintos de Río Piedras, Mayagüez y Ciencias Médicas; así como los representantes ante la Junta Universitaria de Bayamón, Aguadilla, Río Piedras y Ciencias Médicas. Por parte de la administración estuvieron presentes Alomar y la secretaria ejecutiva de la Junta de Gobierno, Magdalisse Ramos Costa.