La Universidad de Puerto Rico (UPR) implementaría sistemas de trimestres y cuatrimestres a través de todos sus recintos y unidades –con la excepción del Recinto de Ciencias Médicas– a partir del año académico que comienza en agosto, según el borrador de plan fiscal que discutió ayer la Junta Universitaria (JU) en reunión extraordinaria.
Aunque en la reunión no se divulgó el documento de trabajo como tal, sí salió a relucir que la transición a este modelo sería una de las piedras angulares del esfuerzo de la administración por allegar nuevos ingresos y reducir costos en la UPR, que para el próximo año fiscal se apresta a sufrir un recorte de $41.3 millones en la asignación procedente del fondo general respecto a los $631 millones que recibió este año.
Al final del encuentro, que se extendió por más de cinco horas, se aprobó una moción a los efectos de que el borrador del plan fiscal se divulgue a más tardar el 2 de marzo, fecha tentativa para la continuación de la reunión extraordinaria.
Bajo el nuevo calendario, los cursos subgraduados se ofrecerían dentro del esquema cuatrimestral, que incluye tres trimestres regulares y una sesión de verano. En el caso del sistema trimestral, que se aplicaría a los estudiantes graduados, las sesiones se repartirían a lo largo del año natural, con el propósito de “brindar más tiempo para labores reflexivas y de investigación”, de acuerdo con el bosquejo que presentó el presidente interino Darrel Hillman Barrera en la reunión de la JU.
La expectativa de la administración universitaria es que la “flexibilidad” que permite este modelo sirva para atraer más estudiantes al sistema UPR, al tiempo que amortigua el esperado aumento en el costo por crédito subgraduado.
El bosquejo presentado en la reunión considera tres escenarios posibles para el próximo año fiscal fundamentados en la transformación del calendario académico y proyectando una matrícula de 57,000 estudiantes a nivel sistémico, de los cuales 50,000 son subgraduados con una carga promedio de 12 créditos y los restantes 7,000 son estudiantes graduados tomando una media de nueve créditos.
El primer escenario contempla un costo de matrícula idéntico al actual, tanto a nivel subgraduado ($57 por crédito) como graduado ($143), lo que allegaría a la UPR unos $38.9 millones adicionales sin considerar la posibilidad de concederle a los profesores un diferencial salarial por el incremento en carga académica comparable al que actualmente reciben los docentes en la UPR Carolina, donde ya se opera bajo un sistema cuatrimestral.
Al tomar en cuenta el diferencial salarial, el monto de ingresos nuevos se reduciría a $13.9 millones bajo este panorama.
Los otros dos escenarios consideran aumentos de $15 y $25, respectivamente, en el costo por crédito subgraduado. Con el alza de $15 los nuevos ingresos ascenderían a $48.8 millones sin tomar en cuenta el diferencial salarial, y $23.9 millones con este.
Con el aumento de $25, esas cifras incrementan hasta $55.5 millones y $34.8 millones respectivamente. Hillman Barrera estableció que la UPR necesita medidas de ajustes –entre recortes e ingresos nuevos– que asciendan a $91.3 millones para el próximo año fiscal dado que, además del tijeretazo gubernamental de $41.3 millones, la reserva de $50 millones que la institución había acumulado en años recientes se utilizó para mitigar el efecto de los recortes durante presente el año académico, así como en el proceso de recuperación posterior al huracán María.
En principio, la “expectativa” es que el aumento en el costo de matrícula que se implemente para el año académico que comienza en agosto sea uno fijo, es decir, que no sea el primero de una serie de aumentos sucesivos. Sin embargo, Hillman Barrera insistió en que todo dependerá de cuán exitosa sea la administración en sus intentos de impulsar medidas de ingresos nuevos.
“Para este año [que empieza en agosto] subimos la matrícula una cantidad mínima por lo que ocurrió por María. Si logramos con gran esperanza obtener aquellos ingresos a través de todas las medidas que vamos a ir pudiendo desarrollar este año yo esperaría, yo quisiera, yo desearía que se quedara fijo en ese monto de $15 [de aumento] que hemos discutido. Eso no lo puedo asegurar. Quiero que quede claro que no es fijo, es una expectativa que va a depender de cómo nos lleguen esos ingresos adicionales”, recalcó el presidente interino en un aparte con la prensa posterior a la reunión.
No obstante, para Wilmarí De Jesús, representante estudiantil del Recinto de Río Piedras ante la JU, los planteamientos traídos por la administración en la reunión contradicen el mensaje que el presidente de la Junta de Gobierno, Walter Alomar, transmitió a varios líderes estudiantiles en un encuentro la semana pasada.
“Cuando vemos, la propuesta de la Junta de Gobierno es un aumento [de matrícula] escalonado, mientras que el propio presidente [Hillman Barrera] nos indica que cuando llegara el momento se tomaba la decisión de cuál es la propuesta que se implantaría. Eso nos preocupó grandemente porque una propuesta habla de un aumento de $15 a $25 y la otra de que [el costo por crédito] llegaría a más de $165”, expresó De Jesús, manifestando al mismo tiempo preocupación ante la poca claridad institucional a poco más de dos semanas del 9 de marzo, fecha límite establecida por la Junta de Control Fiscal (JCF) para la entrega del plan fiscal.
Aunque los estudiantes reconocieron que el sistema cuatrimestral aceleraría los términos de los bachilleratos, cuestionaron el proceso decisional, así como el impacto económico que tendría sobre la población estudiantil.
“Básicamente representa un aumento en la matrícula porque sería una tercera matrícula en un mismo año. No hay una planificación académica clara y concisa que diga cómo se va a estar llevando a cabo. Se les pidió [a la administración] un documento claro sobre las partidas que de cada programa en cada recinto y como se implementaría porque utilizar a Carolina como modelo no es idóneo para cambiar sistemas semestrales como el de Humacao o Río Piedras que son sistemas macro con mayor cantidad de estudiantes”, dijo por su parte Jorge Pagán, representante estudiantil de la UPR Humacao.
Entre las medidas para allegar ingresos a las que se refirió Hillman Barrera se encuentra un propuesto proyecto de ley impulsado por el rector interino de la UPR Humacao, Héctor Ríos Maury, que aumentaría el arbitrio al consumo de alcohol en Puerto Rico. De acuerdo con los cálculos que compartió Ríos Maury, su propuesta podría generar entre $45 millones y $85 millones para la UPR.
El borrador del proyecto de ley, sin embargo, ni siquiera se ha redactado, por lo que resultaría improbable que sus efectos se incluyan en el plan fiscal. El plan fiscal que la Junta de Gobierno certificó en julio de 2017 no pasó el crisol de la JCF por, entre otras razones, plantear unos escenarios financieros excesivamente optimistas.
Mayor carga docente
La transición desde el tradicional sistema semestral implicaría una mayor carga académica para los docentes. Actualmente, la carga completa anual para un profesor consiste de 24 créditos, que además de los cursos que imparte, puede repartirse entre la labor investigativa, tareas administrativas y la participación en cuerpos de gobernanza institucional.
En la UPR Carolina, cuyo modelo adoptaría el resto de las unidades, la carga académica docente consiste de 33 créditos anuales, lo que conlleva un pago de diferencial salarial de nueve créditos.
En el campus carolinense, los profesores por lo general asumen una carga de 12 créditos en dos de los cuatrimestres y nueve créditos en otro, para completar los 33. Para los estudiantes, la carga completa es de 36 créditos anuales, o 12 créditos por sesión regular.
El aumento en la carga docente igualmente generaría ahorros adicionales al minimizar la necesidad de cada unidad de emplear profesores por contrato para cumplir con sus ofertas académicas.
Según esbozó Hillman Barrera en la reunión extraordinaria, miembros de la oficina de registraduría de la UPR Carolina han visitado las demás unidades del sistema universitario, lo que les ha permitido concluir que es “doable” (viable) que arranquen bajo el nuevo modelo a partir de agosto.
A lo largo de la reunión, el presidente interino y su equipo de trabajo realizaron comparaciones entre la UPR y universidades estadounidenses, tanto en el sentido de que en el país norteamericano los estados suelen financiar entre un 20% y 30% de los gastos de las instituciones de educación superior públicas, como de que se ha probado la efectividad de los sistemas trimestrales y cuatrimestrales, algo que tanto Pagán como De Jesús censuraron al entender que las diferencias entre las condiciones socioeconómicas de estas jurisdicciones y Puerto Rico le restan validez al ejercicio.
“No es una rareza que [el gobierno central] nos reduzca $423 millones [en cinco años]”, había manifestado el presidente interino durante la reunión.
Además de los calendarios trimestrales y cuatrimestrales, Hillman Barrera propuso establecer el concepto de “Universidad Nocturna”, que correría bajo un formato “bimestral” con seis sesiones de cinco semanas al año. Aunque el bosquejo sobre la transformación no entra en detalles sobre cuándo se implementaría este programa, la administración proyecta recaudos de $30 millones anuales mediante esta iniciativa.
Por otra parte, en la reunión se mencionó la posibilidad de atraer a la UPR más estudiantes extranjeros y de la diáspora puertorriqueña, a los que se les impondrían costos de matrícula más elevados que a los alumnos locales.