El Caribe, particularmente República Dominicana, ostenta el honor de ser el primer lugar en América en tener una institución de educación superior: la Universidad Autónoma de Santo Domingo, fundada en 1538, a pocos años de la conquista. Y fue precisamente en el Caribe -pero en este caso en Puerto Rico- el lugar en donde un grupo de académicos y gerentes universitarios repasaron el desarrollo histórico de las universidades en América Latina. Esto como parte de la serie de talleres que se ofrecieron recientemente en la Escuela de Optometría de la Universidad Interamericana de Puerto Rico en Bayamón como parte del proyecto de formación Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario (IGLU) Caribe de la Organización Universitaria Interamericana. La conferencia en torno al tema estuvo a cargo del profesor titular de la Universidad Simón Bolívar (USB) de Caracas, José Jacinto Vivas Escobar. Bajo el título La educación superior en América Latina: desarrollo y evolución, una veintena de profesionales de la educación discutieron acerca del desarrollo de la tradición universitaria latinoamericana pasando por sus periodos históricos centrales y debatiendo con relación a los nuevos rumbos que le deparan a estas instituciones educativas. Vivas Escobar estableció en su charla tres momentos claves y divergentes en el desarrollo universitario en nuestra región. Primero estuvo la universidad colonial que se distinguía por emular el modelo español de las universidades de Salamanca y de Alcalá de Henares. Luego llegó lo que se denominó la universidad republicana que respondía al modelo francés de universidades laicas y centralizadas. Finalmente el próximo periodo fue el de la universidad de la diversidad que se relaciona con el modelo norteamericano, en el que el estudiante no es más un ente pasivo, sino que se involucra activamente en todos los aspectos de su propia formación. Estos momentos históricos también llevaron a lo que denominó como la crisis universitaria de los 60, con Mayo del 68 y la incursión de los institutos tecnológicos. “Ya la universidad no comanda la educación superior”, estableció Vivas Escobar en su charla. Y es que si se observa con detenimiento el mercado, cada día hay más institutos tecnológicos que ofrecen alternativas de formación a través de carreras cortas diseñadas según las necesidades del mercado laboral. Ejemplo de esto, señaló Vivas, lo es la proliferación de los llamados “community colleges” en el estado de Californa, EEUU, en los que en un semestre pueden formar profesionales técnicos como carniceros, plomeros y todo tipo de oficios que tienen gran demanda y cuya empleabilidad depende de una certificación. Estos institutos, que son parte de la nueva tendencia global en cuanto a la educación superior, abundan igualmente en América Latina. Sin embargo, aunque compiten con las universidades en cierta medida, no le restan atractivo al título universitario. “Para entender nuestro sistema universitario hay que entender nuestra cultura. En América Latina los títulos universitarios vinieron a sustituir los títulos de la nobleza. La universidad sigue representando un asunto de prestigio, de ascenso social”, profundizó el profesor. Este aspecto social va de la mano con el aspecto económico pues en la actualidad una de las tendencias más notables en torno a la educación superior tanto en América Latina como en el resto del mundo, es que las relaciones entre el mercado y la universidad se van estrechando. “Ha habido una mercantilización de la educación y una internacionalización”, señala. Esto se puede ver por ejemplo, en la cantidad de instituciones que abren campus en otros países u ofrecen alternativas de estudios a través de la red. También, las universidades buscan su lugar en la oferta educativa al establecer líneas de diferenciación y especialización. Igualmente, esto se combina con el hecho de que cada día son más las personas que reclaman acceso a la información y a la educación. Grupos marginados que antes no se planteaban la posibilidad de estudiar ahora ingresan a instituciones y esto definitivamente, ha cambiado el perfil del estudiantado y sus necesidades. Todos estos cambios traen nuevos debates a la mesa de discusión. Primero ya se han comenzado a buscar opciones para la estandarización de la educación a través de agencias internacionales de acreditación. Asimismo ya en los principales foros de discusión en el mundo como la Organización Mundial de Comercio se comienza a discutir el que, sin duda, será el principal debate en torno a la educación superior de nuestros tiempos. ¿Debe o no debe ser la universidad un asunto de dinero? ¿El estrechar las relaciones de las instituciones de educación superior con el mercado redundará en un detrimento de la función social de la educación en la forja de ciudadanos? El debate está sobre la mesa. Puede acceder al artículo original en http://www.universia.pr