Mientras el gobernador Luis Fortuño le exige al secretario del Departamento de Salud, Iván González Cancel, que publique continuamente información sobre el estatus del virus AH1N1 en la Isla y le recomienda al pueblo que no baje la guardia lavándose las manos cada dos horas, a los residentes de la comunidad Villas del Sol se les han cortado sus recursos más básicos de agua y luz. Una unidad de Operaciones Tácticas de la Policía de Puerto Rico prestó apoyo en el operativo para cortar el suministro de los servicios de agua y la luz a los residentes del sector de Toa Baja durante la mañana de hoy. Esta acción por parte del Gobierno busca obligar a los invasores a desalojar sus residencias “a las buenas o a las malas” por apropiarse de los terrenos y no pagar por los servicios de agua potable y energía eléctrica, según presentó un rotativo del País. A la pregunta sobre qué efecto tendrá en las familias de esta comunidad el cortarles el servicio de agua potable en momentos en que precisamente se le recomienda a las personas lavarse las manos con frecuencia para evitar el contagio con la peligrosa influenza, el Gobernador indicó que para eso se están tomando medidas en las escuelas al proveerles agua, jabón y por estos días codiciado “hand sanitizer”. Pero, ¿será que los residentes tendrán que ir a bañarse a las escuelas? Sin embargo, la cosa no acaba ahí. La Autoridad de Tierras busca radicar hoy un recurso en los tribunales para solicitar una orden de desahucio en contra de los habitantes de Villas del Sol. Actualmente, esta comunidad se quedó sin los servicios básicos de agua y luz en momentos donde la higiene es vital ante la crisis existente en la salud pública. Cabe cuestionarse si las autoridades pertinentes ya tienen un lugar preparado y un plan concreto de alojamiento para estos residentes que perderán su techo. A raíz de estas dudas, el secretario del Departamento de la Vivienda, Yesef Cordero, señaló que su agencia le ha dado todas las oportunidades a estas familias para que se movilicen a solicitar los servicios disponibles en el Gobierno. Sin embargo, al preguntársele si Vivienda cuenta con suficientes unidades para ellos, el funcionario evadió la pregunta al responder que los vecinos deben solicitar y los que cualifiquen podrán obtener una residencia. Pero los residentes no se dan por vencido y aseguran que aunque les corten el agua no abandonarán su comunidad, y si tienen que comprar agua lo harán. Como el comienzo a clases está a la vuelta de la esquina, a los residentes les preocupa no tener un lugar dónde bañar a sus niños. Por el momento, los residentes de esta controversial comunidad se han tenido que conformar con el agua que recogieron de una quebrada cercana a sus residencias para llenar drones y cubos. Mientras, los inquilinos aseguraron que seguirán esperando a que “Dios los bendiga con un milagro” y puedan volver a ver la luz en sus bombillas y sentir correr el agua por sus tuberías.