No es tema nuevo el hecho de que por décadas las letras de muchas canciones de salsa han estado plagadas de lenguaje misógino y que justifica la violencia de género. Solo basta recordar la infame canción “Si te cojo” de Ismael Rivera. Nos decía el ‘Sonero Mayor’: “Si te cojo coqueteándole a otro, ya verás qué trompá te voy a pegar. Si te cojo guiñándole a otro, un piñazo en un ojo te voy a dar… Si yo llego y no te encuentro aquí, pau pau pau te voy a dar”.
También pensemos en el recordado número de Héctor Lavoe, de la autoría de Tite Curet Alonso, “Periódico de ayer”. En esta melodía salsera, Lavoe planteaba: “Tú no serviste pa’ nada mami y al zafacón yo te eché”. Luego expresaba: “Y como el papel aguanta todo, así mismo te traté”.
La lista de canciones con contenido machista es bastante amplia y el tema ha sido objeto de estudio por años. La justificación de la violencia hacia la mujer a través de la salsa ha sido uno de los aspectos negativos que ha marcado este género musical, que en otros renglones más positivos ha representado un valioso símbolo de afirmación cultural para diversos grupos, especialmente en América Latina y ciudades en Estados Unidos.
Utilizar la música para promover la misoginia nunca debe justificarse, independientemente de la época en que se popularizaron canciones particulares. Sin embargo, causa un gran malestar que se repita el patrón en la actualidad, cuando se debería pensar que la educación con perspectiva de género es una herramienta indispensable y, como sociedad, darle mayor reconocimiento a las luchas feministas en favor de la equidad.
Desafortunadamente, esa no es la realidad y falta mucho camino por recorrer. En las estaciones comerciales de radio en Puerto Rico continúan permitiendo que lleguen canciones nuevas que promueven la violencia hacia las mujeres.
En marzo estrenó la canción “Amarte duro” del salsero puertorriqueño Víctor Manuelle, junto con el reggaetonero Farruko. Casi al finalizar la canción, Farruko hace su descripción de ese “amor duro” y expresa que “Te voy a dar bien duro como Chris le daba a Rihanna”. El planteamiento hace clara referencia al incidente de violencia de género en el cual el cantante Chris Brown le propinó palizas a su exnovia, la también cantante Rihanna.
Esa expresión de Farruko provoca que el resto de la canción se torne en un texto altamente cuestionable, por sus constantes menciones a la violencia como referente para describir las relaciones de pareja. Previamente, en la canción, Víctor Manuelle dice: “Es un amor violento, pero sin violencia”. Añade luego: “Es un amor brutal lleno de ternura, que se vuelve eterno el tiempo que dura y que quita menos de lo que da”.
Estos planteamientos del denominado “Sonero de la juventud” nos recuerdan las múltiples excusas de agresores que niegan su culpabilidad en casos de violencia de género y que juran que sus actos son guiados por un alto sentido de amor hacia su pareja. Partiendo de esta perspectiva, no importa cuán “brutal” sea la acción, al final se justifica por ser un “amor lleno de ternura”.
El hecho de que “Amarte duro” sea una producción de Víctor Manuelle llama la atención por tratarse de una figura pública que siempre ha sido muy cuidadosa con su imagen y que nunca ha estado vinculada con grandes controversias mediáticas. La violencia de género promovida en su más reciente éxito musical contrasta con sus canciones previas tales como “Así es la mujer”, entre otras melodías que le ganaron fama de salsero “caballero”, al igual que su amigo y colega, Gilberto Santa Rosa.
Es por esta razón que su complicidad ante el lenguaje machista de “Amarte duro” resulta decepcionante. ¿Vale más asegurar otro éxito musical a su vasta colección aún cuando justifique la violencia de género? Esa debe ser la pregunta que el salsero debe responder. Es su responsabilidad social como figura pública y modelo social admirado por personas alrededor del mundo.
De igual manera, es motivo de preocupación el hecho de que tantas estaciones radiales continúan poniendo la canción y medios de prensa comercial siguen dándole pauta a este nuevo éxito. Esto a pesar de las múltiples denuncias realizadas por personas a través de las redes sociales cibernéticas. ¿Vale más el payola y las entradas a páginas de medios de comunicación masiva que la promoción de una cultura de paz en las relaciones de pareja? Esperamos que estaciones como SalSoul, KQ 105 y otras, así como medios comerciales de prensa respondan esta pregunta básica.
“Amarte duro” no es un chiste ni debería existir en las ondas radiales del 2018. Víctor Manuelle se equivocó, pero podría reivindicarse si renuncia a esa canción. Ojalá actúe antes de que este texto musical se plasme en la historia de la salsa como su equivalente a la melodía “Si te cojo” de Ismael Rivera.