La celebración de las Fiestas de la Calle San Sebastián lleva consigo la carga simbólica del exceso. Gente, mucha, se da cita en los adoquines de la antigua ciudad creando olas humanas que se desbordan en el goce y la diversión.
Algunos experimentan el exceso. Son días de abundante camaradería, mucha experiencia, altas dosis de empujones y sobre todo, un exagerado tapón.
A veces, dentro del exceso, se pierden los detalles. Y es ahí donde el lente de nuestro fotógrafo Ricardo Alcaraz se coló, en busca de esas pinceladas que de tan presentes y excesivas, podrían pasar desapercibidas en medio de tanto cuerpo.
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