Las cooperativas de tipos diversos, que ofrecen una variedad de servicios además de las típicas de ahorro y crédito, son más resilientes ante el paso de eventos atmosféricos en comparación a los negocios tradicionales de capital privado en el país.
Así lo demostró una investigación realizada por el Instituto de Cooperativismo, adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras (UPRRP), que a meses del paso del huracán María por la isla, se tomó la tarea de averiguar el estado de estas asociaciones tan importantes para la economía puertorriqueña.
Según una encuesta realizada, durante el pasado febrero, a una muestra representativa de 89 cooperativas de tipos diversos, el 98% de estas continuaba operando a seis meses del evento atmosférico, 52.2% de este universo funcionando a toda capacidad. Por otra parte, de las que estaban operando parcialmente, un 72% reportó que podrá volver operar a niveles normales en los próximos dos meses o menos.
Según el comunicado, estos resultados contrastan con los datos ofrecidos recientemente por el Centro Unido de Detallistas (CUD), donde se estimaba que cerca del 40% de los pequeños y medianos comerciantes en la isla no han podido reiniciar sus operaciones luego del fenómeno climatológico. Asimismo, se mencionó que el 35% de estos negocios simplemente cerrarían sus puertas para siempre.
“Estas encuestas motivaron nuestra investigación, porque nos preguntamos: si las cooperativas de tipos diversos, que son de pequeños y medianos comerciantes, siguen esta tendencia, ¿volverán a abrir?’’, explicó Efraín Rosado Rodríguez, profesor del instituto e investigador principal de este estudio.
“No obstante, para nuestra sorpresa, encontramos que no solo son más resilientes, sino que son muy pocas las cooperativas que definitivamente van a dejar de operar como consecuencia del paso del huracán María”, añadió.
Entre los hallazgos de la investigación, figura el que la razón principal para que las cooperativas estén operando parcialmente es la falta de negocios y la carencia de servicios como energía eléctrica y agua potable. Por otra parte, el 52.2% afirmó que no confrontó daños o pérdidas económicas; mientras, los daños sufridos en su mayoría están relacionados a la infraestructura. Sin embargo, cabe destacar que el 85% de estas sociedades cuenta con seguros para cubrir los percances.
Además, el 36% de las cooperativas tuvo que reducir su jornada laboral para resistir el impacto económico tras el paso del huracán. A pesar de esto, “como muchas de las cooperativas están constituidas por sus trabajadores, no tuvieron la dificultad de perder gran cantidad de los empleados o que tuvieron una disminución en su plantilla, ya que son ellos los dueños de estas empresas”, afirmó Rosado Rodríguez.
Entre otros hallazgos cualitativos que también llamaron la atención de los investigadores estuvo la diversidad social, económica y cultural que representan los socios de estas cooperativas.
“Lo más sorprendente para mí, fue evidenciar el impacto de las cooperativas, sus valores y principios puestos en acción a favor de la comunidad y de sus empleados. Porque luego de los efectos del huracán María, enfrentando cualquier impacto directo sobre las operaciones de las mismas, los socios se involucraron en gestiones de ayuda a sus socios y la comunidad” expresó la estudiante Lyssette Estevez Martínez, quien se encuentra completando su maestría en Gestión y Desarrollo de Cooperativas y Organizaciones Solidarias de la UPRRP.
La segunda fase de esta investigación, buscará identificar cuáles son las necesidades y qué apoyos específicos necesitan las cooperativas para proceder a ofrecerle esa información a las agencias y organismos cooperativos que puedan brindar la ayuda y asistencia necesaria, incluyendo al Instituto de Cooperativismo.
“Una vez concluya la investigación, con los resultados obtenidos, podemos crear una red de apoyo dentro del Instituto de Cooperativismo, en donde se ofrezca asesoría técnica en las áreas que las cooperativas puedan tener dificultades y que no les permita cumplir con su misión. Entre la asesoría que puede brindar el Instituto a las cooperativas se encuentra: temas asociativos, temas empresariales, mercadeo de productos y servicios, contabilidad, usos de fondos, cumplimiento y asistencia legal”, indicó Erik Rivera Feliciano, también estudiante maestría en Gestión y Desarrollo de Cooperativas y Organizaciones Solidarias, y quien fungió como investigador.
No obstante, en términos generales, se identificó que entre las necesidades más apremiantes de las cooperativas está la falta de capital y financiamiento. Por otro lado, el estudio reflejó que solo el 23% de las mismas han recibido algún tipo de ayuda de alguna entidad gubernamental o cooperativa para poder continuar operaciones.
En Puerto Rico, existe un total de 138 cooperativas de tipos diversos, donde se agrupan las de producción, las de trabajo asociado, las de consumo, las de distribución o comercialización, o las cooperativas mixtas constituidas por socios trabajadores y socios consumidores. El estudio tuvo una muestra de un 53% del total de estas cooperativas, ya que no se incluyeron las de vivienda, las localizadas dentro de instituciones penales y aquellas que no se encontraban operando desde antes del huracán María.
El estudio fue realizado por estudiantes de la maestría en Gestión y Desarrollo de Cooperativas y Organizaciones Solidarias del Instituto de Cooperativismo de la UPRRP, con la colaboración de la Liga de Cooperativas de Puerto Rico, la Comisión de Desarrollo Cooperativo (Cdcoop), el Fondo de Inversión y Desarrollo Cooperativo (Fidecoop) y la Corporación Pública para la Supervisión y Seguro de Cooperativas de Puerto Rico (Cossec).