Una de las máximas aspiraciones profesionales de los periodistas es poder trabajar como corresponsales. La mayoría sueña con la posibilidad de viajar, conocer sobre otras culturas y narrar las historias que se desprenden de esos escenarios. Pocos tienen tanta suerte. Sin embargo, con eso en mente y con el interés de ayudar a la forja de profesionales de la comunicación con mayor sensibilidad y sentido de compromiso con el oficio, la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano ofrece cada año múltiples oportunidades educativas para todos aquellos inmersos en el mundo de las comunicaciones. La FNPI, surge como iniciativa del Premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez, quien laboró además como periodista y buscó a través de esta fundación promover un ejercicio del periodismo acorde con la identidad cultural iberoamericana y con las necesidades particulares de cada país. Asimismo, estructuró como enfoque de la fundación la ética periodística, el rigor investigativo sin perder calidad narrativa, la concepción del periodismo como servicio público, la libertad de expresión y el acceso a la información, entre otros focos centrales. Para ello reclutó algunos de los periodistas más respetados y reconocidos mundialmente, quienes fungen como maestros y mentores en los diversos talleres. Algunos de los temas que trabajan son: periodismo Web, escritura de crónica, periodismo investigativo, edición, entre muchos otros. Por lo regular, seleccionan 14 periodistas de Iberoamérica de sobre cien, que es el promedio de los que solicitan para cada taller. El proceso de selección se basa en varios criterios que cambian conforme a cada taller. Pero la norma es que cada aspirante envíe una biografía narrada, una muestra de su trabajo, una carta de apoyo del medio para el cual trabaja así como un compromiso de publicación y una propuesta de trabajo. En la mayoría de los casos debe tener un mínimo de cinco años de experiencia. Claro está que todo dependerá del foco temático y las metas del taller, si es para editores, cronistas, fotoperiodistas, en fin la oferta es amplia y los requerimientos, específicos. En cuanto a los costos, en ocasiones la fundación cuenta con auspicios y apoyos de diversas entidades y pueden asumir los gastos del taller, en otros casos es el tallerista o su medio quienes asumen los costos que no suelen ser exorbitantes. El prestigio con el que cuenta la fundación, así como el reconocimiento que precede a sus profesores es indiscutiblemente un punto a considerar al momento de buscar alternativas de educación continua, tan necesaria en un oficio cambiante como el de comunicador. Otro dato de interés es que buena parte de los talleres se realizan en diferentes ciudades de Colombia y en eventos culturales específicos. De este modo, no sólo se asiste a una sala de clases a contrastar datos con un mentor y un grupo sino que la ciudad escogida es el espacio de trabajo. Recientemente, se llevó a cabo en la ciudad de Medellín durante su Feria de las Flores, el último taller de la fundación que reunió cronistas entre las edades de 25 a 35 años, quienes bajo la tutela del reconocido periodista y escritor argentino Martín Caparrós trabajaron en la ciudad durante poco más de una semana. Parte del resultado de este proyecto será publicado en Universia durante el transcurso del próximo mes. Mientras que la crónica final, producto del trabajo de taller, se publicará en la versión impresa y digital del periódico Diálogo. Los interesados en solicitar para algunos de estos talleres o seguir las publicaciones de la fundación deben acceder el portal fnpi.org. Allí encontrarán respuesta a todas las preguntas que puedan surgir. Este artículo fue publicado originalmente en Universia PR. (www.universia.pr)