El proceso de evolución es un asunto que ha estado en constante y continua investigación por científicos a nivel mundial. Un punto importante de estas investigaciones es poder determinar la contribución de diferentes aspectos evolutivos. Más aún, cuando es limitado el proceso de observación de forma normal y natural.
Aprovechando la oportunidad de poder llevar esa investigación de manera natural, el científico puertorriqueño Manuel Leal de la Universidad de Duke, Carolina del Norte, en conjunto con colegas de las universidades de Harvard y California en Davis, esclarecieron el rol de la selección natural y el efecto fundador.
Cuando se habla de selección natural, se refiere al proceso cuando algunos individuos tienden a tener algunas características con superioridad a otros y se procrean con bastante frecuencia hasta lograr nuevas adaptaciones e incluso nuevas especies.
Mientras cuando se habla del efecto fundador, se refiere a la creación de una nueva población de individuos a partir de un número muy reducido de estos en un lugar en particular.
En el estudio se demostró que pueden persistir el efecto fundador y la selección natural simultaneamente. / Cortesía taxateca.com
Científicos establecen que la primera postura eliminará a la otra, debido a que la selección natural le proporcionará una mayor superioridad al individuo.
A partir del paso del huracán Frances en las cercanías de las Bahamas en el 2004, estos científicos vieron la oportunidad de experimentar el proceso evolutivo a partir de la extinción de los lagartijos Anolis sagrei en un cayo. El equipo seleccionó una pareja de lagartijos en una vecina isla y lo trasladaron a este cayo. Estos animalitos tenían patas mas largas debido a que viven en un ambiente con hojas y troncos anchos. Mientras los que vivían en los cayos tenían patas cortas por haber una vegetación más fina.
Tras este traslado, la hipótesis que estipuló el equipo establecía que las futuras generaciones tendrían patas más cortas que los padres fundadores, como establece el efecto fundador. Esto obviamente, debido a las condiciones del hábitat.
Luego de cuatro años de profundos estudios se concluyó que el experimento sí establecía la selección natural, al mostrar que cada generación tenía patas mas cortas. Pero también mostró que si la pareja fundadora tenía patas largas, sus futuras generaciones tendrían patas más largas que la de unos de padres de pata corta.
Este estudio, que demostró en vivo y todas luces un proceso evolutivo, fue publicado en la prestigiosa revista “Science” y también reveló que el efecto fundador persiste aún con la selección natural.
Fuente Ciencia PR