Catorce años han transcurrido desde que los estudios de animación Disney/Pixar lanzara la película “Los Increíbles” (The Incredibles), una familia de superhéroes integrada por cinco personajes con poderes especiales.
El núcleo familiar de héroes que integran Helen/Elastigirl (Holly Hunter) con su dote elástico, Bob/Mr.Incredible (Craig T. Nelson) y su gran fuerza, y sus hijos: Violet, que ha progresado en su poder de invisibilidad y crear campos magnéticos, Dash –con su rapidez– y el adorable y poseedor de muchos superpoderes, el bebé Jack Jack, vuelve a cautivar a la audiencia en la fantástica secuela que estrenó ayer en todas las salas de Caribbean Cinemas.
El filme da continuidad a la última secuencia de la primera parte, donde Los Increíbles se enfrentaron a “Underminer”, un humano obsesionado con utilizar las vías subterráneas para robar los bancos.
Por desgracia, luego de una escena heroica, el gobierno arresta a la familia de Los Increíbles por violar una ley que impide ser un superhéroe. Dicho mandato, que inició en la primera entrega, ha causado que muchos héroes –de todo el mundo– permanezcan en las sombras. A la vez, el gobierno crea una opinión pública desfavorecedora para los superhéroes, acusándoles de ocasionar desastres en las ciudades luego de sus actos “heroicos”.
No obstante, un magnate de las telecomunicaciones, Winston Deaver (Bob Odenkirk), arriba con una propuesta para ayudarles a resolver el conflicto. El empresario, junto a su hermana y socia Evelyn Deaver (Catherine Keener), les propone crear una campaña para cambiar la percepción negativa sobre los superhéroes que fue infiltrada en la gente.
Es Elastigirl, la figura principal de la propuesta de Deaver para restaurar la imagen de los superhéroes. Esta decisión deja a Mr. Incredible en el rol exclusivo de cuidador de sus tres hijos. Claramente, Elastigirl es quien lleva el rol principal en esta nueva producción de Pixar, de modo que el filme del guionista Brad Bird se centra en el heroísmo femenino representado a través de Helen Parr.
Pero quien verdaderamente se roba el show en la película es Jack-Jack. El bebé de la familia ejemplifica ese viejo dicho de que quien lo hereda no lo hurta, con el descubrimiento de sus sorprendentes súper poderes.
Uno de los papeles que menos me impresiónó fue el del nuevo villano, quien es revelado a finales del filme. Es totalmente predecible. Sus intenciones son válidas, pero muy parecidas al antagonista de la primera entrega. La película honra a los héroes, pero no crea una digna representación de un adversario.
Quien sí merece reconocimiento es el compositor de la banda sonora, Michael Giacchino (Up, Rogue One), quien regresó nuevamente de la primera entrega. Con un nivel orquestado, Giacchino ofrece y transmite la heroicidad en cada nota. El sentimiento que envía de emoción, valentía, victorias y derrotas son claramente percibidas.
Definitivamente, la nueva entrega de Pixar es una de las películas que hay que ver este verano.