“Una vez tú puedes corregir el mitocondrio disfuncional, tú tienes la capacidad posiblemente de atacar la base de todas las enfermedades degenerativas, especialmente el cáncer”.
Luego de décadas de rechazo a esta aseveración, el doctor boricua Michael J. González recibió la validación de este planteamiento de parte de investigadores, científicos y clínicos de relevancia mundial que ven en esta teoría científica desarrollada en Puerto Rico un rayo de luz que cambiaría la medicina moderna para siempre, según informó en un comunicado de prensa la Oficina de Prensa del Recinto de Ciencias Médicas.
“El último artículo que se publicó (“Mitochondrial Correction: A New Therapeutic Paradigm for Cancer and Degenerative Diseases”) sobre corrección mitocondrial es nuestro regalo a la humanidad. Es un resumen de todo lo que yo he hecho en el campo de la investigación durante toda mi vida; desde la high school. Muchas de las ideas mías que se consideraban fuera de rango en el mundo científico por fin fueron aceptadas a través de este escrito que en el mundo científico se conoce como un “concensus paper”, explicó el doctor Michael González, catedrático de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas.
Con esta publicación, el investigador ponceño logró transformar el paradigma de cómo se estudian y se tratan todas las enfermedades degenerativas, específicamente el cáncer.
“Siempre se pensaba el cáncer como una enfermedad genética. A partir de este escrito, se plantea científicamente como una enfermedad metabólica primariamente que tiene efectos genéticos. Este detalle puede cambiar todos los parámetros de tratamiento de esta enfermedad”, expuso González, cuyo motor de motivación para estudiar el cáncer lo fueron la muerte de su abuelo, su abuela y su madre a causa de esta enfermedad.
De acuerdo con el doctor González, si su concepto expuesto está correcto en su esencia las terapias de cáncer van a cambiar.
“En adelante, las terapias se enfocarían en recuperar la funcionalidad mitocondrial para que ocurran dos cosas. La primera es que si tú corriges el mitocondrio vas a tener la energía necesaria para hacer la rediferenciación celular. Esto significa que una célula que se hizo maligna volvería a ser benigna”, indicó.
“Si esto no pudiera ocurrir porque el proceso está muy adelantado se puede restaurar apoptosis (muerte celular inducida) y moriría la célula de cáncer. Esto es lo que ocurre, la célula al no tener la energía necesaria tratará de sobrevivir y para sobrevivir se dividirá para mantenerse con vida. Te quedas con dos mecanismos: o hay rediferenciación o hay apostosis; tienes dos formas de eliminar cáncer con la misma terapia”, añadió.
Entre los doctores que han validado esta teoría como una de avanzada en el campo científico se destacan el doctor Garth Nicolson, nominado al Premio Nobel por sus vastas contribuciones al campo de la bioquímica a través del modelo de mosaico de fluido de la membrana biológica y de la terapia de reemplazo para la reparación mitocondrial.
También la avalan los doctores Thomas Seyfried, renombrado investigador que estudia el cáncer como una enfermedad metabólica; Barry Barclay, destacado científico que identificó las sustancias tóxicas que dañan las mitocondrias; Jaime Matta, considerado como uno de los mejores toxicólogos puertorriqueños de todos los tiempos y quien se ha distinguido por sus evaluaciones de las vías bioquímicas complejas; Alex Vázquez, considerado como uno de los mejores médicos clínicos del mundo; y el investigador José Olalde, experto en medicina sistémica y quien estudia cómo funcionan los protocolos de medicina funcional.
Asimismo la han apoyado los doctores Jorge Duconge, destacado investigador con amplio peritaje en el campo de la farmacocinética y la farmacodinámica; Ron Hunninhake, especialista en medicina ortomolecular, integral y funcional con vasta experiencia en estos campos, Dominic D. Agostino, investigador de la dieta cetogénica y terapia hiperbárica en Cáncer; Miguel J. Berdiel, médico funcional ponceño, y la estudiante de medicina, Amanda Cintrón, una prometedora investigadora.
“El concepto de que el cáncer es una enfermedad metabólica se remonta al 1928 con el Premio Nobel, Otto Warburg. Ese concepto no me lo adjudico”, anotó González.
“Mi contribución consiste en haberle dado otro giro a ese pensamiento. Considero que las investigaciones subsiguientes no se hicieron de forma correcta porque una vez que tú sacas al mitocondrio de la célula -que es su casa- se comporta de un modo distinto. Entonces los resultados que obtienes son resultados in-vitro distintos a la realidad y no reflejan necesariamente lo que ocurre en vivo. Ese ha sido un gran problema”, aclaró.
Para el doctor González, la presentación de su más reciente publicación es un sueño hecho realidad.
“Este sueño ha sido posible gracias a la ayuda de un grupo de brillantes pioneros del campo de la medicina integrativa. Mi gratitud como científico va a todos estos excelentes profesionales que son una parte integral de la vanguardia de la ciencia que ayuda al avance del conocimiento científico. Todos llegamos a la misma conclusión pero entramos por diferentes puertas. A través de caminos distintos llegamos a esta conclusión”, puntualizó.