La jueza asociada del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Sonia Sotomayor, visitó en la tarde de ayer a los estudiantes de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, con quienes compartió sus experiencias como jurista en franco conversatorio que se celebró en el Aula Magna de dicha institución.
Sotomayor, con la sencillez que la caracteriza inició su interlocución animando a los estudiantes a través de su historia de vida, a perseguir con ahínco sus metas deseadas dentro del campo del Derecho.
“Cuando se sueña, es importante soñar en grande pero siendo consciente de que los sueños no se hacen realidad así porque sí. No planifiqué mi vida alrededor del deseo de ser juez, sino que trabajé en cada etapa de mi carrera, paso a paso”, dijo.
Eran muy pocas las probabilidades, confesó, de que pudiera algún día ocupar el cargo que hoy ejerce. De ascendencia latina, criada en un proyecto de viviendas en el Bronx, Nueva York, e hija de madre soltera, Sotomayor barajó de niña las oportunidades de que algún día pudiera convertirse en jueza pensando que estas eran casi nulas. Sin embargo, narró que la pasión que sentía por esa profesión y la seguridad de que esto era lo que quería ejercer permitieron que lograra todas y cada una de las metas que se propuso.
Durante la charla, enfatizó a los estudiantes sobre el gran valor social del Derecho, emplazándoles a abrazar la concepción de servicio que tiene esa profesión, subrayando que sin importar el ámbito en que un abogado se destaque siempre hay una oportunidad de servir a la sociedad.
“La belleza del Derecho reside en que provee la oportunidad de ayudar. No importa si sirves al gobierno, a un negocio, a una persona de color o no, todos tienen un valor en la sociedad. Lo importante del Derecho no es a quién sirvas, sino cómo lo practicas. Respeta siempre a la persona a quien sirvas”, añadió.
Necesaria más diversidad en el Supremo
A preguntas de los estudiantes sobre el tema de la representación femenina dentro del Tribunal Supremo, la jurista respondió que la igualdad de género no es el único valor que debe promoverse. Aunque entiende que es un proceso que no se completará de inmediato enfatizó la necesidad de promover nombramientos que representen varios sectores de la sociedad, para que el trabajo que realiza el Tribunal Supremo sea uno realmente efectivo.
“Necesitamos diversidad geográfica, profesional, necesitamos abogados de defensa, personas con experiencia en firmas pequeñas. La representación no es solo un asunto de género. Espero que el proceso político pueda atender estos asuntos”, recalcó.
Sobre las cualidades que entiende debe tener quien desee ocupar un puesto en el Tribunal Supremo mencionó que hace falta saber aceptar las críticas, aprender de ellas, ser tolerante pero sobre todo, enfatizó, ser humilde. Como respaldando sus palabras, al salir estrechó las manos de algunos estudiantes y se presentó a otros salones donde un centenar más de personas visualizaba la conferencia en circuito cerrado para saludarles.
La jueza Sotomayor es egresada de la Escuela de Derecho de la Universidad de Yale, y realizó su bachillerato en la Universidad de Princeton. Sus logros académicos son innumerables, y también fungió como catedrática en varias universidades. Es la primera mujer latina nombrada a un cargo en el Tribunal Supremo luego de haber servido durante once años en la Corte de Apelación para el Secundo Circuito, uno de los circuitos con más demanda en los Estados Unidos.
Sotomayor se encuentra en Puerto Rico como parte de las gestiones para la creación del Instituto de Estudios Judiciales, un esfuerzo de la Universidad de Puerto Rico, la Universidad Interamericana, el Departamento de Justicia Federal y el Departamento de Estado.
La autora es periodista independiente y estudiante de Derecho en la Escuela de Derecho de la UPR, Río Piedras.