Este artículo está dedicado al duelo en Navidad. Como la llama de una vela, oscilamos entre alegrías y tristezas. La ondulación constante de experiencias de pérdidas y ganancias otorga la oportunidad de trascender todo sufrimiento mediante la luz de la esperanza y la resiliencia.
Mientras unos podemos ser como velas navideñas encendidas para celebrar la alegría, otros podemos ser como velas encendidas para iluminar un dolor o solicitar su reconocimiento, para procesar una despedida, para ofrecer al alma de nuestro ser amado, el consuelo y dirección iluminada de su nuevo camino luego de la muerte.
En navidad, las calles brillan con hermosos adornos. Cada año las comunidades se esmeran por dar más luz a las noches de la época. Se espera celebrar fiestas, reuniones familiares, actividades sociales y religiosas en armonía, paz y amor conjugando diversión, magia y chispas de alegría.
Muchas veces, sin embargo, alguien o un grupo especial, está alejado de ese supuesto: las personas que han experimentado una pérdida significativa reciente o complicada tal como la muerte de un ser querido, necesitan ser comprendidas y alentadas quizás no de la manera tradicional, si no a través de una forma especial y diferente:
Puede ser que cada vez que se acerque la Navidad se experimente un resurgimiento de dolor por la pérdida significativa. No tema, pero manéjelo con cuidado y consideración. Tome tiempo para tratar con amor y respeto esta oleada. Su vida continuará mejorando si se compromete a lograrlo.
Quiero compartir algunas ideas sobre cómo podemos manejar el duelo en navidad:
- Reflexione sobre su concepto de muerte: ¿Por qué pienso así? ¿Cómo este concepto ayuda o interfiere en mi duelo? ¿Qué puedo hacer para superarlo? ¿Quién me podría escuchar / ayudar? Medite sobre la finalidad de la muerte. Piense en el papel de las flores, las hojas, de toda criatura en el planeta y de cada estación.
- Si está triste, contémplese, observe detenidamente este sentimiento. Déjelo manifestarse y pasar naturalmente.
- No desespere ni tome decisiones mayores o precipitadas en este momento. No tome medidas de escapismo: alcohol, drogas ni atente contra su seguridad o vida. La luz de la trascendencia habita en usted.
- Cuídese, aliméntese, ejercítese, vaya a su médico o profesional de ayuda, eleve su nivel de conciencia.
- Asista a un retiro espiritual o a talleres educativos de fortalecimiento personal.
- Intégrese a círculos de amistades, grupos de estudio o iglesias que le satisfagan.
- Si lo que necesita es estar sólo, pida su espacio a sus familiares y amigos con amor, tome antes las medidas de seguridad necesarias, permita que alguien le contacte para confirmar que está bien y verificar si necesita algo.
- Obtenga libros que le inspiren esperanza en la restitución y que le infundan bienestar.
- Realice acompañado las tareas del hogar para devolverle color al ambiente.
- Antes de dormir, relájese con té, aromaterapia, música instrumental, oración, buena lectura, masajes… si aun así no puede dormir, permanezca quieto, dele descanso a su cuerpo, ventile profundo, lentamente, observe cómo fluyen sus pensamientos, no los juzgue ni le tema, déjelos pasar. De gracias por la vida y por la individualidad.
- Realice una vigilia especial. Una idea es con amigos de diferentes lugares: escojan un día y hora para unirse mental y espiritualmente en una transmisión de amor, bendiciones mutuas y para recordar a la persona fallecida. El amor es eterno, no deja de existir, es la energía que sostiene el universo y lo pone en movimiento. Mientras cultive amor, no estará solo.
- Cuídese, aliméntese, ejercítese, vaya a su médico o profesional de ayuda, eleve su nivel de conciencia.
- Ya sea que se sienta aliviado gradual o prontamente no se sienta culpable por experimentar este alivio. El sentirse mejor no representa olvido, falta de amor ni de respeto hacia su ser querido muerto, es parte deseada y esperada de la restitución y de la reintegración a la vida, es su renacer.
- Visualice a su ser querido envuelto en luz, en un estado de perfección absoluta. Exprésele su amor, relocalícelo en su corazón o según los principios de su fe. Quizás no sea fácil al principio pues es normal que deseemos la presencia física de nuestros seres amados, pero poco a poco este ejercicio se facilitará.
- Si tiene niños:
- Permita que sigan su rutina, que jueguen, que participen de actividades navideñas si ellos quieren, que rían, que se sientan seguros y protegidos por usted y los demás. No le imponga su forma de apreciar la muerte y el duelo. Procure y cultive en vez una visión esperanzadora, saludable para el presente y el futuro.
- Vigile por las necesidades especiales de ellos, ya que también tendrán su manera particular de manifestar su duelo.
- Consiga ayuda profesional para los niños u otros seres significativos si percibe esta necesidad en ellos y aunque usted no la desee para sí.
- Su nueva relación con la Navidad:
- Fortalezca su cuadrante espiritual y su relación con su Poder Superior.
- No responsabilice a la Navidad de su pena. Busque ayuda profesional si siente que no puede manejar su dolor, si percibe que su vida se complica cada vez más en vez de resolverse.
- Viva la oportunidad de una Navidad nueva, medite sobre el concepto de Navidad que tenía hasta ahora y otórguele un significado nuevo, libre de presiones de grupo.
- La Navidad significa “nacimiento”: comprométase a nacer de nuevo, mejor de lo que nació hace unos años, porque ahora es un ser maduro y tiene el grandioso poder de amoldar su ser interior como lo desee.
- Modifique el estilo de celebrar la Navidad pero continúe haciéndolo: es signo de esperanza, de que todo mejorará y cobrará un orden nuevo.
- Contribuyan a actividades de caridad a nombre de su ser querido fallecido.
Continúe a favor de su bienestar aunque no sea comprendido. Según se observe su alivio, su crecimiento y resurgimiento, lo comprenderán.
Asegúrele a sus seres significativos el amor que siente por ellos y cuánto significan para usted aunque no participe de la celebración tradicional. Exprésele su agradecimiento por su interés. Muchas veces el doliente se convierte en maestro de consolación y en luz de trascendencia.
La autora es Fellow in Thanatology – Death, Dying and Bereavement®. Posee un doctorado en Psicoterapia Eclesiástica. Es profesora del Certificado Profesional en Tanatología en la División de Educación Continúa de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. También es autora del libro Cuando Los Dibujos Hablan: Percepciones Tanatológicas – Un estudio contemplativo sobre la muerte y el duelo (2018). silva.shirleym@gmail.com, www.espigas.org