En los países de Oriente los envejecientes son venerados, respetados, amados y protegidos. De ellos emana la sabiduría, el conocimiento y la experiencia. En nuestros países latinoamericanos lamentablemente es lo contrario.
Es muy triste ver que una persona luego de haber dedicado su vida al trabajo digno, aportar a la sociedad y levantar una familia con trabajo y sacrificio termine los días de la edad de oro de manera indigna, solo, y víctima del abuso y atropello de muchos. Es nuestra responsabilidad como sociedad tomar conciencia de que cada a vez más es importante asegurar el bienestar de nuestros envejecientes. Ellos lo merecen.
La creciente falta de valores en unión a una marcada situación económica en deterioro, provoca factores que afectan directa e indirectamente la seguridad de las personas de la edad de oro. Esta situación no solo ocurre por factores externos sino que también a nivel de núcleo familiar. Diariamente somos testigo de los abusos cometidos por los que deberían ser responsables de proteger a estos seres que han cumplido dignamente con su responsabilidad familiar y social.
Resulta complicado a la hora de decidir, como familia, el cuidado de nuestros padres cuando ya no pueden valerse por sí mismo. Cada vez, en mayor grado, vemos en los medios de comunicación situaciones que ocurren en centros de cuidados de envejecientes relacionadas a su seguridad. Generalmente de manera reactiva los gobiernos atienden estas situaciones después que ocurren incidentes desgraciados o que son denunciados públicamente, tales como maltrato físico, incendios, abusos psicológicos, cuidados deficientes etc.
La decisión que se tome respecto al cuidado de nuestros padres o familiares debe ser analizada y evaluada no solo desde la perspectiva económica, sino también desde la parte de su seguridad física y mental.
Igualmente, en el caso de los que todavía están aptos de valerse por sí mismo, es nuestra responsabilidad mantener un monitoreo adecuado de ellos. Los envejecientes en ocasiones pierden cierto grado de malicia y se comportan como niños. Ese factor es importante tenerlo en consideración ya que es ahí cuando aumenta su vulnerabilidad y pueden ser víctimas de crimen y abusos físicos y psicológicos.
El ajetreo diario que demanda nuestra vida en ocasiones, injustamente, nos hace descuidar la atención de nuestros padres y familiares de la tercera edad.
A continuación, algunas recomendaciones que puedan ayudar a maximizar la seguridad de estos importantes miembros de nuestra sociedad.
Si sus padres o familiares envejecientes aún viven en su casa:
- Mantenga una comunicación frecuente con sus padres ya sea personal o por teléfono.
- Si contrata a un cuidador para que lo atienda en su casa, investíguelo y establezca reglas.
- Si contrata a alguien para hacer un trabajo en la casa verifique referencias y esté pendiente.
- Oriéntelos a no dar información personal a nadie si antes consultarle.
- Explíqueles que no deben contestar llamadas de números de teléfonos desconocidos (esto evita llamadas de extorsión).
- Establézcales que no es prudente hablar asuntos de sus estatus económicos con personas que acaban de conocer.
- Si usted reside lejos tenga algún contacto de confianza que le pueda asistir en caso de una emergencia.
- Oriéntelos a ser cuidadosos y evitar el uso de tarjetas de crédito.
- Si usan redes sociales oriéntelos a no dar información personal a nadie, aun cuando le digan que se han ganado un premio.
- Oriéntelos a no manejar grandes cantidades de dinero en efectivo en lugares públicos.
- Prohíbales dejar entrar a su hogar personas desconocidas aun cuando se identifiquen como funcionarios del gobierno o cualquier entidad sin haber solicitado un servicio, en todo caso que le llame a usted primero.
- Oriéntelos a no salir a la calle solos con prendas costosas que puedan llamar la atención.
- Este pendiente de los familiares o amigos que le visitan. En ocasiones, lamentablemente, son abusados por estos.
- Si detecta un abuso por parte de un familiar o amistad no lo permita, denúncielo a las autoridades.
- Verifique que la residencia tenga buen alumbrado y buenas cerraduras.
- De tener la capacidad económica instale un sistema de seguridad el cual usted pueda acceder remotamente.
Si sus padres o familiares envejecientes están en un centro de cuido:
- Antes de internarlos, investigue las referencias del centro.
- Verifique las condiciones de limpieza, planes de seguridad y desalojo.
- Verifique si tienen sistemas de seguridad (cámaras, alarmas, extintores, detectores de fuego, etc.)
- Verifique las credenciales de los empleados.
- No deje con sus familiares tarjetas de crédito o débito mientras estén internados
- Visítelos con frecuencia, aunque sea brevemente, para observar sus condiciones físicas.
- Corrobore las restricciones del lugar en cuanto a comunicaciones de parte de su familiar con usted.
- Si detecta un abuso o irregularidad y decide remover a su familiar de dicho lugar, aun así es su deber denúncialo a las autoridades.
El autor cuenta con más de 25 años de experiencia en el campo de Seguridad, tanto en el sector privado como en el gubernamental. Es egresado de la Academia Nacional del FBI en Virginia, fue agente especial y subdirector del NIE, director de Seguridad Departamento de Corrección y Rehabilitación y actualmente es gerente general de G4S Secure Solutions en Puerto Rico. Además es autor del libro Seguridad Para Todos. Pueden escribirle a pagan@pr.g4s.com.