Cuando hablamos de actores puertorriqueños pensamos en Benjamín Morales, Jacobo Morales, Félix Monclova y en lo contemporáneo recordamos a Lin-Manuel Miranda. Algo que todos estos actores tienen en común es que son parte de un grupo de artistas de vanguardia que ha transformado el arte escénico en Puerto Rico y ha abierto puertas para una nueva generación de actores.
Son pocos los actores que llevan una trayectoria de décadas en la Isla y aún siguen activos. Un ejemplo de ello, es Teófilo Torres.
Con más de 40 años de carrera artística y más de 20 presentando monólogos bajo su título, ha viajado a diferentes destinos presentando su arte e inclusive ha trabajado en el cine, tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos.
En estos tiempos, cuando no está presentando a Pateco junto con René Monclova en el Centro de Bellas Artes con aclamo o escribiendo décimas, labora como profesor en la Universidad de Puerto Rico en Carolina.
En esa capacidad, dirige el Círculo Teatral de la institución donde ha montado varias obras y es director de su Teatro Rodante.
Durante una entrevista con este medio, el conocido actor ofreció una reflexión sobre su carrera artística y profesional así como del estado de las artes en Puerto Rico.
Diálogo: ¿En qué punto de tu vida puedes decir que nació tu amor por el arte?
Teófilo: Ese punto es muy difícil de determinar. Lo veo más como un trayecto de altas y bajas, de amor y desamor, de apego y desapego. Desde adolescente tomé consciencia de esta relación ambigua.
Diálogo: Los monólogos que has hecho durante tu carrera, ¿son una extensión de tu ser o hay una clara distinción entre personaje y persona?
Teófilo: Estoy seguro que todos los monólogos que he realizado son una prolongación de mi ser. La evidencia es que siempre los he escogido, los he dirigido y actuado. De manera que el proceso parece más un diálogo de búsqueda y exploración. Claro, si me hubiesen preguntado esto 30 años atrás quizás no lo hubiera tenido tan claro como ahora.
Diálogo: Luego de tantos años, ¿cómo te sientes ante tu carrera artística?
Téofilo: Luego de más de 40 años en este quehacer me siento más calmado y menos exigente conmigo mismo y con los demás. Ya no se trata para mí de hacerlo bien, sino de explorar y experimentar con la materia prima que por lo general es el texto, la relación con los otros y el manejo de las dimensiones de la comunicación.
Diálogo: ¿Cómo te ha motivado ser profesor en relación a tu carrera artística?
Teófilo: Ser profesor pudiera motivar a uno en el sentido de uno sentirse que está aportando al desarrollo de nuevas generaciones. No obstante, este sentir se opaca y frustra al pensar, por ejemplo, en las pocas oportunidades de trabajo que hay en el presente, algo que se espera empeore en el futuro.
Diálogo: ¿Crees que es hora de pasarle la antorcha a una nueva generación en la Isla? ¿Por qué?
Teófilo: Estoy seguro que el pase de antorcha ya se está dando y continuará evidenciándose en estas nuevas generaciones. Aun así, pienso que más que sustitución de una generación por otra, de lo que se trata es de una convivencia en la que las generaciones en cuestión se beneficien una de la otra.
Diálogo: ¿Crees que el estado del arte en Puerto Rico está en necesidad de una transformación?
Teófilo: El arte en Puerto Rico, en este caso, el arte teatral, necesita oxígeno de emergencia. Aunque esporádicamente se dan éxitos que llaman la atención, esto no es indicativo de una industria teatral saludable. Entidades y organizaciones que en otros países y estados por lo general aportan saludablemente al arte, aquí se da lo contrario; su auspicio es cada día menor.
Diálogo: ¿De donde surge tu afán por la agricultura?
Teófilo: Mi relación con la agricultura nace del hecho de que provengo de una familia agrícola del centro de Puerto Rico. Viví mis primeros 18 o 20 años en una hacienda cafetalera y ahora que vivo en un barrio rural estoy como rememorando y reviviendo aquellos años de niñez e infancia.
El autor es estudiante de la Universidad de Puerto Rico en Carolina.