El presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Dr. Jorge Haddock, solicitó que el gobierno deje sin efecto las reducciones presupuestarias para mantener la plantilla de empleados y cumplir con el incremento de 3% de aumentos en el claustro, conforme al plan fiscal de la institución, durante las vistas del Comité de Transición del Gobierno de Puerto Rico.
Igualmente, solicitó la transferencia de las asignaciones por $501 millones a la UPR, y que se asignen los $145 millones para mejoras permanentes que se necesitan. De igual forma, presentó su gestión administrativa desde que está en la presidencia de la UPR.
Durante du ponencia, Haddock destacó que a pesar de los retos y la reducción de más $300 millones en su presupuesto, la UPR encamina una transformación que incluye la renovación de su infraestructura informática y tecnológica, enfocada en el desarrollo de nuevos programas académicos, la generación de ingresos y la digitalización de los procesos administrativos para eliminar la burocracia.
“La UPR representa una inversión esencial e indiscutible para el desarrollo social y económico de Puerto Rico, y esto se ha demostrado por 117 años. Hemos encaminado importantes cambios para garantizar una universidad más ágil al servicio del pueblo y sus comunidades, fiscalmente estable y sustentable. La universidad ha implantado medidas, impuestas por la Junta de Supervisión Fiscal, que tendrán un impacto millonario desde el año fiscal 2019 al 2024. De igual forma, la institución ha generado ingresos adicionales, mediante la implementación del plan de trabajo que hemos establecido. Sin embargo, del presupuesto disponible para sufragar los gastos operacionales, el 96% está comprometido para el pago de nómina. Esto significa que la UPR no podría sostener su nómina de haber reducciones adicionales”, sostuvo Haddock durante su presentación.
Bajo este escenario, el presidente universitario solicitó que el Gobierno de Puerto Rico deje sin efecto las reducciones presupuestarias para mantener la plantilla de empleados y cumplir con el incremento de 3% de aumentos en el claustro, conforme al plan fiscal de la institución. Igualmente, solicitó la transferencia de las asignaciones por $501 millones a la UPR, y que se asignen los $145 millones para mejoras permanentes que se necesitan.
Dijo que al presente, el Gobierno de Puerto Rico mantiene deudas con la UPR ascendentes a $80 millones por servicios prestados a instrumentalidades como la Administración de Servicios Médicos de Puerto Rico, el Departamento de Salud, entre otras agencias. Mientras, el líder universitario informó las aportaciones que ha hecho al Sistema de Retiro de la institución que, para garantizar su solvencia requiere cambios que no afecten a los pensionados ni a los empleados que ya cualifican para solicitar su retiro.
No al cierre de recintos
El presidente contestó preguntas del Comité de Transición, junto a su equipo de trabajo, y realizó una radiografía del sistema universitario. Dejó claro que el cierre de recintos y unidades no es una opción, y explicó que la consolidación no representa ahorros significativos, ya que la política institucional es no despedir empleados. Asimismo, destacó el potencial que representa cada una de las unidades y recintos para las distintas regiones donde están ubicados.
Haddock, quien cuenta con más de 40 años de experiencia en la gestión de programas académicos y educativos a nivel global, destacó entre sus logros más importantes la acreditación de todo el sistema universitario por parte de la Middle States Commission on Higher Education, y la inclusión en la lista de las mejores universidades de América Latina para el 2021, según la organización clasificadora QS World University Rankings.
A nivel administrativo, el académico detalló la gestión de su administración para agilizar los proyectos de recuperación de desastres a nivel de los 11 recintos y unidades, subvencionados con fondos federales de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias.
Informó que al presente, la UPR ha generado nuevos ingresos mediante la capacitación a empleados públicos a través del Programa de Desarrollo Profesional del Departamento de Educación, donativos y filantropía.
Los fondos destinados para investigación aumentaron en $115 millones. Estas nuevas partidas se han gestado desde las nuevas vicepresidencias de Filantropía, Recursos Externos y Programas Profesionales y a Distancia.
Como parte del nuevo modelo de ayudas económicas para estudiantes, cerca de 37 mil alumnos no pagan matrícula, lo que representa un 80 por ciento de la población estudiantil de la UPR.
Enfatizó que en medio de la pandemia, la universidad ha operando ininterrumpidamente mediante herramientas digitales, con más de 11,400 cursos en línea. Al momento, la administración universitaria gestiona un aumento en su programas académicos a distancia, tras lograr nueva reglamentación para su aprobación en un tiempo de evaluación menor. La institución tiene bajo evaluación unos 35 reglamentos y políticas institucionales para agilizar procesos académicos y de gobernanza.
El presidente recordó que desde el 2017, la universidad enfrenta reducciones en las asignaciones que realiza el Gobierno. Ese año, la disminución alcanzó $203 millones y hubo un cierre de 60 días y tres presidentes interinos en 24 meses. A ese escenario, se sumaron los daños a la infraestructura provocados por los huracanes Irma y María. En el 2018, los recortes presupuestarios llegaron a $44 millones.
Concluida la vista, el presidente del Comité de Transición entrante, Ramón Luis Rivera Cruz, hijo, se expresó sobre la gestión de Haddock y su responsabilidad fiscal.
“Me voy hoy para mi casa, quizás vamos a decirlo de esta manera, entusiasmado, con el hecho de saber que por fin llegó un presidente a la Universidad de Puerto Rico que la mira desde otra perspectiva, que tiene una visión distinta, por su experiencia a nivel global pues se ha dado cuenta que a la universidad, o al sistema, había que darle un gran jamaqueón, cambiarlo, hacerle entender que había que eliminar pasos burocráticos que estaban estrangulando a la universidad, abrir la universidad a la comunidad y hacerla una más moderna, dinámica, funcional, que sea adaptable a las realidades del siglo 21, que sea inclusiva, que no discrimine con nadie”, concluyó Rivera Cruz.