Llega al cine el film The Raven, del director James McTeigue (V for Vendetta y Ninja Assassin). Más allá de lo interesante de su premisa y la inclusión del personaje histórico de Edgar Allan Poe dentro de esta historia de ficción, la película falla por completo en justificar la presencia del escritor en esta descabellada obra cinematográfica.
El Cuervoes posiblemente uno de los poemas estadounidenses más populares. Edgar Allan Poe, su escritor, es sin duda alguna, uno de los autores norteamericanos más importantes del siglo XIX. Reconocido por su poesía, sus ensayos y crítica literaria, sus cuentos macabros o de terror gótico, cuentos detectivescos e incluso obras cortas de ciencia ficción, Poe tiene una gran cantidad de textos sumamente famosos como La Caída de la Casa Usher, La Máscara de la Muerte Roja, El Corazón Delator, El Entierro Prematuro y El Escarabajo de Oro, entre otros.
Este escritor, como personaje histórico, es en gran medida uno muy interesante. Su vida está llena de instancias trágicas. Su madre murió de tuberculosis cuando él tenía tan sólo 3 años. Su primera esposa, su prima Virginia Clemm, también falleció por el mismo mal a los dos años de casados. De igual modo otros familiares y amigos perecieron a su alrededor, por lo que la muerte fue siempre un elemento muy presente en su obra. Se maneja también algunas teorías de que fue adicto al opio y alcohólico. Sin duda alguna era una persona sombría y solitaria. En una de sus cartas al poeta y escritor James R. Lowell, dejó escrito: “Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de la soledad, mofa de las cosas de este mundo; un honesto deseo de futuro”.
Incluso su muerte tuvo cierto aire de misterio. La causa exacta nunca se supo y sólo se conoce que fue encontrado en un banco de un parque, delirante, delicado de salud y repitiendo incesantemente el apellido “Reynolds”.
Ahora bien, basándose en las extrañas circunstancias que rodean su muerte, The Raven intenta darle una explicación a estas. El film nos narra la historia de un criminal en la primera mitad del siglo XIX que, inspirado por las obras de Edgar Allan Poe, comienza a asesinar en serie a un grupo de personas. Además, secuestra a la prometida de Poe y dice que en cada muerte, dejará una pista para dar con su paradero.
La policía recurre al escritor para que los ayude a descifrar el enigma y encontrar al culpable. En principio, el argumento podría ser interesante, sobre todo dada la misteriosa e interesante figura histórica que es Poe. Sumado a su obra literaria tan llena de elementos góticos y de terror, una película con esta trama y el sugerente título de El Cuervo, tenía el potencial de ser maravillosa. Lamentablemente, ocurre todo lo contrario.
El primer problema del film es que es aburrido. Los asesinatos y las pistas dadas por el criminal no son ingeniosos ni sorprendentes. La búsqueda policiaca carece del suspenso y de elementos que mantengan interesado al espectador. Incluso el momento en que nos es revelada la identidad del asesino, es tan insignificante (ya que nunca se nos creo empatía con el personaje) que realmente no importa.
El segundo problema es que la película no va a la par de los eventos reales del escritor. Por ejemplo, en el film, una de las víctimas del asesino es Rufus Wilmot Griswold, quien en vida real, escribió la esquela sobre la muerte de Edgar Allan Poe.
El tercer problema es que no hay una justificación para que el personaje principal sea Edgar Allan Poe (más que el atraer a millones de fanáticos de la literatura de este autor). El personaje interpretado por John Cusack (quien a pesar de ser un gran actor, no tiene mucho que hacer con un papel tan poco definido por el guión) dista muchísimo de ser el verdadero Poe. Carece totalmente de la oscuridad y el misterio del personaje real. No se ve en el Edgar del film, ese genio sombrío capaz de escribir toda esta laureada obra literaria.
Más aún, muy bien hubiese podido ser un estudioso de la obra de Edgar Allan Poe el protagonista o incluso, un autor ficticio. Las pistas de los asesinatos están asociadas de una manera simple y vaga a la obra de Poe (y dicha conexión es explicada por él mismo, para quienes no la conozcan), por tanto, muy bien hubiese podido decirse que el escritor ficticio había escrito una novela con lo ocurrido en cada asesinato del criminal.
El film no posee ninguno de los elementos góticos ni sombríos de Poe. Simplemente se vale del nombre del autor para crear una historia de asesinatos y mostrar un poco de sangre en el proceso. La única escena que vale la pena en toda la película es aquella en la que Edgar Allan Poe se enfrenta con el asesino cara a cara y le dice una frase como: “así que tomaste mis escritos como inspiración para cometer tus asesinatos. Pero hay uno que no fue creación mía”. El asesino le responde que efectivamente, ese fue invento propio y le pide la opinión al escritor, quien responde despectivamente diciendo algo así como: “Terrible, lo encontré tonto y poco original. Al final no hago más que encontrarme con copias mías, carentes de imaginación.”
Increíblemente, la mejor escena de la película, que tiene un discurso contra la total falta de creatividad y originalidad que envuelve la creación literaria y cinematográfica, describe a la perfección el gran problema del film. No sorprende porque no es original, no es ingeniosa, es completamente anticlimática y sobre todo, no es más que el utilizar baratamente la literatura de Poe para realizar esta mediocre obra. The Raven decepciona tanto como historia gótica, como película de terror o suspenso (ya que nunca jamás produce ni un susto) y sobre todo, como tributo alguno a Edgar Allan Poe.
Ah y ¿por qué se llama The Raven? Ni idea, porque el famoso poema de Edgar Allan Poe no tiene cabida dentro de la trama de la película. Al menos hubiesen llamado al asesino con ese nombre para tratar de justificarlo. Quizás el film se llama así porque luego de verla, el espectador se prometerá no verla "nunca más".