Foto: Edgar Lozada
Por: Joseph Reboyras Rivera
Pese a que Puerto Rico tiene anualmente una temporada seca, la hidróloga del Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) Odalys Martínez, indicó que la época seca en este año ha sido más intensa de lo usual, y que las lluvias de abril y mayo podrían retrasarse.
“Climatológicamente, nuestra lluvia empieza a llegar entre abril y mayo, pero a largo plazo- se indica- que esas lluvias podrían retrasarse, un poco, así que no necesariamente veamos en abril y mayo, que empiece nuestra época lluviosa”, expresó Martínez, quien añadió que la temporada de lluvia podría llegar a finales de mayo.
Por esta razón, la hidróloga del NWS advirtió que no se descarta que la falta de lluvia que la isla está experimentando aumente y se expanda a otras zonas del país. Entre los pueblos más afectados por la sequía se encuentran Manatí, Aguada y Aguadilla. Actualmente, los déficits de lluvia en esas zonas están siendo entre cuatro y ocho pulgadas, en los pasados tres meses, ya que la época seca comenzó en diciembre.
Sin duda, la actual situación climatológica que atraviesa el país es causada por las ligeras lluvias que cayeron previo a diciembre y esto ha tenido diversos efectos en la isla, dijo la hidróloga.
Según Martínez, las repercusiones que tiene la sequía actual son las siguientes: incendios en pastizales en el noroeste (Añasco, Rincón, Moca y San Sebastián), pérdida de humedad en la tierra, disminución en cosecha, y descenso de nivel de agua en los caudales de ríos.
Por otra parte, Puerto Rico se encuentra en una sequía moderada, también conocida como D1, puesto a que este tipo de eventos atmosféricos es clasificado en distintos niveles de acuerdo a su intensidad. Sin embargo, en algunas partes del noroeste del país se están presenciando características de la sequía severa, conocida como D2, debido a los daños en cultivos y pastos. De continuar la escasez de lluvia, estaríamos en una sequía extrema o D3 y en esta clasificación los incendios forestales serían más propensos a ocurrir.
A pesar de que la lluvia necesaria para detener la sequía en Puerto Rico es variante, pues depende de la zona en que haya escasez de agua, Martínez advirtió que hay un déficit de lluvia, en el noroeste del país, de cuatro a ocho pulgadas y necesitaríamos, al menos, ocho a 10 pulgadas de lluvia para “empatar la pelea”.
Asimismo, añadió que lo preocupante sería que en los meses como agosto, septiembre y octubre no lloverá lo necesario y “entremos sin la cantidad de agua necesaria a la época seca”.
“Muchas veces es ahí donde se puede generar sequías más significativas como la que estamos viendo ahora. En 2015, por ejemplo, fue limitada la actividad lluvia así que entramos secos a nuestra época seca”, afirmó la hidróloga.
Por ello, “es importante conservar el agua y no malgastar este líquido tan importante para nuestras vidas”.