Christopher Nolan es, sin duda alguna, uno de los cineastas más geniales de la actualidad. Sus filmes impresionan por su originalidad, su impecable cuidado de los detalles técnicos, la solidez de sus historias y lo taquilleras que resultan. Cada pieza de su cinematografía contiene lo que en su película The Prestige describe como los elementos para un buen truco: la “promesa”, el “giro” y la “sorpresa”. Ahora bien, estrena por fin el film The Dark Knight Rises, que cierra la trilogía de Batman de este cineasta y, aprovechando que son tres películas, la concluye de modo que “promesa”, “giro” y “sorpresa” calcen maravillosamente en cada entrega de la saga.
Empecemos por lo básico, la historia de The Dark Knight Rises (TDKR) empieza ocho años después de los eventos de The Dark Knight (TDK). Ciudad Gótica vive un ambiente de paz y orden gracias a la mentira orquestada entre Batman y el Comisionado Gordon, sobre la muerte de Harvey Dent. Incluso Batman ya no es necesario por lo que ya Bruce Wayne ha podido retirarse, abandonándose en su dolor por la pérdida de su amada Rachel Dawes.
Pero la paz llega a su fin y es necesario que el Caballero Oscuro encuentre el camino de regreso, cuando aparece un nuevo villano en Ciudad Gótica. Un terrorista llamado Bane, con un plan para desatar el caos y arrasar con la metrópolis por completo. En su cruzada contra este villano, Batman se topa además con la ágil y astuta ladrona Selina Kyle (quien en el mundo del cómic es mejor conocida como Catwoman, a pesar de que en el film jamás la llaman por ese nombre).
Como todos los filmes de Nolan, TDKR es perfecta en cuanto a elementos técnicos. La fotografía, la dirección de arte, la edición, el ritmo, la dirección, etc. Todos estos factores se complementan los unos a los otros para forjar una película contundentemente bien hecha. Aún cuando el principio puede parecer un poco lento, sobre todo para una trama que dura 2 horas con 44 minutos, la verdad es que esto no es más que la larga subida de una montaña rusa, que luego nos suelta en picado en un ángulo de 90 grados en relación al suelo. Durante ese principio, Nolan simplemente coloca todas sus piezas en posición para luego encender la chispa y dejar que los acontecimientos se desarrollen como si fuese una reacción en cadena.
Los villanos de la película.
Mucho se especuló sobre la selección de los villanos para esta tercera (y aparentemente última entrega) de la saga de Batman de Christopher Nolan. Muchas fueron las críticas sobre si Bane y Catwoman eran realmente la mejor elección, por encima de otros villanos como The Riddler, The Penguin, Hugo Strange, Poison Ivy o Harley Quinn. Otros se quejaban de la selección de Anne Hathaway para interpretar a la icónica Selina Kyle, quien ya en el pasado había sido representada de manera bastante memorable por Julie Newmar en la serie televisada de 1966 y por la maravillosa Michelle Pfeifer en Batman Returns (1992) de Tim Burton. Incluso, algunos llegaron a decir que Tom Hardy no se veía lo suficientemente intimidante como Bane.
La verdad es que estos dos villanos no sólo son una excelente elección por parte de los hermanos Nolan y David S. Goyer (el guión fue escrito, al igual que las dos entregas anteriores, por Christopher Nolan y su hermano Jonathan, basado en una historia creada por Nolan y Goyer).
Dentro del universo creado para esta saga de Batman, sólo se puede introducir personajes que se apeguen a la veracidad con la que se ha construido la realidad de la trilogía. Es por esto que Bane y Catwoman eran los más viables (seguidos quizás por el Riddler). Ahora bien, para la conclusión épica que quería darle Nolan a su saga, así como el mensaje entre líneas y la función de cada personaje en la trama, no cabe duda de que estos dos villanos fueron, definitivamente, la mejor elección (sumados, por supuesto, a un par de sorpresas extras que nos ha dejado Nolan para el gran final).
En cuanto a la interpretación de ambos, sólo puedo decir que es magnífica. Tom Hardy nos ofrece un villano sublime y atemorizador, mientras que Anne Hathaway se alza con una Catwoman propia, tan magnífica como sus predecesoras más reconocidas. Ciertamente el Joker de Heath Ledger es imbatible, pero la mezcla de villanos de TDKR llena su vacío.
El Gran Truco.
Para concluir de modo espectacular su trilogía del Caballero Oscuro, Christopher Nolan no sólo logró hacer un cierre inteligente, astuto y congruente con las dos películas anteriores; sino que, como ya dije anteriormente, utilizó la teoría del Gran Truco de magia, de su película The Prestige.
Cada film de Nolan, en sí mismo, contiene las tres etapas de un gran truco (“promesa”, “giro” y “sorpresa”), pero a su vez, Batman Begins, la primera entrega de la saga, funge como preparación para el sorprendente acto de magia con el que el magnífico Nolan logra asombrar a su audiencia. En este film, que sería la “promesa” de su mítico acto de magia, es la preparación. No sólo nos muestra su versión del mundo de Batman, sino que nos presenta a todos los personajes y la temática que usará en el resto de la trilogía. Batman Begins nos despierta la curiosidad, dejándonos con la intriga de que algo grande está por suceder. En palabras del mago de The Prestige, en la promesa, mostramos algo “ordinario”. Esta es la razón por la cual, Batman Begins es la menos sorprendente de la trilogía.
Con The Dark Knight, nos confunde como audiencia y nos cambia el panorama. Introduce al Joker, gira literalmente de cabeza a Ciudad Gótica y convierte a Batman en un prófugo de la justicia, acabando con la vida de dos personajes que eran buenos e inocentes. Con el “giro”, el ilusionista convierte lo ordinario en extraordinario. TDK es, sin duda alguna, la parte sorprendente del truco, que prepara al espectador para el gran final.
The Dark Knight Rises es entonces “la sorpresa”. Es el efecto que tiene el truco en los espectadores. Es el resultado que obtiene el ilusionista con el acto que ha preparado. Usando cada uno de sus elementos anteriores, Christopher Nolan consolida su trilogía amarrando todos los cabos sueltos y dejando a su audiencia aplaudiendo, porque acaba de ser increíblemente sorprendido, aún cuando no sabe como lo ha hecho el mago.
El discurso político “entre líneas”.
A pesar de que el mismo Christopher Nolan declaró en la revista Rolling Stone que TDKR no es un film político, la verdad es que es inevitable hacer una lectura en la que la historia muestra un movimiento popular, manipulado por una mente maligna para generar la autodestrucción social. (Esta sección podría contener uno que otro “spoiler”, quedan advertidos).
Tomando en cuenta la lectura dada a The Dark Knight, en la que se mira a la película como una apología a la política exterior de los Estados Unidos (EEUU), en cuanto a la guerra contra el terrorismo (Batman debe adoptar el papel de villano de Ciudad Gótica, para poder seguir luchando contra los locos que quieren ver al mundo arder en llamas, sin importar que se vea forzado a tomar medidas extremas como mecanismos de vigilancia electrónica; siendo esto una metáfora a que, para luchar contra el terrorismo, EEUU soporta el que sea apuntado como un bandido por la opinión pública internacional, así como las duras críticas a las medidas antiterroristas de sus propios ciudadanos); No podemos dejar de ver a The Dark Knight Rises como una continuación del discurso.
Si Batman es, en efecto, el Estado, dicho Estado lleva ocho años sin ejercer su labor castigadora, porque cree que Ciudad Gótica ya no lo necesita. Es en este panorama en el que aparecen Selina Kyle y Bane.
Selina es una ladrona que le roba, según ella misma “a los que tienen demasiado”, e incluso en una escena, le dice al oído a Bruce Wayne: “Viene una tormenta Señor Wayne, y cuando golpee, todos ustedes se van a preguntar como pudieron vivir teniendo tanto, dejando tan poco para el resto de nosotros”. Este argumento es demasiado parecido al del movimiento Occupy Wall Street, en el que se critica que las riquezas del mundo, estén en manos de tan sólo un uno por ciento de la población. Si a esto le sumamos que hay una escena en la película, en la que ocurre un ataque a la bolsa de valores propiamente.
Así mismo, Bane proclama públicamente que busca liberar al ciudadano de la opresión de la sociedad en la que vive, creando un mundo en el que es el pueblo quien gobierna, quien juzga, quien castiga, etc. Es Bane la tormenta que profetiza la ladrona. Este sistema político se parece demasiado al de los discursos populistas de los gobiernos neo-socialistas de América Latina.
Pero la cosa es que, esta “revolución” que propone Bane, sólo tiene un propósito y es la destrucción de Ciudad Gótica, ilusionando al ciudadano común con la esperanza de que la libertad que se les ha otorgado, es su salvación.
Por si esto fuese poco, los villanos en TDKR tienen todos una cosa en común (que además no posee Bruce Wayne): un pasado pobre y lleno de tribulaciones.
Como nota curiosa, el que Nolan haya escogido el lapso de ocho años como el tiempo que lleva Batman sin actuar, no parece aleatorio, si tomamos en cuenta que el presidente Barack Obama se está lanzando para la reelección, para continuar en el poder por cuatro años más. Que me disculpe el cineasta pero, su película podría tomarse como una advertencia a los votantes de lograr que Batman, vuelva a patrullar las calles y retorne la fuerza a los mecanismos opresores del Estado.
Un verano Súper Heróico.
Este verano ha contado con dos grandes producciones de Súper Héroes. En primer lugar, The Avengers que tuvo un éxito sorprendente gracias a lo genial y divertida que es, y The Dark Knight Rises, que también ha resultado ser maravillosa y seguramente tendrá un éxito equiparable con el grupo de vengadores de Marvel Cómics.
Comparar ambos filmes, solo porque se trata de películas de Súper Héroes no es justo. The Avengers es una película divertida, sumamente fantástica sin mayores pretenciones artísticas y/o políticas, mientras que TDKR es un film profundo, serio, sombrío y con posibles connotaciones relevantes en nuestra sociedad. Sería como hacer una comparación entre Finding Nemo y Jaws, solamente porque ambas tratan de peces en el mar.
La verdad es que ambos filmes son geniales y aunque la comparación será inevitable, personalmente opino que ambos resultan tan exitosos en áreas tan distintas, que simplemente los dos tienen suficientes motivos para ser consideradas igualmente buenas. Claro está que, quien disfrute más de un estilo que de otro, podrá decidir cual le gustó más.
La pregunta que resta por hacer es ¿Habrá una cuarta entrega del Caballero Oscuro? Christopher Nolan aseguró que esta era la última parte de su trilogía y no se ha hablado de lo contrario. Sin embargo, las escenas finales de TDKR, a pesar de concluir maravillosamente la historia, dejan suficiente espacio para iniciar una nueva saga. Quizás en unos años, si hay suficiente incentivo ideológico (y monetario), tengamos un nuevo Dark Knight.