Por: Fabiola V. Brown-Viqueira
Francis Álvarez Hernández, estudiante en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Utuado, es el propietario del food truck “Cassava Pizza”, situado en el barrio Tibes en Ponce.
El joven resalta que “el proceso no ha sido fácil, pero ha sido lindo”. Dice que aún busca cómo balancear sus estudios y su negocio, pero que la ayuda de sus padres y el aprender cómo manejar su tiempo ha sido imperativo para su éxito.
En el 2017, Francis tomó el curso de Economía Agrícola con el profesor Javier Pérez Lafont, el cual despertó su curiosidad por la gastronomía. Luego de una conversación con su abuelo, quien le enseñó recetas de casabe, Francis comenzó a crear crepas de yuca.
Sin embargo, en un junte familiar se ideó comenzar con la venta de pizzas hechas a base de yuca; las comenzó a vender en festivales, como en el Festival Atabey y el Festival Tierra Adentro, en Ponce.
Relata que, en una entrevista con la agencia de turismo Isla Caribe, un norteamericano, al escuchar al joven decir “pizzas de casabe”, él dice: ¿Cassava Pizza? Es así como surge, el nombre de la pizzería. “La idea de explicarle a alguien, quien no hablara español, sobre mi oferta fue genial para mí”, comentó.
Además de ser una pizzería, el proyecto “Cassava Pizza” tiene como propósito educar al público visitante, sobre la historia y la cultura de Ponce. “Quiero que mi barrio brille”, destacó.

Foto: Suministrada
Al preguntarle qué atesoraba más del negocio, el estudiante dijo “sentarme con mi abuelo, escucharlo contar las historias de cuando era joven y de cómo, en su casa, veía a su mamá cocinar y así aprendía. Si algo me llevo de este negocio ha sido conectar con mi abuelo. Esto ha sido una de las experiencias más lindas que he vivido”.
El joven celebra el apoyo del público; le emociona ver cómo los clientes regresan e interactúan con él. Dice que siente que ha creado una segunda familia con sus clientes. Además, agradece el apoyo de su profesor Pérez Lafont, quien ha sido clave para la continuidad del proyecto. Asimismo, agradece el apoyo del recinto de Utuado de la UPR.
Cabe senalar que el comienzo del negocio coincidió con el huracán María; luego los terremotos del 2020, y se complicó todo con la pandemia del COVID-19. Sin embargo, Francis no dejó que los inconvenientes le entorpecieran su sueño.
“El miedo puede ser la herramienta más útil, como puede ser la barrera más grande de uno, y no hay nada mejor que luchar por los sueños”, puntualizó.