Estudiantes residentes de la Torre Norte del Recinto de Rio Piedras de la Universidad de Puerto Rico, se lanzaron a limpiar playas en Puerto Rico como parte de la convocación del Día Internacional de Limpieza de Playas.
Este proyecto, llevado a cabo con más de 500 mil voluntarios en más de 100 países, es un esfuerzo que se dirige a la limpieza y conservación de las costas, playas, ríos y lagos en todo el mundo. Se celebra el tercer sábado de cada mes de septiembre. Así, el pasado sábado 15 de septiembre de 2012 entre las 8:00 a.m. y las 12:00 p.m. miles de voluntarios a lo largo de todo el mundo se pusieron manos a la obra en la limpieza de litorales. La organización sin ánimo de lucro Scuba Dogs Society se encarga de la organización evento a nivel nacional activando a más de 20 mil participantes.
Desde el Recinto de Rio Piedras un grupo formado por 17 alumnos de distintas nacionalidades, franceses, italianos, mexicanos, españoles y puertorriqueños- escucharon el llamado del mar –lanzado por el capitán de zona, Wilfredo Feliciano Hernández- específicamente para las playas de Vieques.
La agenda del evento organizada por Wilfredo, comenzó el viernes 14 a la una de la tarde. Dirigió al grupo al balneario de Sun Bay en Vieques y terminó el domingo 16 a las 5:00 p.m.. El grupo de voluntarios partió de la Residencia Torre Norte de la UPRRP, lugar de residencia de la mayoría de los participantes, para llegar a Fajardo antes de las 4:30 p.m. donde se encontrarían con otros tantos voluntarios alumnos, padres y personal docente del Colegio Santa Rosa de Bayamón con el que compartirían la actividad hasta el sábado por la tarde.
Bajo un sol abrasador en un cielo despejado, el ferry “Cayo Blanco” partió hacia la Isla de Vieques. Allí el grupo llegó a estar formado por 35 voluntarios que se envolverían en el proyecto. Al anochecer, tras montar el campamento entre mosquitos, hormigas, gallinas y los caballos del Balneario de Sun Bay, el grupo cenó y se dirigió a realizar una de las actividades más llamativas del evento dirigida por el salvavidas del balneario “Dondy”: la visita a la bahía bioluminiscente, “el mayor espectáculo que jamás he vivido” como lo calificó uno de los voluntarios.
Al día siguiente, con alguna pequeña nube que se agradecía, el grupo se despertó con el canto de los gallos a las siete de la mañana para desayunar y ponerse en marcha ataviados con bañadores, sombreros y gorras. El capitán de costa, Wilfredo repartió el material compuesto de guantes, bolsas y botellas de agua para evitar la deshidratación, aconsejó el uso de protección solar y gorra para evitar insolaciones. Sugirió no salir de los límites establecidos y recomendó el uso de los guantes al recoger la basura. También apuntó la posibilidad de intentar dividir los desperdicios en plásticos y aluminios. Además, advirtió del peligro del vidrio y cómo actuar en caso de encontrar animales vivos, muertos o heridos entre la basura.
En última instancia, dividió a los 35 integrantes en subgrupos de cuatro y explicó a uno de los miembros de los subgrupos cómo rellenar la plantilla de recuento con una serie de datos donde también se anotarían los nombres de los componentes del subgrupo, datos de la playa y características y cantidad del tipo de basura.
Los socorristas y vigilantes transportaron en vehículos del balneario a los voluntarios a los sectores adjudicados para la limpieza a lo largo de las cuatro millas de la playa de Sun Bay. La mañana discurrió con toda normalidad bajo una agradecida nube que suavizaba la temperatura hasta justo cuando término la actividad.
Durante el recogido se encontraron principalmente vasos y envases de plástico, latas y tapas de cerveza aunque las colillas y las bolsas plásticas fueron el desecho que más se contó. Respecto al desperdicio más extraño que se localizó, fue
una bola de soga gruesa con una red de unos tres pies. Este fue el caso más grave en la playa de Sun Bay. No se encontraron electrodoméstico ni gomas de carro como ocurrió en otros lugares de la isla.
Según datos del capitán, se limpiaron 59 libras de basura que serán añadidas a las 300 mil que se recogieron por los 20 mil puertorriqueños en 293.72 millas en 58 municipios de la Isla.
Según Wilfredo, este fue un dato importante ya que, “las libras en esta playa han disminuido en comparación con años anteriores” pero han aumentado en la Isla gracias al crecimiento de voluntarios que ha pasado de ocho mil -varios años atrás- a 20 mil en esta edición. El capitán viequense destacó el entusiasmo por la actividad del recogido y el interés que presentaron los participantes. Mostró, además, su satisfacción a los voluntarios por haber seguido las instrucciones eficientemente de forma que facilitó la rapidez con la que se limpiaron las cuatro millas de playa en solo una hora y media.
Como la actividad tuvo también su lado turístico expresó el deseo de contar para próximas ediciones con transporte para llevar a los voluntarios a otras áreas de su Isla como playas y museos. Por último Wilfredo agradeció la participación a todos los voluntarios “para que se siga regando la voz de lo importante que es cuidar el ambiente y nuestras playas en favor de la salud del ecosistema”.
El autor es estudiante graduado de la Mestría de Teoría e Investigación de la Escuela de Comunicación de la UPR, Recinto de Río PIedras.