¿Habrá algo que Justin Timberlake no pueda hacer? Siete años desde su última producción discográfica, Future Sex/Love Sounds, dos años desde su última película, Friends With Benefits y solo semanas después de su última aparición en el programa, Saturday Night Live, el virtuoso de la cultura pop nos hace entrega de su tan esperado disco, The 20/20 Experience.
La realidad es que hemos llegado a un punto en donde conocemos a Justin más por sus cameos en Saturday Night Live y su simple carisma con el ojo público al igual que el privado. Con solo tres discos en el arsenal de Timberlake, The 20/20 Experience es algo que debemos mirar con gran valor, girándonos en torno a la carrera del artista.
Justin satisface, encerrándonos en un club de “soul” y un conjunto de “doo wops” que ponen a cualquiera en la nube más alta. El primer sencillo del disco, “Suit & Tie”, básicamente nos pinta una imagen perfecta de lo que es el disco.
Imagínense una gala formal, bien vestidos, prendas, charol, un ambiente pintado de blanco y negro, tragos y champagne con una tarima en donde se presentan JT y los Tennessee Boys. Estarían viviéndose el “20/20 Experience”.
“Pusher Love Girl” abre la colección con posiblemente el ritmo más sensual que Timberlake ha presentado en su carrera. Con una introducción llena de violines y órganos, Justin nos canta con líricas usadas y vacías que cualquier ícono de pop puede usar y nos entrega la comparación trillada de la mujer como droga.
Por otro lado, “Don’t Hold The Wall” eleva el humor sensual a uno agresivo/sensual. Se presenta como una de las canciones más innovadoras del disco con unos disparos de tambores estilo japonés que ejemplifican un ritual tribal.
Un cambio en el orden de canciones hubiese elevado esta producción a un nivel mucho más alto. JT y los Tennessee Boys son presentados en “That Girl”, la séptima canción, por el productor del disco, Timbaland. El mero hecho de poner esta canción como la primera, hubiese convertido al disco en un concepto más interesante literalmente llevándote a la fiesta formal. Timberlake hubiese ingeniado un ambiente accidental tal y como lo hicieron los Beatles en “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” con su primer número y su represalia.
Negativamente, el disco presenta solo diez canciones con una duración promedio de 7 minutos cada una. La más larga es la menos “soul” del conjunto y la más “balada ochentosa”, “Mirrors”, llega a unos ocho minutos con seis segundos.
Setenta minutos es una duración demasiada extensa para un disco esencialmente pop. Las canciones no solo llegan a un punto en donde se repite el mismo ritmo enlazado con vocalizaciones de JT, sino que tendrían que pasar trabajo demás para las versiones de radio que se deberían cortar a una duración más tolerable. Es algo que sería medio torturante para aquella persona que no tenga paciencia.
The 20/20 Experience no es un disco malo en lo absoluto. Hasta el momento, es la presentación pop más refrescante del año. El único percance es el saber que Timberlake pudo haber hecho muchos más éxitos con el tiempo que mata alargando las canciones a unos ocho minutos.
Al parecer, eso no le es un problema a Justin ya que anunció el lanzamiento del seguimiento a 20/20 para septiembre de este año. Justin Timberlake no para. Nos gusta su actuación, su amabilidad y, por supuesto, su música. Puede ser que una se lleve de la mano de la otra, pero por ahora, esperemos a septiembre para estar seguros.