
Lola Rodríguez de Tió Nuevamente, la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, conmemora el natalicio del prócer antillano Eugenio María de Hostos, celebrando vida y obra, genio y figura. Ya han pasado 170 años desde su nacimiento en el Barrio Río Cañas de Mayagüez. La actividad, celebrada frente al monumento dedicado a su memoria, permitió espacio para puntualizar sobre las obras y los aportes del pensador caribeño, y para la instalación del profesor Roberto Gutiérrez Laboy, quien ostentará la honrosa Cátedra Eugenio María de Hostos 2009. Diversas figuras como la rectora del Recinto de Río Piedras, doctora Gladys Escalona de Motta, y la dirección del Instituto de Estudios Hostosianos del campus, recapitularon a lo largo de sus mensajes el valor del legado del maestro Hostos. Con motivo de esta efeméride el doctor en Literatura y Filosofía Roberto Gutiérrez Laboy, tuvo a su cargo el mensaje principal, bajo el título Hostos, ese ilustre desconocido, haciéndose eco de la frase de Antonio S. Pedreira, otro de los grandes, quien compartía la misma preocupación. En la ponencia, Gutiérrez reflexionó en torno a la histórica pregunta sobre el por qué Hostos no se estudia en nuestro país como se merece. En su alocución Gutiérrez ofreció varias razones, ninguna justa, para esta desidia. “La razón más obvia, y la que más se invoca, es nuestra particular situación política. Esto es, al no poseer una cultura de pueblo libre se nos escamotean las figuras señeras del país”, precisó. Aún más, explicó que él mismo ha escrito “que, quizás, el desconocimiento de la figura de Hostos responda a que consciente o inconscientemente, por omisión o por ignorancia, no se le enseña en las escuelas para que no surjan otros Hostos. En el contexto nacional de hermandad boricua si conocemos de nuestras grandes personalidades con orgullo podríamos pensar que si aquí nació una Lola Rodríguez de Tió, un Ramón Emeterio Betances, una Ana Roque de Duprey, un Pedro Albizu Campos, una Margot Arce de Vázquez o una Nilita Vientós Gastón, alguno de nosotros podría ser como aquél o aquélla. ¡No es que mitifiquemos a nuestros grandes hombres y mujeres, es que todo pueblo necesita de modelos que nos estimulen a superarnos! Entonces, las razones políticas podrían ser una de las causas del desconocimiento de personajes como Hostos”. “Es posible que otra de las razones que nos alejan del conocimiento que de Hostos se debe tener puede ser nuestra propia subestima”… ¿será que todavía nos queda algo de insularistas y consideramos que el nuestro por ser nuestro no puede estar a la altura de los grandes?, cuestionó. Pero no sólo aludió a razones políticas, también indicó que otra causa podría muy bien encontrarse en la visión religiosa de Hostos, al recordar que Hostos tuvo serios incidentes con la jerarquía eclesiástica católica en la República Dominicana, y que se oponían a las ideas filosófico-educativas y morales de Hostos a quien acusaban de promover una “escuela sin Dios”. Sin embargo, aún así, luego reconocieron la ingente labor educativa del puertorriqueño. Otro aspecto mencionado fue el argumento de que ya el pensamiento hostosiano ha perdido vigencia o que es difícil de leer y, por tanto, de entenderlo y, sobre todo, de coincidir con él. Empero recalcó que el no coincidir con todas la ideas de Hostos no debe restarle méritos a sus ideas, siempre hay la alternativa de aceptar unos argumentos y rechazar otros. Y recordó que el pensamiento de Hostos es tan importante que comparte espacios junto a Sócrates, Platón, Aristóletes, Erasmo, Locke, Rousseau, Kant, Nietzsche, Russell, en fin junto a los más grandes educadores de la humanidad hasta John Dewey, en la obra Cincuenta grandes pensadores en torno a la educación: de Confucio a Dewey. Con relación a la complejidad de la lectura comentó que “para eso estamos los maestros, para explicarlas. Hostos no es tan difícil como algunos creen. Para entenderlo solamente tenemos que conocer su época (que ni tan diferente es a la nuestra), sus influencias y, sobre todo, querer saber”. “Nuestro problema, dijo, es serio. De hecho, mucho más serio de lo que podría suponerse. El problema, como antes insinué, no es que no se conozca a Hostos y otras personalidades nuestras. Es que ni siquiera se enseña la historia nuestra como debe ser y los responsables son todos los que nada hacen, lo permiten y no se dan a respetar”, sentenció. Roberto Gutiérrez Laboy, hoy el educador que ostenta la Cátedra Eugenio María de Hostos 2009, es doctorado en Literatura y Filosofía de Rutgers University. Ha sido profesor en universidades norteamericanas como Fordham, CUNY, Seton Hall y Montclair State University, entre otras. Y, actualmente, es Catedrático del Departamento de Humanidades de la Facultad de Estudios Generales del Recinto de Río Piedras, UPR, en donde se desempeñó como su Director por cuatro años. Es autor de los libros Ética a Ana Laura (Hacia una ética humanista), La fragilidad humana y otros ensayos, El discurso moral en Eugenio María de Hostos y otros ensayos, Hostos y su filosofía moral y Puerto Rico: Tema y motivo en la poesía hispánica, entre otros. Próximamente, estará también entre el público su nuevo libro Pensar y entender a Hostos. Ha dictado conferencias en países como Brasil, Estados Unidos y Puerto Rico, y a finales de este mes ofrecerá la conferencia A filosofia da educação de Eugenio María de Hostos en la Universidade Federal do Amazonas, Manaus, Brasil. Para más información sobre el profesor Gutiérrez Laboy puede acceder a: http://www.drgutierrezlaboy.com.