El que solamente se destaque la aportación de las personas negras en el apartado sobre la esclavitud en las clases de historia; el que un 60 por ciento de las mujeres puertorriqueñas viva bajo el nivel de pobreza y que las parejas del mismo sexo no puedan disfrutar de los derechos que poseen las parejas heterosexuales es sólo una muestra de la desigualdad que existe entre la población de Puerto Rico. No obstante, en el debate pre electoral estos temas no fueron prioridad. Ante la ausencia de un debate amplio, Diálogo se dio a la tarea de explorar los reclamos de estos sectores y cómo los partidos políticos los atienden. Para el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla, Nelson Arnaldo Vera, no es de extrañar que las colectividades eviten la discusión amplia sobre estos asuntos porque en el marco de la política partidista “su función es conseguir la victoria a través de los votos y no se les hace conveniente apelar a sectores en particular”. Vera destacó el caso del Partido Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR), entidad que promovió, desde sus inicios, la inclusión de todos los sectores. “En principio esta colectividad mostró apertura a candidaturas diversas. Ahora, se recalca más esa diversidad en las imágenes de sus anuncios televisivos que en su plataforma”, sostuvo. Cabe señalar que desde su inscripción, el PPR impulsó la candidatura de una aspirante a la legislatura miembro de la comunidad lésbica. Sin embargo, al final el Partido desistió de la idea sin ofrecer explicaciones. El estudioso de los procesos electorales, destacó que evadir estos temas en los debates antes de las elecciones hace pensar -de manera equivocada- que las brechas por razón de raza, género, orientación o identidad sexual han sido superadas, cuando lo cierto es que la marginación es palpable. “Es bien común observar que son muy pocos los candidatos y candidatas a puestos electivos que pertenecen a la raza negra”, puntualizó a modo de ejemplo.
Carmen Villanueva, es una mujer puertorriqueña negra. Para ella nunca ha sido prioritario definirse así, pero lo hace debido a que “en Puerto Rico es común pensar que los negros son dominicanos o haitianos. Yo no me veo en los programas de gobierno de los partidos políticos. Hablan de la salud, de la educación, pero no hablan de la población y la mujer negra”, sostuvo la también portavoz del Centro de Enlace, Desarrollo, e Investigación de las Comunidades Especiales (CEDICE). Villanueva apuntó que el discrimen racial es un problema de siglos y se perpetúa de generación en generación. ¿Quién escribe la historia en Puerto Rico?, al parecer los que quieren blanquearla. Villanueva subrayó que la realidad es que en los libros que usan nuestros niños en las escuelas se habla sólo de los negros en los capítulos que discuten el período esclavista. Asimismo, la líder comunitaria cuestionó el que los partidos políticos mencionen en sus programas de gobierno, en términos generales, la intención de eliminar “todo tipo de discrimen”, pero no se identifican alternativas concretas para erradicar el racismo en Puerto Rico.
Si bien las mujeres constituyen la mayoría de la población del País -casi dos millones, o el 52 por ciento de la población-, lo cierto es que existen claras desigualdades entre el hombre y la mujer. Así aseguró la licenciada María Dolores Fernós, ex Procuradora de la Mujer, quien señaló que el 75 por ciento de las familias que viven en los residenciales públicos del País está compuesta por mujeres y sus hijos, y en el caso de las llamadas comunidades especiales, al menos un 60 por ciento de sus residentes son féminas. Aunque estos son datos reconocidos, Fernós destacó que las soluciones a la pobreza propuestas por la clase política no siempre van acorde a las necesidades de las mujeres. “La mujer que tiene a su cargo dos, tres o cuatro hijos tiene, básicamente, inmovilidad; (a la mujer) se le hace difícil moverse para estudiar o para trabajar porque tiene que cuidar a sus hijos y en ese sentido, hace falta un proyecto de desarrollo económico con perspectiva de género”, aseguró la también integrante fundadora de la Organización Puertorriqueña de la Mujer Trabajadora (OPMT). Aunque en los programas de gobierno de los cuatro partidos políticos existen secciones dirigidas a plantear propuestas para atender los reclamos de la mujer, tanto para Fernós como para Villanueva, la discusión amplia del discrimen por género ha quedado rezagada en el debate pre electoral, quizás en un intento de los partidos para no comprometerse con promesas que después no van a cumplir. De otro lado, la también profesora de Derecho señaló que, aunque han habido avances significativos en el área de la violencia doméstica, todavía hay mucho por hacer, sobre todo, por el limitado acceso a recursos económicos que tienen las organizaciones comunitarias, principales entidades que brindan servicios a las víctimas de violencia doméstica.
Según el activista por los derechos de la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual, Transexual y Transgénero (LGBTT), Pedro Julio Serrano, ésta es la primera vez en la historia política de Puerto Rico que todos los partidos incluyen el rechazo al discrimen por orientación sexual en sus plataformas de gobierno. Sin embargo, apuntó que las colectividades siguen promoviendo la desigualdad ya que no incluyeron el discrimen por identidad de género, término aplicable a las personas transgénero y transexuales y reconocido en las leyes contra los llamados crímenes de odio. Además, ninguna de las plataformas reconoce la necesidad de permitir el cambio de sexo en los documentos oficiales para las personas transgénero y transexuales. Asimismo, el portavoz de la organización pro derechos humanos, Puerto Rico para tod@s, resaltó que aunque el programa de gobierno del Partido Nuevo Progresista (PNP) rechaza el discrimen en el empleo por orientación sexual, en la sección Valores de familia la colectividad reafirma que “la institución del matrimonio es entre un hombre y una mujer” y enfatiza que “el Ejecutivo analizará cualquier posible legislación para considerar los principios y valores aquí expuestos y determinará la acción legislativa en lo que fuere pertinente”. Para Serrano, destacó que con este enunciado el PNP “está dejando la puerta abierta para revivir la Resolución 99”, medida que pretendía elevar a rango constitucional el matrimonio entre un hombre y una mujer. De otro lado, aunque Serrano lamentó que las propuestas para la comunidad LGBTT no sean prioridad en la discusiones pre electorales, destacó que hay avances en el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), única colectividad que apoya las uniones de hecho y que en el PPR se promete justicia contributiva para las parejas del mismo sexo.