Con su diminuto cuerpo cubierto siempre de vestidos negros que parecía revelar un luto constante, Edith Piaf aparecía en los escenarios para conquistar y sorprender con su impetuosa voz, cantándole al amor desesperado y trágico. Rodeada de amantes y adicta al alcohol y la morfina, hoy, 10 de octubre de 2013, el ícono de la canción francesa cumple 50 años de su muerte.
En definitiva, el mayor legado de Piaf lo son sus canciones interpretadas bajo sentimientos profundos difíciles de igualar en estos días. A continuación, las tres canciones que hicieron de ella la estrella que aún no para de brillar.
Canción escrita por Edith Piaf para el amor de su vida, el boxeador Marcel Cerda. La primera vez que cantó la canción en vivo fue el 14 de septiembre de 1949, en el Cabaret Versailles en New York.
Canción popularizada en 1946 por la cantante francesa Edith Piaf, autora además de la letra. Se convirtió en uno de los temas favoritos del público y recibió un Grammy Hall of Fame Award en 1998.
Es un vals compuesto por el argentino Ángel Cabral. Piaf escuchó una grabación de la canción interpretada por Alberto Castillo en 1953. Fascinada por la melodía, la artista francesa se la llevó a París. Allí contactó a Michel Rivgauche, quien cambió totalmente la letra y el título por La Foule.