Por Marieli Collazo Vega
Considerar que un libro sea bueno no está determinado por la cantidad de ejemplares que venda; es necesario un buen escritor. Eso fue lo que concluyó Anne Marie Métailié, Carlos Gómez Beras y Álvaro Lasso, los tres editores que participaron en el panel titulado “La vida de los libros: entre el marketing y la posteridad’’, celebrado el viernes 11 de octubre en el Festival de la Palabra 2013.
Para la editora francesa Anne Marie Métailié, un libro que se ha pensado para el marketing puede llegar a convertirse en un total fracaso. Para la fundadora de la Editions Métailié, la verdadera literatura puede llegar a mover poco público, pero lo que vale es que exista una obra. ‘’Si se habla de talento, posteridad, es decir de obra literaria todo puede acontecer’’, expresó. Para la editora, una gran obra literaria sí puede volverse un bestseller.
De otra parte, el editor y poeta Carlos Gómez Beras considera necesario que el escritor tenga claro si escribe para vender, o escribe porque necesita escribir. “Yo pienso que el escritor debe escribir porque necesita escribir’’, señaló el poeta. Gómez, director de la Editorial Isla Negra, dijo que para el es necesario el talento, el deseo de escribir y la pasión. Sin embargo, concluyó que en la sociedad en la que vivimos el marketing es indispensable.
Para el editor peruano Álvaro Lasso es importante hacer distinción de los oficios. Expresó que cada cual debe cumplir el rol que le corresponde, refiriéndose a los escritores y editores. Lasso mencionó que el editor debe tratar de llegar a la mayor cantidad de lectores, por lo que el marketing si debe ser importante. Para el, el editor debe hacer lo posible porque los libros lleguen a las librerías y se sepa de ellos. Por el lado del escritor, el editor comentó que el marketing no debe ser importante.
“Los editores latinoamericanos son sobrevivientes’’
La editora Anne Marie Métailié relató que para los 90’ viajó a Latinoamérica. Dijo que al ver cuál era la situación de la edición y de las librerías en la mayoría de los países latinoamericanos, decidió ser una mujer y una editora “totalmente optimista’’. Considera que es increíble lo que los editores logran. Para Anne Marie Métailié, es necesario que los libros se consideren un producto cultural y que pueda llegar a ser comercial. Para eso, explicó que debe haber una igualdad de precios y de cobrarse un impuesto, que sea bajo. Esto ayudaría a que existan librerías, y por tanto, que existan editores. La editora de El viejo que leía novelas de amor, del chileno Luis Sepúlveda, enfatizó que los libros no deben ser un producto de lujo, que deberían tener precios más accesibles.
Ante esto, Gómez comentó la poca cantidad de librerías que hay actualmente en Puerto Rico. De igual forma, que no hay un suplemento literario, ni programas de radio y televisión donde se promueva y se hable de la existencia de los libros. Sin embargo, Álvaro Lasso añadió que para él, el editor debe también salir a buscar lectores.