Es inocultable, el balance está en rojo. Los años de miope planificación, políticas fiscales fallidas, e ineficiencias administrativas han pasado su cuota. A esto se le suma una crisis económica mundial que amenaza con extenderse indefinidamente; nos enfrentamos a una economía en emergencia. En pleno proceso de transición gubernamental ya se están dirimiendo los remedios para recuperar al enfermo, y, como era predecible, la Universidad sería uno de los entes más impactados con la medida. Según informaciones publicadas en uno de los principales diarios del País, el Comité Asesor de Reconstrucción Económica y Fiscal del gobernador electo, Luis Fortuño, tiene sobre la mesa una reducción en el presupuesto que se le otorga a la Universidad de Puerto Rico. Asimismo, contempla un aumento en el costo de los créditos para los estudiantes. Ante estas alternativas que se barajan para atender la crisis fiscal, Diálogo Digital indagó sobre las posibilidades que tiene la Universidad para evitar el excesivo recorte en su presupuesto, sin dejar de aportar al saneamiento de las finanzas públicas. Para Juan Lara, profesor de economía de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, “La Universidad tiene que contribuir con un esfuerzo de austeridad; debe ser más eficiente con el uso de los recursos que nos dan”. Estos recursos, admitió el profesor, son cuantiosos. Acerca de las medidas que recomendó el Comité Asesor a Fortuño, Lara explicó que son propuestas que se han estado discutiendo de manera recurrente a través de los años. En varios sectores, afirmó, existe la percepción de que la Universidad no produce lo suficiente como para justificar el dinero que recibe. No obstante, él como economista no comparte esa visión. Según Lara, la Universidad aporta muchísimo, pero debe ser más responsable en la administración de los recursos. “La aportación principal debe ser en el terreno de las ideas. Creo que en estos momentos de crisis económica, es importante la inteligencia que hay en la Universidad (…) En la UPR tenemos un banco extraordinario de talentos para esos propósitos”, señaló Lara. En vez de esperar, reafirmó, “la Universidad debería movilizarse por sí misma”; crear foros, hacer actividades y brindar información al país y a los líderes. Según él, la aportación tiene que ser por iniciativa propia. Por otra parte, ante la posibilidad de un alza en el costo de la matrícula, Lara hizo hincapié en que habrá reacciones fuertes de parte del estudiantado. No obstante, “a menos que el país quiera brindar un sistema de educación universitaria gratuita”, para poder mantener los estándares se tendrán que aumentar los precios, aunque no necesariamente de manera abrupta.