Nota de la editora: Este texto forma parte de una serie especial en la que Diálogo investigó el uso de redes sociales y plataformas web para la prostitución y los encuentros sexuales casuales. Le invitamos a leer la primera parte, titulada "Vender el cuerpo en Facebook", y la segunda parte, titulada "El negocio de la prostitución a través de la web".
A través de la pantalla de la computadora, José de 26 años, ha conocido a múltiples mujeres con quienes ha tenido relaciones sexuales ocasionales. En Puerto Rico, muchos adolescentes y jóvenes adultos utilizan las redes sociales para coordinar encuentros de índole sexual que se materializan en el mundo offline.
“Facebook se presta para eso. Es algo normal y mucha gente lo hace”, indicó José. Aunque no precisó cuántas veces se ha encontrado con otras personas como parte de este tipo de práctica, explicó que muchos de sus amigos lo hacen continuamente y disfrutan de conocer a una persona por sólo un día.
Las aplicaciones móviles como Vine, Instagram, Snapchat, Kik y WhatsApp son utilizadas repetidamente por sujetos que buscan una pareja sexual para una sola ocasión. Vine, una aplicación que permite al usuario subir un vídeo de seis segundos, ha censurado el hashtag #sexo, pero otros, en su mayoría jóvenes, han creado la forma de subir vídeos de desnudos y de índole pornográfica bajo otros nombres de manera que no son explícitos para evitar la censura.
La red social Instagram, según el artículo Instagram’s Sex Censorship is Inconsistent and Hilarious,publicado en The Daily Beast, expuso que la aplicación ha prohibido al menos cien hashtags, pero la creatividad de los usuarios ha logrado vencer la censura. El hashtag #sexo no es permitido por la aplicación, sin embargo, la reversión del hashtag #s3x0 sí. Sucede lo mismo con #porn y #p0rn. Al incorporar el uso de números para sustituir las palabras, la red social permite subir la foto de contenido sexual sin censurarla.
José, por su parte, mencionó que sólo utiliza Facebook para este tipo de práctica. Sin embargo, explicó que conoce a personas que utilizan la aplicación de mensajería instantánea Kik, para enviar mensajes de índole sexual, actividad mejor conocida como sexting.
Del mismo modo, los usuarios de Facebook tienen la opción de crear grupos privados en donde pueden subir fotos de esta naturaleza y así mismo coordinar las citas y encuentros sexuales sin que otras personas en su perfil tengan acceso.
Manuel Rodríguez Bidot, epidemiólogo y ex director de la Oficina de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades de Transmisión Sexual, explicó a Diálogo que los encuentros sexuales ocasionales coordinados en línea comenzaron en la Isla cuando una comunidad de hombres homosexuales desarrollaron páginas web como “Adam for Adam” , en donde incluían fotos explícitas e información de contacto.
En la actualidad, la aplicación Grindr es frecuentada por hombres homosexuales para contactar y conocer a otros hombres.
Peligrosos los encuentros sexuales
En cuanto a la preocupación por las enfermedades de transmisión sexual, José comenzó a reírse y expresó que “yo me protejo pero no sé ellos (sus amigos)”.
El estudio Using the Internet in Pursuit of Public Sexual Encounters, realizado en el 2012 por Martin J. Downing, reveló que los hombres que frecuentemente sostienen relaciones sexuales con personas que conocen en las redes tienden a realizar estos encuentros en lugares públicos. Asimismo, el estudio indicó que las personas que practican esta actividad, en su mayoría, no utilizan condones durante la intimidad.
“Este tipo de encuentro tiene un efecto en la salud pública del País”, indicó Rodríguez. El epidemiólogo mencionó que la naturaleza de los encuentros dificulta la tarea de documentar las estadísticas de contagio de enfermedades de transmisión sexual por región.
A medida que evolucionan las redes sociales, es evidente el espacio significativo que la sexualidad ha ocupado en Internet. Diálogo pudo constatar que las medidas de control y monitoreo en las redes sociales son mínimas por parte de las agencias gubernamentales.
La libertad de subir a la red cualquier información de índole personal y privada, desde buscar parejas sexuales hasta vender el cuerpo, está ligada al uso discrecional de la web por parte del cibernauta, quien debe asumir las implicaciones y los riesgos de sus actos en línea.
*Se utilizó un seudónimo en la historia para proteger la identidad del entrevistado.