En un mundo globalizado y dominado por las nuevas tecnologías como los dispositivos móviles y el internet, “The Sesame Workshop”, la organización no gubernamental y sin fines de lucro responsable por la franquicia “Sesame Street” (Plaza Sésamo) continúa educando a millones de niños en edad preescolar en más de treinta países del mundo. Su meta: fomentar el aprendizaje cognoscitivo, la enseñanza socio-emocional (que incluye el respeto y entendimiento mutuo) y el bienestar físico. Esto a la vez que busca reforzar valores como el orgullo patrio, la autoestima, la diversidad cultural y demás elementos tan necesarios en estos tiempos tan conflictivos. Ese fue el tema central de la presentación que realizó Gary E. Knell, Presidente y CEO del “Sesame Workshop”, como parte de una serie de conferencias coordinadas para el Instituto Puertorriqueño de Invierno que por quinta vez organizan en colaboración La Universidad de Harvard y la Universidad de Puerto Rico. El ejecutivo expuso la historia de esta organización pionera en la elaboración de programación infantil en la década de los sesentas cuando sólo había dos producciones destinadas al público preescolar. Explicó también los cambios de estrategia y dirección que se han suscitado dentro de la organización y en la sociedad a través del tiempo, hasta nuestra era en la que existen más de cuarenta y siete de dichos programas. En este tiempo en el que el cincuenta por ciento de la programación infantil está controlado por las grandes compañías Disney y Nickelodeon, “The Sesame Workshop” tuvo que reinventarse y ofrecer algo que la competencia no tuviera. Este océano de oportunidades fue hallado en la diversidad cultural de las naciones alrededor del globo terráqueo, que ofreció la oportunidad de generar un programa similar a “Sesame Street” en cada país, pero adaptado a las características y elementos propios de cada idiosincrasia regional. Fue así como esta franquicia comenzó a reproducirse creando programas como “Barrio Sésamo” en España, “Sesame Takalani” en Suráfrica, “Sesamstrasse” en Alemania, “Galli Galli Sim Sim” en India y así en países a lo largo de los cinco continentes. Esto también dio pie a que en cada versión se trataran temas inherentes a la cultura de cada nación. Es por esto que en Kosovo e Israel se refuerza la aceptación a la diversidad, en India la importancia de la mujer o en Suráfrica la erradicación del miedo y el rechazo hacia los pacientes VIH positivos, tema para el cual fue creada Kami, la primera marioneta o “Muppet” cero positiva. “La cultura local es sumamente importante, si los egipcios creyeran que el programa es americano simplemente no funcionaría por lo tanto Plaza Sésamo tiene que ser en realidad el que se muestra en México y ser y sentirse completamente mexicano, siendo así diferente al que se transmite en Ecuador” explicó Knell sobre el tema. También dijo que idealmente se buscaba que cada programa fuese tan local como les fuese posible pero que a veces es más difícil por el factor económico. En todo caso lo que definitivamente es una prioridad para la organización es que el programa trate de los problemas del lugar. Lo más asombroso del desarrollo de esta organización es que sea no gubernamental y sin fines de lucro, pues hace que sobrevivan a partir de auspicios y donativos para producir programas que sean transmitidos por canales públicos de televisión gratuita. Sorprende también la pasión con la que su líder describe que la misión del “Sesame Workshop” es crear programación educativa de calidad y atractiva para los niños de edad preescolar alrededor del mundo, y que además de enseñarles a leer, las figuras geométricas y los colores, les otorgue las herramientas para desde tan temprana edad comenzar a forjar una consciencia que los haga formar parte de un mundo mejor. “Un niño de esta edad no puede quizás entender aun un concepto tan complejo como la conservación del planeta pero puedes enseñarle lo que es la naturaleza y lo que es respetarla” dijo Knell para ilustrar mejor esa idea. Más adelante agregó también: “en un mundo tan avanzado como el de hoy en el que los niños nacen con lo multimedia en la corriente sanguínea ¿qué significa tener conocimiento? Un niño puede saber leer y escribir pero no poder señalar Japón en un mapa. Ese mismo niño puede tomar una computadora portátil y en veinte segundos te dirá cuál es la ciudad más poblada de Japón. ¿Es eso tener conocimiento? Quizás no pero no podemos quitarle validez al hecho de que sean capaces de hacer esto”. Según su CEO, ese es el nuevo reto del “Sesame Workshop”: continuar siendo pertinente en la era del internet en la que mediante un dispositivo móvil se tiene acceso a cualquier información.