Un poema de Guillermo Rebollo Gil, como todo buen poema, es un cuarto redondo al que se puede entrar por cualquiera de sus puertas; sólo hay que encontrar una de las llaves y atreverse. Como un cuarto sin ventanas, mientras más puertas abras, más luz tendrás para explorar su mobiliario interior.
El nuevo poemario de Rebollo Gil, Flores nacidas de la astucia saca su título y epígrafe de un poema de la argentina Alejandra Pizarnik. En éste, de versos livianos y aéreos, Pizarnik busca y tantea sin querer abrir los ojos, identificando las distancias que la rodean a través del tacto, pero buscando caminos para disminuirlas. El poemario de Rebollo Gil surge de preocupaciones similares, pero, para crear lazos, busca a la misma vez adentro y afuera de sí mismo. Los poemas de Rebollo Gil exponen sus privacidades sin vergüenza, a la vez que invitan a pasar a las intertextualidades, como el que invita amigos a la sala de estar.
Flores nacidas de la astucia es de esta manera un segundo paso en la misma dirección que su colección de mini ensayos Decirla en pedacitos. Flores es un transparente, sutil y referencial confesionario, más que sus dos poemarios anteriores. No es un cambio de dirección contundente para el poeta y su obra, sino un estirar de músculos diferentes.
Aquí Rebollo Gil trabaja lo público y lo privado como dicotomía falsa, falsa porque sus dos lados se desangran para mancharse uno del otro. El primer poema, los nombres del amor, ofrece rápidamente una llave importante. Dos amores de la voz poética existen en esa dicotomía: Gallego, el poeta puertorriqueño, que se extraña como amigo (porque lo era) y Ariadna, la pareja que se convierte en imagen poética recurrente (de lo público a lo privado y de lo privado a lo público).
En el poemario algunos chistes internos se comparten con desfachatez divertida, otros con melancolía inesperada: “todos los poetas maldicen y el destino les devuelve el favor. / a los que puede. el resto estudia derecho / o desaparece”, empieza el poema nightingales.
En tanto, el poema estudios sociales habla sobre el español y el inglés, Puerto Rico y su diáspora bizarra, la que a veces está en Nueva Jersey y otras en Isla Verde. Mientras tanto, el poema there’s treasures everywhere podría ser sobre lo “pirata” que pueden ser los escritores, robándose nombres, versos y nortes del compás de otros en su misma profesión, sin pedir permiso ni perdón.
En el poema de Pizarnik, las flores de la astucia parecen ser de otros; Rebollo Gil prefiere hacerlas suyas, junto a todo lo demás. Lo mejor de los poemas de Rebollo Gil, de sus cuartos, es que si abres la puerta están llenos de gente, de inspiraciones y héroes, de poetas y soneros, de amores y de camaradas. Si O’Hara era poeta de pintores, Rebollo es poeta de amigos.
Flores nacidas de la astucia, publicado por la Editorial Foc, está disponible en formato ebook aquí.
Tablón de anuncios: Guillermo Rebollo Gil es colaborador de Diálogo y peor aún, ya lo considero uno de mis maestros. Así que todo lo anteriormente dicho, tómelo con pinzas. Quedan advertidos. Sálvese quien pueda.