Era díficil la entrada y casi imposible la salida. Necesarios resultaban los permisos controlados por el gobierno judío que primero la veía como palestina y luego como periodista. Con tal testimonio, Laila El-Haddad, reportera nativa de Gaza que cubrió varios ataques contra su ciudad, plasmó su experiencia. En dos salones atestados de público en la Universidad de Sagrado Corazón, la reportera que cubría para Al Jazeera y que mantenía el blog “Raising Yousuf and Noor: Diary of a Palestinian Mother” expuso el sufrimiento de los suyos y compartió en inglés con los presentes, sus experiencias en la Franja. Parecía quedar atrás el estereotipo del “palestino terrorista” para abrir paso al diálogo entre culturas, unidas para entender la agonía que persigue a los civiles en dicha región, que la reportera describió como no más grande que el municipio de Arecibo y con 14 veces más población. Pudiera decirse que la madre de dos hijos, enfrentó el reto de salir airosa del cautiverio que definió como una “jaula de hamsters” donde se desconoce la libertad más allá de la frontera. Más allá del límite incluso de los propios hogares, ya que desde la Guerra declarada entre los dos países, a finales del 2008, otra batalla se libra en las casas. Una batalla sicológica de la cual ya han sido víctimas sus progenitores; “llegaron llamadas a mis padres diciendo que su tiempo había llegado”. Todo a cuestas de que según recalcó, Israel tomara una postura unilateralista en la región desde septiembre del 2005 provocando ataques inesperados sin otorgar ninguna explicación. El-Haddad se refirió a los últimos conflictos bélicos como “una aspiradora para Gaza, que sólo genera caos y anarquía”. Ante la larga lista de preguntas, la periodista independiente enfatizó en el rol de los medios de comunicación y cómo son necesarios para denunciar estos conflictos. “Retratar la realidad tal y como es”, así declaró su misión con el Internet, y despejó a su vez, cualquier duda sobre su objetividad al recibir información de la Guerra mediante sus familiares. La conferencia que definiera Luis Alberto Ferré Rangel, copresidente del Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico-auspiciador del evento-como de “interés humanístico, politico y mundial”, cumplió sus objetivos de llevar la clara percepción de un pueblo marginado. Un territorio que en dos meses ha pagado la cuota de 1500 civiles y al que se le negó la electricidad, los servicios médicos y la ayuda humanitaria antes de la orden de cese al fuego. “Es urgente el activismo mediático” en estas circunstancias, explicó El-Haddad en una de sus respuestas finales al público e insistó que con las nuevas tecnologías de comunicación es posible sobrepasar los límites que nos diferencian.