Hace 106 años que la Universidad de Puerto Rico comenzó operaciones con un desfile de académicos que dio forma y estructura a la institución. Y justo hoy, un notable grupo de doctores en las múltiples ramas del saber que alberga la universidad, desfiló con sus togas por la Plaza Antonia Martínez hasta el Teatro Universitario. Allí, conmemoraron la ocasión del modo más trascendente: reconociendo la gesta de sus pares en su andar por el aula y fuera de ella. Así pues, en una concurrida actividad, fue reconocida la trayectoria del Dr. Arturo Echavarría Ferrari, el Dr. Andrew Hurley, el Dr. David M. Helfeld y el Dr. Luis Trelles Plazaola con la máxima distinción académica que otorga la universidad a un catedrático retirado; la de Profesor Emérito. Con la solemnidad y el protocolo que caracteriza a este tipo de ceremonias fueron presentadas las semblanzas de los homenajeados, que recibieron el aplauso de pie de sus colegas, muchos de ellos sus alumnos de antaño. Era inevitable notar la variedad de togas que vestían los profesores, símbolo visual del modo en que la Universidad de Puerto Rico se ha enriquecido con egresados de instituciones de enseñanza de todas partes del mundo. Igualmente, merece la pena mención aparte, la notable asistencia del claustro, manifestando así su aprecio por las figuras reconocidas. En sus respectivos discursos la Rectora Dra. Gladys Escalona de Motta y el Presidente de la UPR, el licenciado Antonio García Padilla -quien fue estudiante del Dr. Helfeld- elogiaron las aportaciones en el campo de las humanidades y el derecho de estos cuatro profesores cuya gesta trascendió por mucho los portones del recinto. En el caso del Dr. Arturo Echavarría Ferrari se recordó su carácter de autoridad en la obra del escritor Jorge Luis Borges, así como la difusión de su obra en países de Europa, Asia, África, Norteamérica y Sudamérica. En su discurso de agradecimiento, el profesor recordó que “en el aula es cuando la universidad cobra consistencia, cuando se hace realidad”, expresó toda vez que enfatizó en que “sin universidad no hay Puerto Rico”. El Dr. Andrew Hurley, traductor de reconocimiento mundial y carismático orador, mereció el aplauso de los presentes por su legado vivo en las traducciones a obras de autores indispensables como: Rubén Darío, Ernesto Sábato, Arturo Pérez-Reverte, Ana Lydia Vega, Edgardo Rodríguez Juliá, Luce López-Baralt, Antonio Martorell, Jorge Luis Borges; así como las entrevistas televisadas a Fidel Castro realizadas por Ignacio Ramonet. Hurley, agradeció a sus compañeros del Departamento de Inglés al que perteneció y a sus colegas de traducción, con un discurso muy simpático en el que evidenció su diaria reflexión en los posibles significados de las palabras; labor, que no le llevó muy lejos para estos fines. “Tratando de buscar como agradecer, solo llegaban a mi mente los típicos clichés. Las palabras son insuficientes en esta ocasión pero sí son sinceras”, dijo con su español al que aun le quedan joviales retazos del castellano “agringado”. El Dr. David Helfeld, quien a sus 87 años continúa enseñando, fue elogiado por sus aportaciones a los cambios de paradigma que experimentó la Escuela de Derecho de la UPR en tiempos de Jaime Benítez y por sus numerosas publicaciones en los campos del Derecho constitucional, laboral, arbitraje y métodos alternos para solucionar controversias. Sorprendió a los presentes el ánimo de Helfeld, quien aun imparte clases y sale de la universidad guiando a las diez de la noche. “Mientras mi mente esté lúcida no abandonaré mi cátedra”, proclamó ante el aplauso de aprobación del público. Finalmente, se honró al Dr. Luis Trelles Plazaola por -entre otras cosas- ser el primer profesor que impartió un curso de cine en una universidad en Puerto Rico, así como por su labor pública como crítico de cine de referencia, abogado, bibliotecario, literato y cineasta. Se recordó además sus diversas participaciones como jurado en festivales de cine internacional como Cannes, Buenos Aires, Venecia, Montreal, San Sebastián y Berlín. Curiosamente, escuchar a Trelles leer su discurso, era escucharle en sus comentarios semanales en Radio Universidad de Puerto Rico. La vigencia de su voz, es innegable. La actividad finalizó con la participación de Coralia, dirigido por Carmen Acevedo Lucio y con el desfile de los homenajeados que fueron a abrazarse a sus familiares, colegas y sobre todo a sus compañeras; ésas mujeres que todos ellos mencionaron en sus discursos y quienes, en muchos casos, han sido sus más incisivas críticas. Así se conmemoran 106 años de universidad, de graduaciones, de personajes entrando y saliendo, de saberes en contacto, de espacio para el pensamiento, de voces encontradas en saludable cohesión. Que continúe el desfile. Para ver la versión original oprima aquí http://www.universia.pr/portada/noticia_actualidad.jsp?noticia=40152