JARTUM (Reuters) – El presidente sudanés, Omar Hasan al Bashir, anunció este jueves que 10 agencias internacionales habían sido expulsadas del país, en su primera respuesta pública a la orden de arresto en su contra del Tribunal Penal Internacional por cargos de crímenes de guerra. Una fuente del sector de ayuda humanitaria dijo más tarde que el Gobierno planea expulsar a otras tres agencias, y que se teme más órdenes de ese estilo. La fuente añadió que una de las organizaciones expulsadas podría ser la francesa Médicos Sin Fronteras. Entre las agencias expulsadas estaban las británicas Oxfam y Save The Children; Care, CHF y el Comité Internacional de Rescate, con sede en Estados Unidos, al igual que Médicos Sin Fronteras de Holanda y el Consejo Noruego para Refugiados. La orden de arresto emitida el miércoles por atrocidades cometidas en la región occidental sudanesa de Darfur es la primera contra un jefe de Estado en el cargo por parte del TPI, con sede en La Haya. Bashir respondió desafiante, acusando a las agencias de ayuda de quebrantar la ley y diciendo que el Gobierno enfrentará cualquier intento por desestabilizar al país. “Actuaremos con responsabilidad y decisión contra cualquiera que intente atacar la estabilidad y seguridad del país”, declaró Bashir en un encuentro de altos cargos en respuesta a la orden de arresto. “Hemos expulsado a 10 organizaciones extranjeras (…) tras observar actividades que actúan en contradicción con todas las leyes y normas”, declaró. El presidente dijo que el tribunal era una herramienta colonialista que tenía como blanco a Darfur por su petróleo, gas natural y otros recursos. “Nos hemos negado a arrodillarnos ante el colonialismo, por eso Sudán es un blanco (…) porque sólo nos arrodillamos ante Dios”, dijo el mandatario ante una multitud fuera del Palacio Presidencial.
China instó hoy al Consejo de Seguridad de la ONU a atender los llamamientos de países africanos y árabes para suspender el caso contra Bashir, pero Estados Unidos ha dado la bienvenida a la iniciativa. El TPI, creado en 2002, acusó a Bashir de siete cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad, que incluyen asesinato, violación y tortura. El comité de tres jueces dijo que había bases insuficientes para el genocidio. Horas después de emitirse la orden, Sudán revocó las licencias de varias agencias humanitarias extranjeras. La ONU y otros organismos dirigen la mayor operación humanitaria del mundo en Darfur, una región mayoritariamente desértica situada en el oeste de Sudán. Expertos internacionales dicen que al menos 200.000 personas han sido asesinadas allí, mientras que Jartum asegura que han muerto 10.000. Se estima que otros 2,7 millones de personas han quedado desplazadas por el conflicto, que comenzó cuando rebeldes en su mayoría no árabes se levantaron en armas contra el Gobierno en 2003. Funcionarios de la ONU, hablando bajo condición de anonimato, dijeron que la expulsión podría tener un devastador impacto en Darfur, añadiendo que las fuerzas de seguridad sudanesas habían comenzado a llevarse computadoras y otros elementos de las oficinas de las agencias en Jartum y Darfur. El Gobierno también cerró dos agencias sudanesas, a las que acusó de cooperar con el Tribunal Internacional. “Esto va a tener un devastador impacto en el trabajo humanitario en Darfur”, dijo un funcionario de la ONU, añadiendo que otras autoridades aún esperaban poder persuadir a Jartum de cambiar su decisión.