Como parte de un programa de desarrollo económico para personas procedentes de sectores desventajados, Punto Verde Gestión Comunitaria se ha propuesto impulsar la creación de empresas exitosas, conscientes con el ambiente y que brinden oportunidades de empleos. De acuerdo a datos del Censo del 2000, las comunidades que circundan el Caño Martín Peña y el residencial Nemesio Canales, reflejan los índices más bajos de nivel académico, tienen salarios bajos, altos niveles de desempleo y de deserción escolar. Así, Punto Verde Gestión Comunitaria se ha enfocado en estas comunidades para llevar a estos grupos, tal como ellos lo perciben, un vehículo que sirva para facilitar el desarrollo a través de la incubación de proyectos económicos y comunitarios. “Estas comunidades no es que carezcan de recursos. Son riquísimas en talentos. Pero no han tenido las oportunidades. Por lo tanto, la incubadora lo que hace es propiciar esas condiciones para que esas habilidades y deseos germinen”, dijo Angelita Rieckehoff, presidenta de Punto Verde. De esta organización sin fines de lucro surge Punto Verde, el parque interactivo: unas facilidades recreativas que ubican en el Parque Luis Muñoz Marín y que está constituido como una empresa propiedad de trabajadores, para fomentar el desarrollo social y la equidad. El Parque ha sido construido por sus empleados dueños que provienen de lugares tales como el residencial Nemesio Canales, Barrio Obrero y Loíza, entre otros. En el proceso, la profesionalización de las labores y la filmación del documental sobre el parque interactivo estuvo a cargo de estudiantes de la Universidad del Sagrado Corazón, bajo la dirección de las profesoras Lilia Planell y Teresa Prévidi, respectivamente. Mientras, el personal de Punto Verde Gestión Comunitaria, a través de talleres educativos sobre inteligencia emocional, operacional y empresarial, ayuda a identificar habilidades en los dueños y propiciar un ambiente saludable de desarrollo laboral que abone a la buena ventura del proyecto. La idea, según dicen sus directivos, es que a través de los módulos de trabajo, el intercambio de ideas y aportaciones y la toma de decisiones para lograr la abrir el parque, el grupo trabaje unido y aprenda a valorar el esfuerzo de los demás. “El capitalismo desencarnado nos ha llevado a tantos excesos por el afán de lucro desmedido olvidándonos del ambiente, olvidándonos de la gente. Vivimos en un solo mundo y tenemos que cuidarlo y compartirlo. Eso es empresarismo social”, reflexionó Rieckehoff sobre este proyecto que promete diversión y aventura a la niñez puertorriqueña.