WASHINGTON (Reuters) – Bien entrada la noche del martes, el Senado de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que suavizaría algunos de los límites a los contactos con Cuba, en una medida que podría anunciar cambios más profundos a la política de Washington hacia la isla caribeña, de Gobierno comunista. El Senado norteamericano aprobó la flexibilización de las reglas que pesaban sobre los viajes a la isla y el envío de remesas, restricciones impuestas a Cuba por el ex presidente George W. Bush. La medida beneficirá a los cubanos, con residencia en Estados Unidos y que tengan familia en la isla, a viajar a Cuba cada año y no cada tres como manda la norma actual. Además, permite el envío de remesas de hasta $170 dólares al día, a un número más amplio de familiares. Obama debió convencer a dos miembros de su propio Partido Demócrata para que apoyaran la legislación que contiene las provisiones de Cuba, un proyecto de ley de presupuesto de 410.000 millones de dólares que implica también el apoyo a la lucha contra el narcotráfico, paquete del cual México se beneficiaría bastante. El episodio generó preguntas acerca de cuan fácil le será a Obama cambiar la política hacia Cuba, que según han indicado funcionarios les gustaría que se hiciera. Una revisión gubernamental está en proceso en el momento. “Estamos (…) revisando la política de Estados Unidos hacia Cuba para determinar la mejor manera de promover el cambio democrático en la isla y de mejorar las vidas de los cubanos”, escribió el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, a los dos senadores demócratas que obstaculizaban la votación. “Sus puntos de vista y los de otros en el Capitolio serán importantes en esa revisión, y el presidente sigue comprometido a consultar con ustedes mientras consideramos cambios a la política sobre Cuba”, escribió Geithner el jueves. Obama ha dejado claro que está a favor de relajar los límites sobre los viajes familiares y los envíos de remesas a Cuba, aunque ha dicho que el embargo comercial debería seguir vigente para presionar por reformas democráticas. Muchos legisladores estadounidenses están de acuerdo en que se reconsidere la política sobre Cuba, diseñada para aislar a Fidel Castro luego de que llegó al poder en la revolución de 1959. Ellos dicen que es hora de revisar las políticas estadounidenses de aislamiento a Cuba, debido a que Castro se retiró el año pasado de la presidencia. Pero cuando las provisiones que aliviaban algunas sanciones fueron agregadas al proyecto de presupuesto del Gobierno, esto molestó a algunos senadores de estados con grandes cantidades de cubano-estadounidenses anticomunistas, que se oponen a reducir la presión estadounidense sobre el Gobierno cubano. Los cambios, advirtió el senador por Nueva Jersey Robert Menendez, podrían “entregar al régimen Castro beneficios financieros mejorados en la búsqueda de sus políticas represivas”. Como los demócratas no tenían la cantidad de votos necesarios para que el proyecto de ley superara los obstáculos en el Senado, el Gobierno del presidente Obama entró en acción. Se necesitaron dos cartas de Geithner para convencer a Menendez y a otro demócrata, el senador por Florida Bill Nelson, de que los cambios no representarían un vuelco mayor de la política de varias décadas de Estados Unidos de aislar al Gobierno cubano. Un requisito de pago adelantado para las ventas agrícolas a Cuba aún será parte de la ley, dijo Geithner, mientras que sólo una “clase restringida” de empresarios contaría con los requisitos para viajar a Cuba a comercializar y vender productos médicos y agrícolas. La legislación, que había sido aprobada anteriormente por la Cámara de Representantes, permitirá que los miembros de familias cubano-estadounidenses viajen una vez al año a Cuba en lugar de una vez cada tres años.