Por: Luis López Salgado
La película The Signal, del director estadounidense William Eubank, es el más reciente esfuerzo dentro del nicho de la ciencia ficción en el cine comercial, uno que como propuesta prometió pero que en su ejecución falló.
El filme cuenta la historia de unos estudiantes “hackers” del Massachusetts Institute of Technology (MIT) que gestionan encontrarse con un elusivo rival virtual llamado Nomad.
Nick (Brendon Thwaites) y Jonah (Beau Knapp) son expulsados de MIT al ser acusados de ingresar de manera ilegal al sistema de computadoras la universidad, algo que hizo su rival virtual, Nomad, a quien nunca han conocido personalmente. Nick, quien es impedido y camina con muletillas luego de un accidente, viaja con Jonah y su novia Hailey (Olivia Cooke) para reunirse con Nomad en una locación que este escoge.
Luego de llegar a la dirección, una casa abandonada, ocurren una serie de eventos inusuales que culminan con Nick despertando sin memoria de lo ocurrido, en aislamiento y en silla de ruedas. Durante esto, es observado por unos científicos (el principal de ellos interpretado por Laurence Fishburne) que solo le dicen que pudo haberse infectado con una especie extraterrestre.
El filme comienza prometedor, contando una historia íntima y de actualidad con unos “hackers” cuyas computadoras han sido infiltradas mientras son investigados por alguna misteriosa figura virtual. La fotografía está muy bien lograda (Eubank también ha trabajado como cinematógrafo), con tomas impresionantes de paisajes naturales contrapuesto al tema de ciencia ficción.
En un punto específico de la trama, el filme parece convertirse en uno de pietaje encontrado (found footage), dado a que la secuencia está filmada en visión nocturna. A pesar que la película hace una referencia a esto y se burla de este género en una divertida escena, la segunda mitad se convierte en otro filme rutinario de ciencia ficción con numerosos clichés, como el personaje atrapado en contra de su voluntad bajo circunstancias desconocidas, científicos moralmente comprometidos trabajando para alguna agencia del gobierno y giros predecibles acerca de las teorías de conspiración.
Es una pena que toda la promesa del comienzo del filme desaparece, particularmente porque el talento del elenco joven, al igual que el de Fishburne (mejor conocido por interpretar a Morpheus en The Matrix), es gastado en esta película torpe y olvidable. Eubank, quien comenzó su carrera como director de fotografía, tiene buen dominio visual; quizás en el futuro logre hacer un filme con un guion al nivel de su talento.