ST POELTEN, Austria (Reuters) – El llamado ‘monstruo de Amstetten’, hombre austriaco que engendró siete niños con una de sus hijas -a la que mantuvo encerrada en un sótano durante 24 años- se declaró culpable de asesinato y esclavitud, dando marcha atrás a una declaración de inocencia ante esos cargos. Josef Fritzl, de 73 años, dijo al tribunal que había cambiado de opinión tras ver la declaración grabada de 11 horas de su hija Elisabeth sobre su dura experiencia en una audiencia a puerta cerrada celebrada el martes. “Me declaro culpable de todos los cargos de la acusación”, sostuvo, incluyendo el de asesinato de un hijo recién nacido, por negligencia, en el sótano sin ventanas construido bajo su casa. Su cambio de opinión también alteró su declaración de “parcial” a culpable total del cargo de violación. Fritzl había negado las acusaciones de asesinato y esclavitud, los dos cargos más graves, en el inicio del juicio el lunes en St Poelten, una capital provincial al oeste de Viena. Se prevé que el juicio finalice el jueves, con el anuncio de la sentencia el mismo día. El ingeniero jubilado se enfrenta a prisión de por vida por el cargo de asesinato del bebé, un gemelo, que falleció poco después de nacer en el sótano en 1996.
Respondiendo a las preguntas de la jueza Andrea Humer, Fritzl dijo que debería haberse tomado en serio el hecho de que el pequeño respiraba con dificultad y debió haber intentado llevar al niño al hospital rápidamente. “Esperaba que el pequeño sobreviviera, pero debería haber hecho algo. No sé por qué no ayudé. Simplemente perdí de vista (el problema)”, declaró. La fiscalía dijo que Fritzl violó de forma reiterada a su hija ante la mirada de los niños, encerrados bajo su casa en la pequeña localidad central de Amstetten, utilizándola como si fuera de su propiedad. Los niños cautivos nunca habían visto la luz del día. Fritzl entró a la sala el miércoles con la cara descubierta, a diferencia de los dos días anteriores, escoltado por 10 agentes de policía y de nuevo con un traje arrugado gris con una camisa azul. Las cámaras no pudieron grabar esta vez. El diario austriaco Kurier dijo que Elisabeth estaba físicamente presente en la sala el martes, pero pasó inadvertida. El abogado de Fritzl, Rudolf Mayer, dijo que su cliente se preocupó por la hija y los niños que mantuvo encarcelados “como una segunda familia”, pese a describir sus acciones como “monstruosas”. Los abusos de Fritzl salieron a la luz el pasado abril, cuando llevó al hospital a su hija de 19 años Kerstin, la mayor de las nacidas bajo tierra, después de que enfermera gravemente. Elisabeth y sus seis hijos, tres de los cuales vivieron en el sótano desde su nacimiento, viven ahora en un lugar no desvelado bajo nuevas identidades. Tres de los niños fueron criados por Fritzl y su mujer Rosemarie después de que él dijera que Elisabeth los había abandonado y se había unido a una secta. La policía dijo que Rosemarie no sabía nada de las acciones de su marido.