MEXICO DF (Reuters) – El mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, viajará a México a mediados de abril, afirmaron la presidencia mexicana y la Casa Blanca, en momentos en que ambos países resienten el impacto de la crisis mundial y buscan formas de contener el narcotráfico. En un par de anuncios oficiales que sorprendieron a propios y a extraños, el presidente Barack Obama develó dos grandes puntos en su agenda próxima: que viajará a México y que promoverá una reforma a las leyes de inmigración en los próximos meses. La visita de Obama a México responde a la idea de “reaproximación” al socio del sur que el demócrata ha tenido desde antes de llegar a la Casa Blanca y que incluso consolidó antes de que asumiera el cargo, teniendo una primera reunión con el presidente mexicano, Felipe Calderón, el 12 de enero en Washington; la primera que tuvo con un jefe de gobierno extranjero. Obama estará en México el 16 y 17 de abril para continuar discusiones sobre temas bilaterales como competitividad y desarrollo económico, seguridad y migración, entre otros, dijo en un mensaje a la prensa el portavoz del presidente Felipe Calderón, Maximiliano Cortázar. México está comenzando a sufrir el golpe de la recesión en Estados Unidos, a donde envía más de un 80 por ciento de sus exportaciones y de donde recibe la mayor parte de la inversión extranjera directa así como vitales remesas familiares. Los dos países comparten una extensa frontera de 3,200 kilómetros actualmente militarizada por parte de México en varios puntos para contener la violencia de los cárteles del narcotráfico, que luchan entre sí por las rutas de introducción de drogas a Estados Unidos, el mayor mercado del mundo. La violencia de estas bandas dejó sólo el año pasado cerca de 6,300 muertos en México. En uno de sus últimos intentos por frenar la ola de crímenes, el Gobierno mexicano envió a comienzos de este mes a la fronteriza Ciudad Juárez a unos 5,700 militares y policías federales. La relación entre los países vecinos a menudo ha tenido rispideces por los temas de narcotráfico, pero también porque México quiere un plan migratorio para dar una solución legal a los cerca de 7 millones de trabajadores indocumentados que viven en Estados Unidos, así como también por temas comerciales. Esta semana, México decidió subir aranceles a 90 productos agrícolas e industriales importados de Estados Unidos, en represalia por la prohibición a transportistas mexicanos de entrar a carreteras estadounidenses. Los dos países son socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que también integra a Canadá, y está vigente desde enero de 1994.