Reuters- Corea del Norte preparó un misil de largo alcance para un lanzamiento que, según Estados Unidos, violaría las sanciones de la ONU impuestas contra el aislado estado comunista por antiguas pruebas de armamento. Corea del Sur dijo que el lanzamiento sería un grave desafío a la seguridad en la región del norte de Asia, la cual representa una sexta parte de la economía mundial. El lanzamiento previsto, que potencias regionales consideran como un ejercicio militar velado, es el primer gran examen para el presidente estadounidense, Barack Obama, en sus relaciones con el espinoso Norte, cuyos esfuerzos por fabricar un arsenal nuclear han chocado anteriormente con Washington. El diario surcoreano Chosun Ilbo citó a una fuente diplomática diciendo que técnicamente el Norte podría disparar el misil, cuyo alcance le permitiría llegar a territorio estadounidense, este fin de semana. “Técnicamente, es posible un lanzamiento en tres o cuatro días”, dijo el Chosun Ilbo citando una fuente diplomática en Seúl. El miércoles, un responsable de la política antiproliferación de Estados Unidos dijo a Reuters que Corea del Norte parecía haber posicionado el cohete contra su plataforma de lanzamiento. Estados Unidos tiene satélites espías centrados en la plataforma de lanzamiento del misil Taepodong-2 en la base Musudan-ri en la costa este norcoreana. Otro responsable estadounidense, que también habló con la condición del anonimato, dijo que Corea del Norte había unido dos partes de lo que se prevé sea un cohete de tres fases. Una vez colocado en la plataforma de lanzamiento, Corea del Norte necesita varios días para abastecer con combustible un cohete que podría, en teoría, llevar un proyectil hasta Alaska. La única prueba del cohete fue en julio de 2006 y acabó en fracaso cuando estalló segundos después de despegar. “Instamos enérgicamente al Norte a detener inmediatamente el lanzamiento de un misil de largo alcance, que sería una clara violación de la resolución 1718 del Consejo de Seguridad de la ONU”, dijo el portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano, Won Tae-jae, a periodistas. El portavoz calificó la decisión de Norcorea como de grave desafío a la seguridad regional y un acto de agresión. Corea del Sur planea enviar un avanzado destructor capaz de seguir y derribar misiles en aguas de la costa este, dijo la agencia Yonhap citando a fuentes gubernamentales. La Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, dijo durante una visita a México que el lanzamiento sería un golpe para las negociaciones de seis partes, que tienen como objetivo terminar con el programa nuclear de Pyongyang. Si Norcorea realiza el lanzamiento Clinton dijo que “habrá consecuencias”. Corea del Norte informó a varias agencias internacionales sobre la trayectoria planeada del cohete, que pasaría sobre Japón, dejando caer sus propulsores al este y oeste del país. Según algunos analistas, Corea del Norte pretende argumentar que su lanzamiento no viola las sanciones que la ONU impuso en respuesta a ensayos de misiles realizados en el 2006. El almirante Timothy Keating, jefe del Comando para el Pacífico de Estados Unidos, dijo que el Ejército estadounidense podría interceptar con “alta probabilidad” cualquier misil norcoreano que se dirija a territorio estadounidense, si el Gobierno lo ordena. Sin embargo los analistas no esperan que Estados Unidos intercepte el cohete, una maniobra que Pyongyang ha dicho que consideraría una acción de guerra. El cohete es visible para satélites espía desde que fue colocado en la plataforma. Pyongyang dijo el 24 de marzo que cualquier intento de parte del Consejo de Seguridad de la ONU de castigarlos por poner un satélite en órbita implicaría el colapso de las negociaciones internacionales de desarme.