El reavivamiento cultural se ha intensificado durante los últimos en Río Piedras. Nuevas comunidades de artistas, comerciantes y propietarios han decidido establecer en el casco urbano riopedrense sus distintas propuestas, atrayendo nuevos públicos y manteniendo un flujo de personas constante en el área. A esos nuevos pobladores se unen con fuerza los nuevos administradores de La Beckett.
Justo el pasado verano de 2013, el grupo de nueve profesores miembros del Proyecto Artístico, Cultural y Académico de Río Piedras (PACA), decidió relevar la administración de la Sala Beckett a un nuevo grupo de jóvenes con el potencial para ocupar el espacio con nuevas propuestas, continuando la labor artística y cultural que desde el 2009 realizó PACA.
La actriz y productora Kisha Tikina Burgos, la productora de teatro Yamara Rodríguez, el productor y editor audiovisual Omar Camilo Ramos, el cineasta Ari Manuel Cruz y diseñador gráfico y cineasta José Cotté, tomaron la batuta del espacio, ubicado en el 1008 de la Avenida Juan Ponce de León, en Río Piedras, desde agosto del pasado año, inyectando frescura y nuevas propuestas, con el fin de mantener y propulsar la actividad cultural y artística en el País. Los cinco jóvenes propietarios se destacan como experimentados actores o actrices, cineastas, cinematógrafos y guionistas, egresados de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras y de la Universidad del Sagrado Corazón (USC), en Santurce.
“Siempre soñamos con tener un espacio, realmente fue como un sueño hecho realidad que llegó a nosotros y teníamos que actuar, porque era algo de lo que habíamos hablado muchas veces”, relató Tikina. Finalmente, La Beckett: Café, Teatro y Cine reabrió sus puertas de modo oficial el 21 de enero de 2014.
La actriz y productora Kisha Tikina Burgos cuenta sus experiencias con el teatro local La Beckett
Esta sala de teatro, cine y restaurante, es el lugar perfecto para encuentros entre amigos. Una terraza al aire libre y un ambiente bohemio sirven de antesala al teatro que además de presentar obras, expone documentales, películas, espectáculos de comedia y grupos musicales.
“Queremos que además de ser un espacio que el artista alquile, sea un lugar donde nos podamos reunir escritores, artistas, teatreros, a pensar, a crear nuevos proyectos”, indicó Tikina, portavoz del grupo junto a Omar Camilo. Los propietarios planifican ofrecer su espacio como taller de creación, una especie de laboratorio, especialmente para aquellos de la nueva generación de teatreros que no poseen un espacio para desarrollar sus ideas.
Pero en el camino que ha recorrido este grupo de jóvenes artistas y comerciantes para reabrir y mantener La Beckett, se han enfrentado a varios obstáculos que no han detenido su realce. Aunque la queja ya es antigua, no es posible que pasen desapercibidos los lentos procesos por parte del Municipio de San Juan para entregar los permisos de uso a los comerciantes. En el caso de La Beckett, el permiso tardó alrededor de seis meses en los que el nuevo grupo de propietarios tuvo que realizar actividades privadas para poder mantener económicamente el espacio, utilizando el permiso de uso de los anteriores administradores.
Por otro lado, “hay un reto que tenemos, al cual se enfrentan todas las personas que deciden tener un negocio o un espacio en Río Piedras y es el estigma que tiene hace muchos años ya, que roban, que está la cosa difícil, que no se consigue ‘parking’, hay muchos estigmas a Río Piedras por diferentes razones”, señaló la joven actriz y guionista.
Sin embargo, se trata de un reto que superan día a día. La Beckett ha logrado atraer personas que nunca habían visitado Río Piedras o que habían estado allí, cuando eran pequeños, transitando por el Paseo de Diego, durante aquella época en la que era uno de los centros comerciales más importantes de Puerto Rico.
Crece la oferta cultural
Los nuevos administradores, han incorporado a su oferta, además, las presentaciones de teatro infantil a niños que han llegado desde distintas partes del área metropolitana utilizando el tren urbano y aprovechando la estación que se detiene justo en el casco riopedrense, donde está ubicada la Beckett. “Son experimentos que estamos probando para ver si se responde a ellos y trabajarlos como propuestas permanentes”, explicó Camilo.
El elemento del cine se une a este espacio que anteriormente trabajaba propuestas más teatrales. Largometrajes, cortometrajes y documentales nacionales e internaciones se proyectan con frecuencia en la sala, como un espacio de cine alternativo al “mainstream”. “Hacemos cine los cinco de nosotros, así que las presentaciones cinematográficas se hacen parte de nuestra oferta con esta administración”, resaltaron los propietarios.
La Beckett estará llevando a cabo este verano el Festival de Teatro al Fresco, en el planean presentar obras de teatro cortas y distintos “performances” de artistas en distintas facetas de las artes. Según los propietarios, “es un formato que ha funcionado bastante, al que la gente eta respondiendo”. Por otra parte, planifican para el próximo semestre un “reality show”, en el que se enfrentarán bandas musicales hasta escoger finalmente el ganador, que podría presentarse una temporada en La Beckett y hasta filmar un video musical.
El teatrero avant garde irlandes Samuel Beckett es la inspiración tras el nombre
Entrelazados el teatro y los platos
En su oferta culinaria, La Beckett se especializa en crepas que viajan entre los sabores dulces y salados. Destacan, también, los platos de panini y las variadas sopas del día, que pueden ser por ejemplo, de espinaca, tomate o setas, además de sustanciosas ensaladas que no se limitan a lechuga y tomate.
“Queríamos ofrecer una alternativa al arroz y habichuelas, que es riquísimo también pero de repente la gente quiere comerse otra cosa y siempre tuvimos la idea de las crepas porque es algo que no está saturado aquí y nos gusta mucho, desde las dulces hasta las saladas”, explicó Tikina.
Su menú no solo es llamativo por su variedad de sabores e ingredientes, sino también por los atractivos nombres con los cuales se identifican los platos y los tragos en la barra, basados en títulos de obras de teatro y películas. No te debe sorprender que un amigo o amiga, al final de un largo día de trabajo, te invite un “Tengamos el sexo en paz” (crepa de pollo) ó un “Happy Toguether” (crepa de jamón y queso) en La Beckett. No olvides, además, preguntar en la barra sobre “Lo que le pasó a Santiago”. Tras probar el famoso “shot” un par de veces tendrás tu propia historia.
Pero, sin duda alguna, uno de los platos más famosos es la crepa de nutela y nueces, que lleva el nombre de Samuel Beckett, novelista y dramaturgo irlándes, autor de la obra maestra Esperando a Godot (1953) y cuyo nombre identifica esta pequeña pero genuina sala, meca de actividad artística y cultural dentro de otra gran meca que es Río Piedras.