PUERTO ESPAÑA (Reuters) – Gobernantes de 34 países americanos iniciaron este viernes en Puerto España una cumbre sobre cooperación, con los debates previos dominados por la exclusión de Cuba del foro y la necesidad de que Estados Unidos acepte su reincorporación sin condiciones. La reunión será la primera cita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con todos los líderes latinoamericanos excepto el cubano, en un encuentro en el que se prevén también fuertes debates sobre la crisis económica que golpea a una región ya castigada por la pobreza y la violencia. Diplomáticos latinoamericanos, y en especial los gobernantes de la llamada “izquierda dura” de la región, han adelantado que plantearán el caso cubano a Obama, enfatizando en la necesidad de que Estados Unidos levante completamente el embargo comercial sobre la isla de gobierno comunista. Cuba no participa de la “V Cumbre de las Américas” en Trinidad y Tobago por estar excluida del sistema interamericano desde 1962. Las transitadas calles de Puerto España se encontraban fuertemente vigiladas para la cumbre, para la que fue necesario la llegada de dos cruceros transatlánticos para albergar a funcionarios americanos y periodistas de todo el mundo. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, aseguró que propondrá en junio derogar la resolución que excluyó a Cuba del foro, justificada en su momento por pertenecer al desaparecido eje “chino-soviético”. Obama, tras relajar recientemente ese embargo, y la secretaria de Estado Hillary Clinton han dicho que es necesario que Cuba avance en el respeto a los derechos humanos, la libertad de prensa y los viajes de sus ciudadanos al exterior, pero la mayoría de los países de América Latina rechaza inmiscuirse en asuntos domésticos de la isla. Obama expresó además que desea “reformar” la congelada relación de Estados Unidos con Cuba, y el presidente cubano, Raúl Castro, respondió que su país estaba abierto a dialogar con Estados Unidos acerca de “todo”. “Derechos humanos, libertad de prensa, presos políticos (…) todo lo que quieran discutir”, dijo Castro el jueves en la noche. Desde República Dominicana Clinton dijo el viernes que las palabras de Castro eran bienvenidas y representaban un esbozo de un acercamiento. Los países latinoamericanos argumentan que la marginación de Cuba es inútil y obsoleta y que la política estadounidense de aislarla no ha dado resultado. “Es necesario traer a Cuba de vuelta a las deliberaciones. No debemos establecer condiciones para ese retorno”, dijo un diplomático brasileño de alto rango, quien agregó que no pueden hacerse exigencias sobre procesos domésticos cubanos. El tema de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos no está en la agenda formal de la cumbre de Trinidad y Tobago, programada para el debate de asuntos sobre formas de combate a la crisis financiera, cooperación en energía y seguridad. El asesor de asuntos latinoamericanos de la Casa Blanca Dan Restrepo dijo que la crisis económica y los esfuerzos por sacar a América Latina de la pobreza deberían ser los principales asuntos de la reunión. “Pienso que los asuntos que enfrenta América hoy, particularmente la crisis económica y sus efectos, van a ser la principal preocupación”, dijo. “Las personas se están enfocando en cómo podemos enfrentar la crisis económica, como lograr que Latinoamérica no termine en otra década perdida”, explicó. Estados Unidos ha dejado claro que quiere establecer, a partir de la llegada de Obama al poder, un nuevo y productivo lazo con la región tras años de desencuentros por las resistidas políticas aplicadas durante las presidencias consecutivas de George W. Bush. En ese sentido, Obama llamó en un artículo de opinión a no a debatir “si debemos tener una rígida economía controlada por el estado o un capitalismo desenfrenado y sin regulaciones”, sino a establecer “una acción pragmática y responsable que fomente nuestra prosperidad común”. Pero ese conciliador mensaje podría no ser suficiente para aplacar a los más duros críticos de la política de Estados Unidos, como el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien afirmó que no respalda el proyecto de la declaración con que la cumbre debe concluir el domingo. Chávez dijo además que la crisis es culpa del capitalismo y llamó a la búsqueda de alternativas que promuevan la solidaridad en vez de la competencia.