A raíz del repentino rechazo, por parte del Senado, del nombramiento de Johanne Vélez como Procuradora de las Mujeres, el movimiento feminista del País teme que esta situación sea sólo el comienzo del desarme de esta oficina gubernamental. “El miedo es precisamente que esto pueda ser el inicio del desmantelamiento de la Procuradora de la Mujer”, expresó la feminista Margarita Mergal. Mergal, quien también es profesora de la Escuela de Comunicación del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), comentó que debido a la crisis económica y la reestructuración del gobierno que ha propuesto el primer mandatario Luis Fortuño, ya se han comenzado a recortar los servicios a las madres desamparadas y mujeres maltratadas, y que sería lamentable que quedaran totalmente desprotegidas sin una agencia que las cobije. Según el reporte más reciente de violencia doméstica 2001-2009, emitido por la Procuradora de la Mujer, han ocurrido 179 asesinatos de féminas durante estos años. Aunque Fortuño incluyó en su mensaje de presupuesto la necesidad de actuar en contra de la violencia doméstica, no mencionó a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres como parte de su plan de acción, sino que les asignó la encomienda a la Primera Dama y al Departamento de la Familia. El Gobernador presentó la campaña “Promesa de Hombre” como estrategia para combatir la violencia doméstica en la Isla. Sin embargo, el movimiento feminista en Puerto Rico ha calificado esta acción como una propuesta que perpetúa, en cierta manera, el concepto de que el hombre es fuerte y la mujer, débil. “Es irónica y cínica la propuesta de Fortuño sobre la campaña de la Promesa de Hombre”, dijo Mergal.
Para la activista de los derechos de la mujer, el rechazar el nombramiento de Vélez por defender su postura a favor del aborto, “es una muestra más de cómo contamos con un Gobierno contrario a las leyes de Estados Unidos”. Mergal dijo que las expresiones presentadas por Vélez respecto al aborto no debieron ser un obstáculo para su elección porque este proceso es legal en la Isla desde 1973, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos reconoció su legalidad en el caso Roe v. Wade. Por su parte, María Isabel Quiñones, profesora del Programa de Género de la UPR, expresó que “el conservadurismo y la misoginia (odio a las mujeres) cada vez es más fuerte”. La educadora opinó que Vélez era una dama preparada que había hecho unas promesas a las mujeres puertorriqueñas y por eso contaba con un amplio apoyo del sector feminista. “Ella está obligada a defender el derecho del aborto porque eso es una ley”, añadió Quiñones. Ambas profesoras coincidieron en afirmar que es probable que en un futuro el Senado radique una legislación a favor de aglomerar todas las procuradurías en una sola como existía en el pasado. “Se avecinan tiempos muy difíciles para las personas que no piensen igual que los líderes del Partido Nuevo Progresista (PNP)”, comentó Quiñones. Por otro lado, la profesora Mergal explicó que el Movimiento Amplio de Mujeres (MAM), un colectivo de organizaciones que trabajan con las mujeres en el país, había escogido a Vélez por ser una feminista probada y por tener la capacidad humana de trabajar con todos los partidos sin abanderizarse con ninguno. “Le propusimos a alguien del PNP y su mismo partido la colgó”, añadió Mergal.
Para seguir en pie de lucha contra viento y marea, el MAM le dará seguimiento a este asunto. Actualmente, de la lista de candidatas recomendadas por el MAM, la única mujer que sobrevive es la doctora Linda Lara.